Ricardo Russo, ex jefe de inmunología y reumatología del Garrahan acusado de producir y distribuir pornografía infantil, fue el último en hablar en la anteúltima audiencia en el juicio en su contra, que tendrá su veredicto mañana a las 15:30 en el Juzgado Contravencional Nº 6 a cargo del doctor Gonzalo Rúa. La fiscal Daniela Dupuy –encargada de su detención en mayo de 2018 y una de las mayores expertas en tráfico de imágenes de abuso sexual infantil del país– pidió diez años de cárcel para el acusado mientras que la querella solicitó 13 años.
“El uso inexperto y en un momento quizá descuidado de un programa de Internet me trae a esta causa. Quiero que quede claro que jamás intenté divulgar, reproducir o diseminar ningún tipo de imagen. Esto ocurrió debido a las propiedades inherentes al programa, fue sin que yo lo haya advertido. En todo momento traté de ponerles las trabas que el programa ofrecía para que esto no ocurriera. Tampoco tuve ningún interés en conservar o almacenar algún tipo de imagen de pornografía", expresó Russo apenas tomó la palabra.
Y continuó: “Todo lo que veía y me parecía incorrecto e indebido, iba a la basura; y si no fue ahí es porque no lo vi. Los archivos que se encontraron en las computadoras estaban la mayoría en la basura. Eso demuestra que no tenía interés en conservarlos. Y los que no estaban en la basura, no los había visto”.
En los alegatos finales, luego de la declaración de 38 testigos, la fiscal Dupuy manifestó “la certeza y la comprobación” de que el acusado compartió en la red eMule 336 archivos de explotación sexual, entre el 8 de agosto de 2018 al 22 de noviembre del mismo año y con más de 1500 víctimas menores de edad. “Russo dice que fue un error. Ningún error. Lo hizo conscientemente. Se puede enviar 1, 2 o 3 archivos... 336 archivos elegidos y seleccionados no es error de nadie”.
También se refirió a las fotografías que le tomó su teléfono celular a pacientes gemelas de 9 años, el 24 de noviembre de 2015, desde su consultorio del Garrahan y a otras imágenes encontradas en la tarjeta de memoria de una cámara fotográfica de su propiedad, fotos tomadas en la playa que “hacen zoom en las zonas genitales de las niñas”, detalló la fiscal. Para ella, todo esto demuestra la producción. En total, la representante del ministerio público fiscal habló de “1069 fotos y 404 videos”. En consecuencia, pidió una condena de 10 años de prisión, además de que el pediatra vuelva a la cárcel hasta que la sentencia quede firme y que sea inhabilitado de por vida para ejercer la medicina.
La abogada María Susana Ciruzzi, del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, coincidió con esto último, aunque solicitó una pena mayor. “El monstruo esta adentro y no lo sabíamos (...) Señor juez le pido que por nuestros niños y por la comunidad pediátrica, haga justicia”, dijo a su turno.
Russo respondió apelando a su trayectoria laboral: “Todo esto no forma parte de mi vida. Yo me dedicaba a otra cosa; a la medicina y a mi familia. Este proceso fue amplificado y tergiversado de una manera desproporcionada, irresponsable, casi demencial. No puedo entender cómo alguien puede considerar que en un ambiente médico de un hospital público, lleno de padres y pacientes, pueda producirse pornografía”.
“Todo este proceso ha causado daños en personas e instituciones. Estoy convencido de que todavía puedo ser útil para la sociedad. Tengo fuerzas para seguir adelante; me la brindan mi familia, mis amigos, mis colegas y mis pacientes que me impulsan. Y por supuesto, tengo la convicción de que soy inocente”, agregó.
“Soy inocente, nunca produje, es un disparate, una locura. Me da mucha tranquilidad el juez por su manera de tratar las cosas. No escuché a nadie que haya presumido que sea culpable, los pacientes me conocen, saben como trabajo”, indicó luego a la prensa. Consultado sobre qué les diría a los padres de los pacientes que atendió, manifestó: “Les diría que sigan confiando en el doctor que los atendió siempre. Lo ocurrido en el consultorio tiene que ver con la medicina”, completó Russo, que se mantuvo cabizbajo durante casi toda la audiencia.
Por su parte, el abogado defensor, Ricardo Izquierdo, pidió la absolución y la libertad de su cliente una vez que esté la sentencia porque “no hay peligro de fuga ni entorpecimiento de la causa”. El letrado cuestionó la labor de la fiscalía y la declaración de varios testigos. “Todo este proceso está lleno de dudas”, sostuvo ante el juez Rúa.
Sobre los archivos que estaban en la computadora de Russo, consideró: “Hay fotos y videos aberrantes donde se ven chicos sometidos sexualmente, no lo niego. Seguramente Russo los habrá desechado y algunos habrán quedado. Se pudo haber equivocado pero no las compartió porque quiso: el programa las comparte automáticamente. No hay dolo, no hay intención, no se completa la teoría del delito”.
Y en relación a las fotos tomadas en su consultorio, expresó: “Los archivos del consultorio no tienen ningún tipo de connotación sexual. Russo no tiene víctimas, tiene pacientes”.
Fotos: Gustavo Gavotti
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