Tres teléfonos celulares del contador Diego Guastani, acribillado el lunes último a metros de la Municipalidad de Quilmes, son objeto de investigación para intentar dar con los autores del crimen.
Este miércoles, la búsqueda se centralizó sobre un IPhone y otros dos móviles secuestrados por los peritos que procuran acceder al contenido de los mismos para analizar llamadas, mensajes y otro tipo de datos de interés para la pesquisa.
El primero de los teléfonos tiene un sistema de desbloqueo facial y generalmente requiere ser enviado al fabricante para lograr acceder a los datos, mientras que los otros dos se desbloquean mediante huella dactilar.
Asimismo, desde la investigación indicaron que no se hallaron pistas firmes sobre los asesinos en las cámaras de seguridad de la Municipalidad de Quilmes.
Cabe recordar que el crimen del contador ocurrió alrededor de las 8.30 del lunes pasado, en la esquina de General Paz y Alberdi, a metros de la Municipalidad de Quilmes, en el sur del conurbano.
Dos efectivos de la Policía Local que estaban a 100 metros escucharon una serie de detonaciones de arma de fuego y llegaron al lugar. Allí vieron un Audi A4 gris detenido en medio de la calle, cerrado, con el motor en marcha y algunos impactos de bala en el sector de la puerta y la ventanilla del conductor.
A unos metros, sobre el cordón de la vereda, los policías encontraron a Guastini herido de bala, inconsciente y con una pistola marca Glock calibre 40 en la cintura. Una ambulancia del SAME de inmediato trasladó al hombre al hospital Iriarte de Quilmes, pero allí llegó fallecido.
Por los dichos de testigos, los asesinos fueron dos hombres que esperaron en una moto el paso del auto de la víctima, aunque no se descarta que haya otros vehículos de apoyo involucrados.
La causa está a cargo del fiscal Martín Conde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Quilmes, quien estuvo en la escena del crimen.
Guastini, quien ahora vivía en Quilmes pero había tenido domicilios en Puerto Madero y la oficina de la calle Florida, fue condenado en septiembre a tres años de prisión en suspenso en una causa por tráfico de divisas y lavado de dinero y era amigo y ex socio del financista Hugo Díaz, desaparecido hace cuatro años en la Capital Federal.
Por esa desaparición, su oficina en la calle Florida al 500 del microcentro porteño fue allanada en varias oportunidades porque se trató del último sitio donde se lo vio al prestamista desaparecido.
Según la investigación del juez penal económico Rafael Caputo, se trataba de una organización que a través de “mulas” ingresaba y sacaba del país sumas millonarias. Pero en 2015, Guastini fue investigado por la fiscal Estela Andrades por la desaparición de su amigo el financista Díaz, causa que luego de tres años y más de 20 cuerpos, fue archivada en 2018.
El contador asesinado había declarado en ese expediente porque fue una de las últimas personas en verlo el 9 de marzo de 2015, cuando pasó por su oficina de Florida a recibir un cheque por 32.000 pesos que Guastini quería cambiarle.
El contador declaró que sabía que Díaz tenía vínculos, negocios y algunas deudas con barrabravas de Lanús, Boca e Independiente.
Según esa investigación, Guastini y Díaz a su vez eran amigos y socios en algunos negocios de Luciano Viale, hijo del espía Pedro “Lauchón” Viale, un ex agente de la SIDE muerto de 11 balazos en un operativo policial en 2013.
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