Un hombre quedó tendido este martes sobre el asfalto de la calle Malabia al 900, muerto a tiros salidos del arma de al menos un agente de la Policía de la Ciudad. La imagen representó la última escena de un hecho confuso ocurrido este martes cerca de las 11 de la mañana en el barrio porteño de Villa Crespo, por el que se investiga el accionar de los tres policías incluidos en la escena, quienes quedaron detenidos hasta que se aclare qué pasó y se sepa si actuaron con semejante letalidad porque sus vidas estaban en peligro o alguno de ellos se excedió.
La jueza Ángeles Mariana Gómez Maiorana recorrió esta tarde la escena del crimen, donde se cree que el hombre muerto –cuya identidad no fue comunicada– atacó con una navaja a los policías, en principio de manera sorpresiva y sin razones.
Todos los hechos giran en torno a dos autos: el patrullero de los oficiales de la comisaría comunal 15 y el del hombre muerto. Según pudo reconstruir Infobae a partir de información oficial y fuentes policiales, el oficial Ramón Pérez, que manejaba el móvil, fue quien recibió la agresión del hombre cuando estacionó en doble fila a mitad de cuadra, sobre Malabia entre Jufre y Castillo.
Los policías llegaron hasta allí porque debían controlar a la agente que estaba de consigna en la cuadra (una manzana siempre muy vigilada porque vive la hija de un fiscal). Mientras la mujer policía conversaba con el chofer y su acompañante, apoyada en la ventanilla del conductor, un auto estacionó detrás y de éste se bajó un hombre joven, quien fue derecho a atacar con una navaja al policía sentado al volante.
Pérez, porque lo vio venir o por reflejo, se cubrió la cara con uno de sus antebrazos, recibió un corte desde la muñeca hasta el dedo meñique y salió del auto.
Hasta allí, la secuencia es más o menos clara y no difiere en las versiones de las fuentes consultadas. Lo que se investiga es qué pasó a partir de ese momento. Una versión indica que el hombre fue hacia el lado del acompañante y quiso agredir a la policía que viajaba junto a Pérez.
La ventanilla del lado derecho del patrullero estaba astillada. Según comentó una fuente policial y tal como se intuye en las imágenes captadas, el tiro habría sido desde adentro del coche hacia afuera. Otra fuente de la misma fuerza aseguró lo contrario: que era un balazo de alguno de los policías, y que el móvil quedó en la línea de fuego.
El hombre muerto recibió al menos un disparo. Un vecino dijo a Infobae que escuchó más de un tiro y que ellos vieron que el cadáver tenía más de un balazo. Incluso contó que algunos habitantes del edificio donde vive vieron cómo el policía le disparó al hombre cuando este ya estaba tendido en el suelo.
“El efectivo agredido efectuó un disparo mientras que el agresor fue directamente a embestir a la encargada del patrullero, quien se defendió disparando su arma reglamentaria pese a lo cual el sujeto continuó la embestida. Finalmente el atacante cayó al piso”, comunicaron fuentes policiales.
Las balas que disparan los policías de la Ciudad están diseñadas para atravesar los cuerpos. Las teorías indican que un hombre con un cuchillo dispuesto a atacar puede incluso concretar la agresión aunque, durante su carrera, reciba disparos de las 9 milímetros reglamentarias. Los estudios hechos sobre esta escena –hipotética pero relativamente frecuente, como pudo haber sido en la calle Malabia– indican que a menos de 7 metros de distancia es factible que el atacante alcance su objetivo.
Las pericias sobre las trayectorias de las balas, las marcas letales en el cuerpo de la víctima y posibles testigos van a ayudar a determinar esta cuestión a la jueza Gómez Maiorana, titular del Juzgado Criminal y Correccional 49. Como posible prueba de la agresión del hombre muerto, se secuestró una navaja curva con hoja de aproximadamente 12 centímetros de largo.
Un dato extraño que comentaban quienes trabajaron en la escena del crimen es que el auto de la persona muerta estaba “lleno de sangre”. El caso tiene muchos misterios: de dónde venía el hombre, por qué atacó a los policías, ¿esta escena habrá sido consecuencia de otro hecho delictivo anterior?, ¿el hombre y el policía atacado ya se conocían?
Y el más importante, sobre todo por las consecuencias penales que podría tener: ¿el agente que disparó al hombre actuó en defensa propia o se excedió?
La jueza Gómez Maiorana cuenta con el beneficio de la tecnología: mientras los peritos investigaban los balazos en el patrullero, las vainas servidas en la vereda y la sangre en el auto del muerto, un anónimo se acercó a los investigadores y les entregó un pendrive. Allí, explicó a Infobae, está la secuencia que la cámara de un edificio tomó apenas a 10 metros, donde aparentemente se ve cómo fueron los hechos.
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