Los audios que muestran cómo operaba la mafia de los taxis en Retiro

Las grabaciones son parte de la evidencia recopilada en la investigación que derivó en la detención de cuatro choferes y cincuenta vehículos sospechados de formar parte de una asociación ilícita que funcionaba en la terminal de ómnibus

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Audios de la mafia de los taxis en Retiro

Luego de que la Policía Federal llevara a cabo este miércoles un operativo destinado a desbaratar una posible asociación ilícita de taxistas en la Terminal de Ómnibus de Retiro -en el que cuatro personas fueron detenidas y 50 vehículos secuestrados- salieron a la luz distintos audios que ilustran la manera en que los sospechados operaban.

En ellos, sus protagonistas describen cómo un grupo determinado de choferes es el que puede acceder a la terminal, y hacen referencia a distintas facetas de su operación: la restricción del ingreso a otros taxistas que ellos no habilitaran, y el cobro de una suma de dinero por viaje a aquellos que si pudieran hacerlo.

En una de las conversaciones, los interlocutores hablan sobre un tercero que aparentemente habría intentado ingresar a la terminal de manera esporádica, intentando usar como carta de entrada su relación con uno de los miembros de la organización. No obstante, ambos se muestran reticentes a autorizarlo.

“Vino a chapear con el gordo Avellaneda, con vos. ‘Está muerto Retiro’, dice. ‘Con más razón, vos no bancás la parada', le digo. Si no hay laburo tenés que bancar la parada igual. Vos querés picotear un viaje en todos lados y no es así”, dice uno de los taxistas, que se identifica como “Gaby”.

Audios de la mafia de los taxis en Retiro

Dejado atrás ese tema, ambos continúan hablando de la manera en que operan los taxistas en los puentes de la terminal, y cómo ciertos grupos tienen la explotación exclusiva de los distintos puentes por donde salen los pasajeros.

“Son dos grupos ahí abajo. (Avellaneda) en la 2 y 3 y en la uno los hijos de “Lito”. Yo estoy en la 4 y 5. Cada uno maneja su quinta”, explica el otro interlocutor, identificado como “Pino”, al final de la conversación.

La investigación que derivó en el operativo del miércoles tuvo como disparador una denuncia anónima enviada a la comisaría de la Policía de la Ciudad en la Comuna Nº 7 en abril de este año. La causa estuvo a cargo del juez de instrucción Martín Yadarola, que luego de recopilar pruebas mediante agentes encubiertos y escuchas telefónicas, entre otras, ordenó las detenciones.

Los detenidos fueron acusados de conformar una asociación ilícita con un abanico de delitos sospechados como extorsiones, amenazas contra quienes no quisieran pagar sus permisos ilegales, hasta daños y lesiones a conductores de Uber a quienes, cree Yadarola, los sospechosos mismos llamaban con engaños de falsos viajes para emboscarlos.

El agente enviado por el juez simuló ir a buscar a un pasajero como taxista y se negó a pagar el cánon exigido por la banda, que ejercía el control de los puentes de llegadas al punto de contar con garitas desde donde vigilaban a los autos que ingresaban y salían de allí.

A los que accedían, supieron los investigadores, los extorsionadores les colocaban un calco en el parabrisas, un sticker que indicaba que estaban habilitados, por así decirlo, para operar. La cuota era de “300 a 500 pesos”, según fuentes del expediente; aún no se sabe si ese monto era diario o semanal. En otro de los audios, una persona llama a otra solo para consultarle a quién le cobró la noche anterior. Escueto, el interlocutor responde y luego corta.

Uno de los audios, de hecho, hace referencia a estos calcos, que los protagonistas del hecho llaman logos. Dos miembros de la banda hablan de negarle el ingreso a un taxista que tenía la intención de comenzar a formar parte de la flota que pagaba la “tasa”.

“¿Tuviste quilombo con uno? Vino temprano ese. Yo lo rajé el otro día. Le saqué el logo, no quiero historia. En eso tenemos que trabajar en conjunto, mandémonos WhatsApp con aquellos a quienes hay que cerrarles la puerta. No piensan en la parada, piensan en hacer la suya. Yo te chiflo si le doy salida a alguno”, describe uno de los interlocutores del audio.

Además de las acciones descriptas en los audios, el juez sospecha que los taxistas tenían un mecanismo para agredir a conductores de Uber convocados a la terminal. En la redada, la Federal encontró un cuaderno que contenía chips de celulares con números de teléfonos. La sospecha del juez: que esos chips eran empleados en teléfonos falsos para emboscar a conductores de la aplicación.

Ahora, comenzará el proceso de indagatorias y análisis de la prueba. En febrero pasado, allanamientos ordenados por el juez federal Federico Villena apuntaron a una mafia de choferes que operaba en el aeropuerto de Ezeiza. Yadarola también buscará vínculos entre ambas causas.

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