En las últimas horas la Policía de la Ciudad detuvo en el barrio de La Boca a Cristian Aníbal Rota Carrascal, de 23 años. El joven era buscado por la fuerza porteña tras robar en casas de mujeres a las que seducía en boliches de la zona oeste del conurbano bonaerense.
El modus operandi de Rota Carrascal parece sacado de una película de acción de mala calidad: engañaba a chicas jóvenes en boliches y en un momento de descuido, entre risas y alcohol, con la ayuda de dos cómplices hacía copia de las llaves de las casas de sus víctimas. Después junto a su banda irrumpían en los domicilios, a los que entraban por la puerta principal.
Pero no era su única especialidad. A pesar de su corta edad, Rota Carrascal también se dedicaba al robo de autos.
El camino hacia la detención de Carrascal, empleado según registros previsionales en una conocida parrilla de Palermo, comenzó con un violento robo que protagonizaron tres delincuentes armados en una casa de Pompeya en abril pasado.
En esa oportunidad tres mujeres, una madre y sus dos hijas, sufrieron un robo que incluyó intimidaciones, amenazas de sufrir violaciones si no entregaban grandes sumas de dinero, joyas, relojes, electrodomésticos y vehículos.
El caso recayó en el Juzgado en lo Criminal y Correccional N° 5 a cargo del doctor Javier Sánchez Sarmiento que ordenó una investigación a la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 1 de la Policía de la Ciudad.
A partir del testimonio de las víctimas, a través de relevar cámaras y contrastar imágenes, la fuerza porteña logró dar finalmente con las caras de los tres delincuentes.
Los investigadores no tardaron mucho en establecer que los tres ladrones eran clientes frecuentes del mismo boliche de la zona oeste del Conurbano al que iban varias de las jóvenes que vivían en las casas a las que en el último tiempo una banda había entrado a robar sin violentar las cerraduras.
El plan no era simple, pero los jóvenes, aprovechando las ventajas de la noche, lo ejecutaban a la perfección. Dos de ellos abordaban a las mujeres, en un descuido les sacaban las llaves y se las pasaban a un tercer cómplice que en el lugar realizaba una copia. Después se despedían, al menos por algunas horas.
Fue con estos datos que en mayo pasado el juez Sánchez Sarmiento ordenó el allanamiento de dos domicilios. Se encontraron varios elementos que los relacionaron a los robos, pero no hubo detenciones.
En las últimas horas, personal de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 1 de la Policía de la Ciudad detuvo a Rota Carrascal en Suárez al 1100, en el barrio de La Boca.
El joven de 23 años también estaría involucrado en robos en moto de relojes de alta gama y salideras bancarias, robos de vehículos a mano armada y a través de la utilización de un dispositivo inhibidor, así como entraderas en domicilios.
Rota Carrascal no es el único supuesto delincuente que en el último tiempo, con la excusa de un cortejo, de un encuentro romántico, de lo que puede ser una charla casual, encuentra el terreno propicio para desplegar su plan delictivo.
El 22 de julio pasado una mujer de 29 años denunció ante la Policía de la Ciudad que un hombre que había conocido en Tinder, de nombre "Cristian", de 30 años, había compartido bebidas alcohólicas con ella y hasta habían llegado a besarse durante un encuentro en la casa de ella. Sin embargo, todo cambió cuando la mujer le dijo que no quería mantener relaciones sexuales. La situación se tornó violenta: él le arrancó la ropa y abusó sexualmente de ella sin utilizar preservativo.
La mujer dijo no recordar más nada. Cuando despertó, el abusador ya se había ido llevándose consigo su billetera con sus documentos, tarjetas de crédito, una tarjeta SUBE y las llaves del departamento. No era la primera vez que el hombre de 30 años era involucrado en una causa por robo, aunque sí la primera que utilizaba la aplicación de citas para captar a sus víctimas.
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