El domingo pasado a la tarde, cuando Infobae llegó a la calle 24 de Noviembre entre Pavón y Garay, barrio de San Cristobal, encontró un ambiente desolador: lo que había sido la casa rodante que albergaba a Alberto López, su esposa y sus seis hijos, que vivían en la casa al estar en situación de calle, se había convertido en un esqueleto de hierros retorcidos.
Alberto, sus hijos y algunos vecinos, con espátulas de pintor y herramientas improvisadas, recuperaban lo que había quedado después del incendio. La vereda estaba llena de la ropa y los juguetes que pudieron salvar, muchos de ellos chamuscados.
El viernes 18 de octubre cuando anochecía, Alberto tuvo una amenaza contundente: una camioneta con dos ocupantes se estacionó al lado de la casa rodante y le dijeron que “cargaran todo y se fueran" porque, de lo contrario, le quemaban esa vivienda, improvisada, pero en la que ocho personas vivían desde hace dos años.
Alberto había llegado al lugar con su familia y la casa a fines de 2017. En abril de 2018, Infobae entevistó a Alberto, que se dedicaba a juntar cartón y papel, para contar su historia: sus hijos estaban escolarizados, para Alberto era de vital importancia que estudiaran, sus vecinos en la zona lo ayudaban con comida.
“Me fui a la comisaría de la zona a hacer la denuncia”, contó Alberto esta mañana tras el incendio, mientras despegaba plástico quemado de la estructura metálica.
El hábito de vivir en peligro, un perro que también estaba adentro de la casa y, quizá la providencia, hicieron que, pese a la humareda tóxica, Alberto se despertara y pudiera abrir la puertita de la casilla. Su familia estaba adentro con él.
“Los fui sacando a todos y, de milagro, ninguno quedó con quemaduras”, dice.
La estación de Bomberos de la avenida Caseros, muy cercana al lugar, pudo enviar una autobomba para apagar el fuego. Una ambulancia del SAME se presentó en el lugar y constató que los adultos y los niños estaban bien.
“Tengo una criatura de siete meses”, agrega Alberto: habla de su nieta, hija de su hijo mayor.
Denuncia y sospechosos del incendio
Con el fuego apagado y la familia a salvo, Alberto radicó la denuncia. Asegura que tiene pistas suficientes para que la investigación no se desvíe y pueda dar con quienes atentaron contra ellos. Además, en las actuaciones policiales, hay constancia de que el domo ubicado en 24 de noviembre y Garay registró a “dos personas” que provocaron el incendio y que luego “fugan por 24 de Noviembre cruzando Garay hacia la calle Inclán”, según información de la causa.
En las actuaciones de la ex Comisaría Nº 20 quedó registrado que “uno de sus hijos (de Alberto) tuvo un altercado en la Plaza Martín Fierro (cercana al lugar)”. Infobae habló con una vecina –cuyo nombre se mantiene en reserva- que relató que “los chicos de Alberto no iban más a la Martín Fierro porque alguna vez habían ayudado a evitar el robo de celulares en la cuadra y a partir de eso se la tenían jurada”. Se trata de los hijos de Alberto que viven junto a él y cursan la escuela primaria.
El hecho fue que el viernes pasado fueron a la plaza y tuvieron que correr para huir al cruzarse con jóvenes que usualmente roban en la zona. Allí, frente a donde está la casa ahora incendiada, hay una escuela primaria. Por las tardes, en los horarios de salida, los jóvenes enfrentados con la familia de Alberto varias veces robaron teléfonos o abrieron autos que quedan en doble fila.
“Hoy los vecinos llevamos comida, ropa y chapas para que puedan recomponer la casilla”, dijeron en la cuadra.
Infobae preguntó a Alberto si le habían ofrecido custodia policial, dado que no se veía a ningún agente en el lugar. “No pedí ni me ofrecieron pero la verdad es que lo necesitamos”, contesta. En ningún momento Alberto se mostró abatido. “Desde que me desperté por el incendio no hago otra cosa que tratar de recuperar algo. ¿Ven aquel chapón?”, dice mientras señala un cartel de unos dos metros por tres): “Lo voy a poner de techo”.
Un año y medio atrás
Resulta inevitable cotejar estas imágenes desoladoras con las fotos tomadas por un reportero gráfico de este medio y que ilustraron el artículo publicado el 5 de abril de 2018. En ese momento, lo más conmovedor era ver a los hijos de Alberto con guardapolvo y mochila. La mayor preocupación del padre era que le dieran un cupo a su hija con el certificado de primaria completo y con dificultad para que le confirmaran una vacante –ya otorgada- que le diera la oportunidad de cursar la secundaria.
En aquel abril de 2018, Infobae le preguntó a Alberto qué necesitaba. La respuesta no fue ropa o comida o una casa. Estas fueron sus palabras: “La inscribimos a mi hija en el secundario, una escuela técnica, me dieron tres posibilidades, pero ya empezaron las clases y no me confirmaron la vacante en ninguna de las tres. La inscribimos en una técnica porque en esta época es lo mejor… Nosotros hablamos todos los temas en familia y la educación es lo más importante. Sí, queremos que los chicos vayan a la escuela técnica.”
De los cinco hijos que vivían con ellos (luego se agregó el mayor), todos estaban escolarizados, salvo una niña de tres años y la de 13 que esperaba la confirmación de la vacante.
La tarde de abril de 2018 en que Alberto recibía a estos cronistas, él llegaba con dos de sus hijos. El mayor venía en bici, una de las que Alberto consigue en sus recorridos con el carro tirado por él mismo. El otro tenía una mochila escolar, como la de cualquier otro niño.
Por otra parte, el que sufrió Alberto no es el primer ataque incendiario a personas en situación de calle. Damián Jorge Calabró, alias “El Gordo Bubu”, fue beneficiado con el arresto domiciliario tras ser detenido en el penal de Ezeiza acusado de incendiar a dos indigentes que dormían en un puente bajo la General Paz en la zona de Mataderos. El ataque fue filmado en video y luego se viralizó en redes, lo que generó un amplio repudio. Tres jóvenes murieron incendiados en octubre de 2016 en la estación de Ituzaingó, en un hueco bajo un puente en el que solían dormir.
Al llegar la noche, Alberto pudo cubrir la estructura de la casa quemada que limpió durante el día con lonas y paneles de aglomerado: allí dormirá esta noche con su familia. La causa por el ataque que sufrió está en manos de la Fiscalía Contravencional Nº11 a cargo de Federico Tropea.
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