Liliana Jacquelina Luchessi, una mujer de 30 años oriunda de San Luis, fue condenada a diez años de cárcel este miércoles por el homicidio de Yair Emanuel, su hijo de un año y 10 meses.
El 16 de junio de 2014, Yair Emanuel había ingresado al policlínico Juan Domingo Perón de la localidad de Villa Mercedes, donde falleció a causa de un “shock hipovolémico de origen traumático en la zona abdominal”, una hemorragia interna, según determinó la autopsia posterior. Pero a raíz de las múltiples lesiones que presentaba su cuerpo –una fractura en la cara, una cicatriz de quemadura, un diente flojo y lesiones en el frenillo de la boca-–sus padres fueron de inmediato los principales sospechosos de su muerte.
Liliana fue procesada como presunta autora del delito de “homicidio calificado por el vínculo” y la Justicia le dictó prisión preventiva en febrero de 2017. Había sido beneficiada entonces con prisión domiciliaria pero le fue revocada en abril de 2018 por haber ido a un boliche bailable a ver un show con amigos y familiares, mientras debía estar presa. A Roque Bruno Ezequiel Pacheco, padre de Yair y pareja de Luchessi, le dictaron la falta de mérito.
El juicio en su contra en la Cámara Penal Nº 1 de Villa Mercedes, que comenzó en febrero de 2017, se reanudó hace tres semanas luego de haber sido suspendido dos veces para que ella fuera sometida a estudios de salud mental solicitados con el fin de corroborar si es incapaz de comprender la criminalidad de sus actos. Los jueces Eduardo Cadelago Filippi, Virna Eguinoa y Hernán Herrera estuvieron a cargo del proceso.
El fiscal de Cámara Ernesto Lutens solicitó en su alegato que Liliana Jacquelina sea condenada a 20 años de prisión pero por el delito de “homicidio preterintencional” agravado por el vínculo, que sanciona a quien “con el propósito de causar un daño en el cuerpo o en la salud, produjere la muerte de alguna persona, cuando el medio empleado no debía razonablemente ocasionar la muerte”.
Es decir que Luchessi, según los cálculos del fiscal, sabía que le hacía un daño a su hijo, pero no pretendía asesinarlo.
Lutens lo argumentó teniendo en cuenta la falta de antecedentes de la mujer, pero también consideró la corta edad de la víctima y su condición de vulnerabilidad. El fiscal consideró además que el bebé padecía el “síndrome del niño maltratado” e hizo alusión a los testimonios de las vecinas de la acusada que afirmaron que Yair recibía golpes. Los médicos forenses argumentaron que el chico falleció “por un evento traumático ajeno a cualquier problema de salud”.
Los jueces de la Cámara Penal N° 1 de Villa Mercedes resolvieron una pena considerablemente más baja pero sostuvieron la calificación. Los argumentos del tribunal se conocerán en los próximos días.
Sin embargo, para el abogado de Luchessi, Pascual Celdrán, cabía perfectamente una absolución.
“Lo merecía porque no hay ningún tipo de pruebas en su contra, ni constancia del maltrato”, indicó a Infobae. "Ella está destruida, se descompone. No es una persona normal, tiene un retraso madurativo bastante importante y un certificado de discapacidad del 80% por el que cobra un subsidio. Tiene un angioma congénito, una dificultad muy grave para hablar y también nació con una malformación en el pie que le dificulta moverse”, explicó.
Luchessi, efectivamente, cobra una pensión no contributiva por invalidez en un banco privado al que es trasladada todos los meses desde la Penitenciaría Provincial de San Luis, donde está actualmente detenida y donde está terminando el secundario. “Ha recibido maltratos toda la vida, de toda la gente. Tiene una grave discapacidad en el habla, dientes postizos que se le caen y ha sido burlada siempre”, argumentó Celdrán, que sostuvo también que el certificado de salud mental presentado no fue impugnado e hizo hincapié en su “situación psicosocial". El abogado también dijo que si bien no había sido una madre idónea, dados sus problemas psiquiátricos, a Luchessi “la mala suerte le marcó la vida”.
En efecto, en el veredicto, el tribunal tuvo en cuenta como atenuante sus “condiciones personales”.
Las causas de muerte de Yair fueron otro punto de polémica. El fiscal Lutens remarcó que las lesiones que el menor tenía no podían haber sido producidas por simples caídas o accidentes domésticos y enumeró también algunos indicios y actitudes sospechosas de Jacquelina tras la muerte: “No hubo asistencia inmediata... la reacción de los padres en el momento del hecho fue de tranquilidad, de ausencia”, dijo.
“El nene muere porque se le rompen los vasos mesentéricos –las conexiones vasculares en el peritoneo–, lo cual puede ocurrir por un golpe externo, por una caída o por un montón de enfermedades”, señaló Celdrán también en ese sentido, y sostuvo que el maltrato no quedó debidamente acreditado en la causa. “No sabemos si muere por un golpe o una enfermedad".
Incluso Pacheco, al que le dictaron falta de mérito y es la última persona que estuvo con el nene en vida porque ella estaba durmiendo, "declaró que el bebé se le cayó de una silla alta de comer esa mañana”, continúa Celdrán.
Durante el juicio, una joven de 24 años que era vecina de Luchessi en el barrio San Antonio manifestó que había tenido una buena relación con ella, que era una buena persona y que incluso habían formado una amistad, pero que la mujer empezó a cambiar su comportamiento cuando se puso en pareja con Pacheco. Dijo que a partir de ese momento se volvió violenta con su hijo y aseguró que lo quemaba con cigarrillos y lo golpeaba.
“Agarró la droga y se alejó de nosotros. Me decía ‘gorda, después nos vemos’, pero después no nos dejaba entrar a su casa", contó, y aseguró que en una oportunidad incluso vieron el brazo del nene quemado y que la madre les dijo que había tenido un accidente con aceite.
Sin embargo, como la testigo contó que frente a ella siempre era buena y luego que en otra oportunidad había visto cómo le pegaba a Yair y luego cómo Pacheco la frenaba con un manotazo, el abogado de Luchessi solicitó al tribunal hacer copias de sus declaraciones y remitirlas al fiscal instructor de turno, para que investigue la posible existencia de falso testimonio.
Después de la audiencia donde escuchó su veredicto en silencio, Luchessi rompió en llanto y le dijo a su abogado: “No le hice nada a mi hijo, ¿por qué me siguen haciendo esto? No puedo entender”. El letrado indicó en el juicio que a la acusada le había costado mucho concebir a su único hijo y que tras su muerte “fue un golpe durísimo que la culparan a ella”. En sus redes sociales, que actualizaba en el tiempo que estuvo detenida en su casa, abundan las fotos y recuerdos de Yair.
“Te amo” y “te extraño” eran las frases que Luchessi le dedicaba con mayor frecuencia.
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