Diego Armando Maradona llegaba en llamas a entrenar. Jugaba en Boca para ese entonces, 1997, la curva final de su carrera, los fotógrafos en las prácticas lo veían bajar de su Ferrari F355 Spider roja, patentada con la sigla AXX. La había comprado hace menos de un año, puesta a nombre de Diego Armando Maradona Producciones Sociedad Anónima. Con el tiempo la Ferrari siguió su camino: una empresa de La Plata se convirtió en su dueña en 1998, en 2002 pasó a estar a nombre de una firma inmobiliaria radicada en Lomas del Mirador. Reapareció en el mercado en agosto de 2005. Fue subastada en Mercado Libre, llegó a un precio de 670 mil dólares después de 122 ofertas, algunas delirantes y poco creíbles. En julio de 2007, de acuerdo a registros oficiales, el nuevo dueño de la icónica coupé fue un joven empresario porteño ligado al rubro de la impresión.
Dos años después, en julio de 2009, la Ferrari fue registrada en el viento de la estepa, en un lote de San Patricio del Chañar, provincia de Neuquén, sin calle ni número, solo un número de lote y uno de manzana. Su nuevo titular era otra empresa fundada un año antes con un nombre un poco pretencioso, Automóviles The Boss S.A, los autos del jefe.
La Ferrari F355 fue encontrada en diciembre de 2018 por la Unidad Antidrogas de Gendarmería Nacional en una cochera de la calle Humberto Primo en San Telmo, la dirección fiscal de Automóviles The Boss. La empresa, en los papeles, estaba dedicada a la compra y venta de autos, tenía un presidente según el Boletín Oficial, un empresario salteño, Erwin Raúl Loza, hoy de 40 años de edad. El juez en lo penal económico Pablo Yadarola había ordenado que allanen la cochera, en una investigación con el fiscal Pablo Turano y el apoyo de la PROCUNAR, el ala de la Procuración dedicada a expedientes de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias. Todo era dudoso.
Loza había comprado la cochera en 2011 junto a Clara Fernández, su mujer, a través de una firma llamada Inversora Salteña por 2,7 millones de pesos, plata producto de la venta, al menos en los papeles, de otros inmuebles en Villa Madero y La Matanza. La mujer de Loza había ocultado la propiedad a la AFIP durante años, hasta el sinceramiento de 2017. Loza mismo después se lo transfirió a su mujer que representaba a otra firma, Uruguay Parking, para que lo explote como estacionamiento. Celebraron un contrato de locación entre ellos, por otros dos millones.
La Ferrari de Diego es otra historia. Erwin Raúl estaba autorizado a conducirla por cédula azul, pero el auto nunca fue declarado al fisco, ni en declaraciones juradas o en el blanqueo de capitales. Erwin fue detenido por Gendarmería horas después de que encontraran la Ferrari, lo esposaron en su mansión de Martínez sobre la calle General Alvear. Había más cosas fabulosas en la cochera de Humberto Primo, un Chevrolet Camaro 2013 comprado por Erwin en 2017 con 300 mil pesos en efectivo, un Ford Mercury modelo 1973, un impactante Pontiac Firebird.
José Gonzalo, también parte de su familia, su hermano según fuentes judiciales, fue detenido en Madrid.
Los dos hoy se sientan en sus celdas en el penal de Devoto, la mujer de Erwin está encerrada en su casa con prisión domiciliaria. Hay otros nueve imputados en la causa en su contra. La semana pasada, el fiscal Turano y la PROCUNAR pidieron su elevación a juicio por el delito de integrar una asociación ilícita dedicada al contrabando de dinero al exterior y al lavado de activos narco, diez años de operaciones oscuras desde 2008 hasta 2018, con una doble ruta de tráfico de cocaína oculta en pescado congelado y en autos de rally. El operativo que los derribó contó con 47 órdenes de allanamiento ejecutadas en el país y otras 26 en España -19 de ellas en la ciudad de Málaga-, con 38 vehículos incautados en ambos países, dos departamentos y tres hoteles confiscados, 361 mil dólares en efectivo, con la intervención del Juzgado Nº14 de Málaga y la Fiscalía Especial Antidroga de España.
La causa, básicamente, se trató de seguir el rastro. Comenzó con dos hombres detenidos en Ezeiza en noviembre de 2017 que viajaban en el vuelo AR 1133 de Aerolíneas Argentinas que partió desde Madrid. Llevaban 365 mil euros en un doble fondo de valija: los investigadores no tardaron en vincularlos a una denuncia anónima de 2014 radicada en 2011 que señalaba a José y Erwin Loza como presuntos traficantes internacionales. Los detenidos en Ezeiza fueron vinculados a otro supuesto jugador pesado en la trama, el español Francisco González González, señalado como ladero y operador de José Loza. Junto a su ladero, Loza hizo un viaje a Bolivia en mayo de 2017 por apenas dos días. Valdemar, hermano mayor de Erwin y José Gonzalo, de 56 años, era un viejo conocido para la PROCUNAR. Desocupado según él mismo, beneficiario de un plan social del ANSES, Valdemar cayó en Tapiales en 2017 con más de una tonelada de cocaína de alta pureza.
Los investigadores ibéricos hasta llegaron a plantar un micrófono en un hotel donde José Loza mantuvo reuniones secretas. Sin embargo, lo más incendiario para Erwin Loza no fue un audio tomado por sorpresa, sino la canción de un arrepentido. Ante los investigadores locales, el arrepentido contó cómo la organización camuflaba la droga, por ejemplo, en containers de pescado congelado que partían desde Mar del Plata o Buenos Aires y que llegaban hasta Barcelona.
Otro método para traficar que contó el testigo secreto fue mucho más llamativo: el polvo blanco viajaba dentro de autos de rally que llegaban al país por barco para una competencia off-road en el sur del país. Los autos eran acondicionados en una chacra de San Pedro vinculada a Erwin, de acuerdo a documentación de la causa a la que accedió Infobae, donde se les cargaba la droga para el viaje de vuelta en neumáticos. El expediente menciona 1200 kilos encontrados en Granada con José Gonzalo Loza señalado como presunto responsable, un caso que investiga la Justicia española.
Y después están todos los bienes. El pedido de elevación a juicio de Turano y la PROCUNAR los detalla, en un expediente con intervención de la UIF entre otros organismos. Si los Loza son eventualmente condenados, serán culpables de uno de los mayores casos de lavado de dinero narco de la historia argentina. No es un eufemismo ni una exageración. Es mucho. El pedido de elevación a juicio del clan Loza detalla más de 40 operaciones sospechosas entre compras y ventas de autos, propiedades y negocios como un corralón y un hotel.
La compra de la cochera y la Ferrari son un ejemplo de tantos. Otra firma de Erwin Loza, Aguamarina SA, con dirección fiscal en la cochera de Humberto Primo y dedicada en los papeles al rubro inmobiliario desde 2013, adquirió en 2016 una propiedad en la calle Uruguay al 100 en Capital, comprada por dos millones de dólares. Otra vez, el blanqueo de capitales sirvió para disimular fondos según la elevación a juicio de la PROCUNAR y Turano, con 600 mil dólares entregados por Aguamarina para la compra que fueron declarados ante la AFIP.
La firma Uruguay Parking, la misma en la que figura la mujer de Loza y que intervenía en la cochera de San Telmo, compró el fondo de comercio de la propiedad de la calle Uruguay para también explotarlo como cochera con capacidad para 95 vehículos. De nuevo celebraron un contrato, 37 meses por 4,2 millones de pesos. Erwin Loza y otro hombre señalado en la causa compraron las acciones de Aguamarina en agosto de 2013 según las acusaciones en su contra, “con un valor no menor a 15.8” millones de pesos. “La firma de mención”, sigue el documento, era titular entre otras propiedades de un inmueble en plena Avenida del Libertador en Martínez. “Fue vendido el 20 de septiembre de 2016″ a una empresa, “por la suma de 10.9 millones de pesos”.
Las compras siguen: una estancia en San Pedro comprada en 2010 por 1.5 millones de pesos, otras operaciones complican a otro imputado en la causa, Alan Iván Loza, hijo de José Gonzalo, con una compraventa simulada de una casa en Martínez en mayo de 2013 por otros 3.2 millones. Erwin y su mujer compraron en 2010 una propiedad en la ciudad capital Salta para explotarla como hotel. No les salió tan caro: lo pagaron con una camioneta Toyota Hilux y 100 mil pesos en efectivo. Tampoco fue la única operación comercial en su provincia. La lista de imputaciones menciona también a una hostería en la calle Córdoba de la capital provincial.
Tras ser detenidos, Loza y su clan se negaron a declarar. Se sospecha que el clan Loza hizo más de 50 viajes al exterior de acuerdo a datos de Migraciones.
Hoy, la Ferrari que fue de Maradona está incautada, así como los otros bienes del clan Loza y sus cómplices identificadas en la causa. El juez federal Marcelo Dos Santos dispuso a fines del mes que queden bajo la tutela de la Agencia para la Administración de los Bienes del Estado (AABE), en el primer fallo que se dicta en base al decreto 62/19 de extinción de dominio: se estima un valor total de 7 mil millones de pesos.
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