El viernes pasado, cerca de las 23 horas, Fernando salió de trabajar. Estaba cansado y sólo tenía en su cabeza llegar a casa para ver a su esposa en su casa de la localidad bonaerense de Villa Ballester. Le faltaban algunas cuadras para llegar cuando de repente se encontró con un amigo a bordo de una camioneta Peugeot Partner gris, quien lo invitó a tomar una cerveza.
Fernando, agotado, le dijo que prefería ir a dormir y que lo dejaran para otra oportunidad. Al otro día, apenas salió, un vecino le contó una noticia que lo dejó helado: el joven que lo había invitado a salir algunas horas antes había sido asesinado. Ese amigo era Jonatan Sagardoy, el hombre de 32 años que fue abordado de manera mafiosa por un grupo de al menos ocho personas y baleado mortalmente mientras conducía su auto.
La diferencia es que no se trató de un asalto. De acuerdo con los primeros datos arrojados por la investigación que lleva adelante el fiscal Fabricio Iovine, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de San Martín, y por los aportes de la familia de la víctima, a Jonatan lo mataron por error, por un ajuste de cuentas que salió mal, una absurda y cruel confusión.
Todo ocurrió el sábado sobre la calle Montevideo al 3886, en Villa Ballester. A esa altura, Sagardoy, que conducía su camioneta en compañía de un amigo a quien conocen como 'Cirilo', fue rodeado por otros cuatro vehículos que lo venían siguiendo: una camioneta Renault Master blanca, otra Peugeot Partner, un Fiat Palio y una motocicleta. Dos de los agresores descendieron y uno le disparó a través de la ventana del acompañante sin mediar palabra. El tiro le entró por la axila y quedó alojado en la ingle.
Jonatan aceleró para poder escapar y su auto recibió otro balazo que ingresó por la luneta. El proyectil impactó en el hombro de Cirilo, que estaba en el asiento trasero, y también lo dejó herido. Como pudo, Sagardoy llegó hasta el Hospital Castex por sus propios medios, pero apenas entró a la sala de urgencia se desvaneció. Luchó por su vida durante dos días pero no pudo aguantar más. Su amigo, en tanto, quedó fuera de peligro.
Los familiares de Jonatan aportaron a la policía el dato de que se había tratado de un crimen por error. Según dijeron, uno de los que participaron del asesinato fue víctima de un robo 15 días atrás y pensó que la camioneta de Sagardoy estaba implicada. Según este relato, decidió hacer justicia por mano propia y atacó a alguien que no tenía nada que ver.
"Yo no lo puedo creer. Jony era un pibe muy bueno. Lo querían en todo el barrio. Ese día me lo encontré, a la noche, me dijo 'vení a tomarnos algo' y le dije que no. Él salía todos los fines de semana y este había hecho lo mismo. Yo estaba cansado y sólo quería volver a casa con mi señora. Quedamos en hacerlo otro día y después me dicen que lo habían matado. Con el correr de los días hablé con la familia y me dijeron que lo confundieron. Él no era una persona que tuviera enemigos. Nada. Era muy laburador, tenía mujer y una hija. Pude haber estado en esa camioneta. Es una pena", contó Fernando, el hombre que le ofreció la última cerveza en diálogo con Infobae, mientras caminaba a sólo una cuadra del lugar donde lo balearon.
El testimonio del amigo coincide con el del barrio en general. En la esquina de Montevideo y San Pedro el propietario de un kiosco comentó a este medio que Sagardoy era cliente y que todos sabían que era una persona sin ningún tipo de problema. "Él venía acá, compraba, se juntaba con sus amigos los fines de semana y no hacían ningún tipo de problema. Está claro que la pifiaron y lo confundieron. Es una lástima", aseguró.
A media cuadra, la dueña de un PH ubicado justo en frente de la emboscada le dijo a Infobae prácticamente lo mismo. "Yo siempre lo veía a Jonatan sentado con sus amigos en la vereda, sin hacer quilombo. Ya los conocía. De hecho, a media cuadra vive uno de sus amigos y estaba todo el tiempo por acá. No escuché nada y me enteré al otro día lo que había pasado. Ese tipo de hechos acá no se ven. Sé que hay inseguridad, pero un ataque así, nunca lo vi", relató la mujer. Sobre el asfalto aún se ven los vidrios del auto esparcidos y alguna que otra marca que indica aceleración de un vehículo, pero no mucho más.
Hasta ahora, el único detenido por el hecho es Guillermo Nicolás Gómez (26), quien quedó aprehendido, acusado de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego". Fuentes judiciales revelaron a Infobae que el fiscal Iovine le pedirá al Juzgado de Garantías Nº 3 que interviene en el expediente que lo deje detenido. "Por el momento se están tomando las testimoniales y si bien no está establecido el móvil, todo apuntaría a que todo ocurrió tal como dice la familia de la víctima, que se trató de un error", asegura alguien cercano a la investigación.
Para dar con Gómez, un joven de 26 años domiciliado en la calle Chacabuco al 4400 en la misma localidad y, según sus vecinos, "un tipo muy conflictivo que andaba a los tiros", fue necesario el testimonio de un arrepentido que le confesó a la familia de Jonatan qué había ocurrido.
"Nos enteramos de que entre los que cometieron el hecho había un conocido de Jony. Cuando los familiares y amigos empezamos a contar por redes sociales lo que había sucedido, este muchacho se comunicó con nosotros y nos contó llorando lo que había pasado, que se habían equivocado de persona", contó Cristian Olivieri, concuñado de Sagardoy.
Desde la Policía dijeron a este medio que Gómez estuvo a bordo de uno de los autos, armado. En un principio se dijo que era él quien había tirado del gatillo. Sin embargo, las mismas fuentes cercanas a la investigación confirmaron que el sospechoso negó haber sido el autor material. "Dijo que no fue él quien tiró. Que él sólo era el acompañante. Por eso ahora estamos abocados a dar con el otro que iba manejando", comentaron.
En el expediente, aclararon, por el momento creen que "fueron varios a increpar, pero la decisión de tirar a matar fue del que llevaba el arma", aunque aclaró que "la fiscalía está tomando declaraciones y recolectando prueba para ver qué rol cumplió cada uno y analizar si cabe alguna otra imputación".
A mediados de la tarde del jueves, fuentes de la Policía Bonaerense indicaron que hubo un nuevo aprehendido en el hecho, Leandro Javier Morales, un hombre de 29 años con domicilio en Loma Hermosa, acusado de ser el dueño de una de las motos que participaron en el hecho. Lo arrestaron en su lugar de trabajo en Villa Ballester. Su moto fue secuestrada. Hay un tercer sospechoso cuyo nombre está en manos de las autoridades: también lo busca la Policía.
Así, quedan cinco sospechosos por identificar.
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Lo confundieron con un ladrón, lo siguieron y lo mataron de un disparo