El 3 de junio pasado, los fiscales Diego Iglesias y Sebastián Basso viajaron a Estados Unidos para entrevistarse con José Bayron Piedrahita Ceballos, alias “El Árabe”, el traficante colombiano acusado de lavar su dinero en el país en diversos emprendimientos con la ayuda de la viuda y el hijo de Pablo Escobar, el empresario Mateo Corvo Dolcet, y el futbolista Mauricio “Chicho” Serna, ex jugador de Boca.
El encuentro, hasta ahora desconocido, tuvo lugar en una cárcel de Miami. El narco colombiano estaba acompañado por un nutrido grupo de abogados. Luego de intensas negociaciones, Piedrahita declaró bajo la Ley del Arrepentido, la misma que se utilizó en la causa de los cuadernos de las coimas y en decenas de expedientes sobre narcotráfico.
Su testimonio aparece en los registros judiciales argentinos como “Colaborador A”, según reveló el abogado Mateo Corvo Dolcet a Infobae y confirmaron luego otras partes de la causa a cargo del juez federal de Morón Néstor Barral.
La declaración de Piedrahita se mantuvo bajo estricto resguardo en un legajo reservado del expediente. Sin embargo, en los últimos días las partes comenzaron a tener acceso a la transcripción de ese testimonio, grabado en audio y video.
En ese documento, el narco colombiano admite que estuvo “involucrado directamente con el Cartel de Cali”, y que trabajó “con Miguel y con Gilberto Rodriguez Orejuela”, los históricos fundadores de la organización. Su rol dentro del esquema era el de “cocinero”: proveía la cocaína para la venta en el mercado internacional.
En su relato, Piedrahita admite que su vinculación con el narcotráfico comenzó a fines de la década del 80’ y que se habría interrumpido “un año después” de la muerte de Pablo Escobar Gaviria, en diciembre de 1993, cuando decidió irse a vivir a Londres.
Su llegada a la Argentina, siempre según su propio testimonio bajo la figura del “Colaborador A”, se dio recién en 2007. Piedrahita relató que fue recibido por la viuda de Pablo Escobar, María Isabel Santos Caballero, quien lo ayudó a alquilar dos departamentos en Puerto Madero, cerca del hotel Faena.
También contó que vivió en una casa del country San Diego, que pertenecía a “Chicho” Serna, uno de los procesados en la causa. “¿Cuánto tiempo residió en el barrio San Diego?”, le preguntó el fiscal Sebastián Basso. “Como nueve meses”, fue la respuesta.
Los fiscales también se interesaron por el origen de la relación entre Piedrahita y Serna. El narco colombiano admitió que conocía al ex jugador de la selección colombiana desde sus días en la Oficina de Envigado, más tarde “La Oficina”, una histórica organización narcoparamilitar activa en Medellín tras la desaparición del Cartel de la ciudad que se convirtió en una de las bandas armadas más poderosas de Colombia.
En su descargo ante la justicia argentina, “Chicho” Serna dio otra versión sobre su relación con Piedrahita. “Me encontraba cenando en un restaurante de Puerto Madero, en aquel momento era habitual que concurriese a esa zona. Se me acerca el mozo y me dice que un ‘paisa’ quería acercarse a la mesa para saludarme. Por cierto que acepté el pedido del mozo y quien se acercó fue el señor José Bayron Piedrahita Ceballos. Yo no lo conocía y no sabía nada de su vida. Al tiempo nos volvimos a ver a partir de algún encuentro programado por alguno de los dos, generándose de a poco un trato cordial, abonado por el hecho de ser ambos oriundos de la misma zona de Colombia”, afirmó.
Con el tiempo, Serna comenzó a llamarlo “Don José”.
En su declaración como arrepentido, Piedrahita también confirmó que conoció a Corvo Dolcet cuando vino a vivir a la Argentina a través de la viuda de Escobar.
El negocio que lo une a Corvo Dolcet fue un emprendimiento para crear un edificio de cocheras en Pilar junto a la Panamericana, que todavía no se terminó.
El allanamiento a la casa del abogado argentino reveló un documento firmado el 15 de febrero de 2011, una cancelación de deuda entre “la señora María Isabel Santos y Sebastián Marroquín” y el abogado bonaerense Mateo Corvo Dolcet para “dar por cumplidas las promesas recíprocas de la presentación de José Piedrahita, inversor del proyecto inmobiliario que Corvo Dolcet lleva adelante”. El texto, firmado por Corvo Dolcet, Santos y Marroquín habla de “distintas inversiones” hechas por Piedrahita en efectivo y mediante “la entrega de dos propiedades”.
Entrevistado por este medio, Mateo Corvo Dolcet dijo que tiene pruebas que Piedrahita colaboró varias veces con el gobierno de Estados Unidos, incluso después de quedar detenido.
Dos semanas después de declarar en Miami, Piedrahita fue procesado por el juez Barral como miembro de la organización criminal. “Tuvieron que bajarlo a la categoría de miembro porque los arrepentidos tiene que dar información para arriba”, se quejó Corvo Dolcet sobre ese testimonio.
Hace un mes, según un comunicado del Departamento de Justicia norteamericano, el narco colombiano se declaró culpable de intentar coimear a un agente de la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (Homeland Security), pero quedaría libre antes de fin de año. Sin embargo, su participación en un eventual juicio oral en su contra la Argentina luego del pedido de elevación de la causa formulado por los fiscales Basso e Iglesias a fines de agosto es una incógnita.
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