Luego de varios días de investigación, la Justicia logró comprobar que las dos viudas negras que sedujeron, drogaron y luego robaron a un joven en Villa Martelli la semana pasada son menores de edad. Ambas chicas están identificadas y tienen 16 años. Además, asisten a un colegio de la zona de Florida Oeste, en el partido de Vicente López. Según pudo averiguar Infobae, no habrían actuado solas: se investiga la participación de dos hombres mayores que serían cómplices.
Todo comenzó con un contacto por redes sociales el sábado 17 de agosto. Fernando P., de 20 años, vive desde hace algunos meses en un PH de la zona junto a su amigo Sebastián. Aquella noche decidieron ir a una fiesta en la casa de un conocido. En ese lugar, Fernando conoció a una joven rubia y atractiva con la que apenas cruzó unas palabras pero que alcanzó para que intercambiaran sus perfiles de Instagram. A las pocas horas ya estaba chateando; la química parecía fluir.
El contacto, siempre virtual, duró casi dos semanas. En esos días la mujer aprovechó la "buena onda" que había para presentarle al joven a una amiga. Comenzaron a chatear entre los tres hasta que las dos mujeres propusieron un encuentro en persona. Fernando ofreció su casa para invitarlas a cenar y tomar algo. Las mujeres aceptaron. Sebastián también estaba invitado, pero no asistió. Fernando P. se quedó solo en la casa.
Así, el joven pasó a buscar las chicas por Laprida y avenida Maipú, una de las esquinas más concurridas de esa zona. Fueron directamente para la casa de Fernando ubicada en la calle French, donde el anfitrión había comprado algunas bebidas para compartir y hasta había dejado algunos ingredientes preparados para cocinar la cena para los tres.
Una vez dentro de la casa, estuvieron aproximadamente media hora entre tragos y charlas. Todo venía bien para Fernando hasta que de pronto todo se apagó. En pocos segundos perdió el conocimiento y literalmente se desmayó. Recién volvería a recobrar la conciencia dos horas después cuando su amigo Sebastián le gritaba para intentar despertarlo.
Los dos amigos no tardaron mucho tiempo en darse cuenta de que les habían robado casi todos los artículos electrónicos, 13 relojes y cerca de 46 mil pesos. Todavía en shock por la situación decidieron subirse al auto de Fernando para buscar ayuda. Tampoco estaba. Las dos ladronas se habían llevado también el VW New Beetle 2016.
"De un momento a otro me morí. No sé qué es lo que me dieron. Está todo en mi casa a disposición para que lo analicen. Recién reaccioné a las dos horas cuando me despertó mi amigo", declaró la víctima ante el fiscal a cargo Gastón Larramendi al día siguiente del robo.
El auto de la víctima apareció cerca de la Villa La Rana gracias al rastreo satelital. El fiscal Larramendi espera el análisis de las huellas dactilares encontradas en el lugar para poder sumarlo al expediente. Además, en las últimas horas se sumaron nuevas cámaras de seguridad en las que se ve pasar el auto justamente en dirección a ese asentamiento de la zona de San Martín.
Si bien no hay cámaras de seguridad en donde se abandonó el vehículo, se cree que en ese punto las ladronas se encontraron con sus cómplices y se pasaron a otro auto donde escaparon.
Según la investigación que realizó el fiscal, las menores no actuaron solas. Se trataría de una banda de al menos cuatro personas que aplica esta metodología como modus operandi y ya lo habrían hecho en varias oportunidades. Los dos cómplices de las jóvenes serían dos hombres mayores de edad que por el momento no están identificados.
"Aprovecharon un descuido de Fernando para ponerle algo en la bebida y dormirlo. Al principio seguimos una pista que nos llevaba hasta San Martín, más precisamente a la villa La Rana, pero no era correcta. El hecho de que el auto apareciera por ahí nos condujo a eso erróneamente. En las últimas horas pudimos determinar que se trata de dos chicas de la zona de Florida Oeste. Nos llama la atención que hayan actuado en la misma zona donde residirían", indicó a Infobae una fuente cercana al caso.
La prueba más importante con la que contaba la justicia eran las conversaciones a través de Instagram en donde las mujeres y Fernando pactaban el encuentro. Sin embargo esos mensajes desaparecieron. Es que las dos delincuentes tomaron la precaución de bloquear la cuenta de Fernando. Cuando eso sucede automáticamente la conversación se borra y ya no se puede recuperar. También cambiaron sus nombres en esa red social y en otras.
Otro vínculo que ayudó a la Justicia a poder determinar las edades de las jóvenes fue que una de ellas era conocida de un amigo de la víctima. "Este dato surgió en las últimas horas y fue incorporado a la causa. Por eso digo que es llamativo que hayan robado en el mismo ámbito en el que se mueven. Eso es desprolijo y al principio nos desconcertó", señaló la misma fuente.
Ahora el expediente pasó a una fiscalía de menores donde se continúa la investigación para encontrar a las acusadas. Los dos hombres mayores sospechados, se cree, fueron los ideólogos del robo.
Ante el fiscal Larramendi, Fernando P. aseguró no saber que sus atacantes eran menores cuando las invitó a salir.
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