Quizás su cuenta de Instagram la maneje alguien más. Hoy por la mañana, mientras Jonathan Fabbro se sentaba en la silla más incómoda de su vida, la cuenta de su novia Larissa Riquelme posteaba una imagen de ella en donde promociona una marca paraguaya de mochilas. No es la primera contradicción aparente: Riquelme ya había promocionado una juguetería de Ciudad del Este para el último Día del Niño.
De vuelta en el edificio judicial de la calle Lavalle, la Riquelme física y real gritaba y lloraba. Fabbro, tras sus últimas palabras, había decidido no presenciar el veredicto en su contra en el Tribunal Oral Criminal Nº 12: escuchó cómo lo condenaban por violar de manera gravemente ultrajante y corromper a su ahijada en una sala contigua. Riquelme también esperaba en una sala aparte junto a Pablo, hermano de Fabbro. Los dos habían declarado como testigos a favor del jugador en el juicio.
La pena fue de 14 años. Segundos después de oírla, Riquelme lloró y gritó: "¡Puta justicia!"
Poco menos de media hora más tarde, la modelo era trasladada en una ambulancia del SAME que ingresó aculatada al edificio judicial para trasladarla al Hospital Ramos Mejía. "Descompensación" es el diagnóstico que apuntan fuentes cercanas al traslado.
Durante las últimas semanas, Riquelme se presentó en programas para hablar a favor de Fabbro y publicó en redes sociales. Había entrado al edificio del brazo de la madre de Fabbro, Martha Zabala.
Ahora, todo cambia. La pena contra Fabbro, si ninguna apelación prospera, se considerará cumplida el 19 de diciembre de 2031. Eso no es lo único. En Paraguay, otra acusación similar le espera al ex jugador de River y Boca, un caso que tramita en la Fiscalía Barrial Nº 2 de Asunción a cargo de la doctora Carla Rojas.
Esta vez es por tentativa de abuso. La víctima es una menor del entorno más directo de Riquelme. Al momento del hecho tenía cinco años.
Una pericia psicológica aseguró que existe daño compatible con la acusación. “Yo te quiero decir un secreto”, comenzó la niña, y lo señaló a Fabbro en una situación en donde los dos estaban en una habitación en una “casa con pileta” “después de cenar”. “Yo vi todo su pilín. No se bajó todo su short. Me dijo que le duele su pilín y que le baje a chuparle”, dijo, atemorizada.
La madre de la menor está en contacto con Infobae, aislada de su propia familia, que apoya a Riquelme, que le objeta que hable. La modelo, asegura la madre de la menor, le escribió por WhatsApp a la niña semanas atrás, antes de que comenzara el juicio en Buenos Aires. El mensaje, de corte afectuoso, llegó tras años sin hablar. La madre envió una copia de ese mensaje: el remitente es el mismo número con el que Riquelme se comunicó varias veces con el autor de esta nota.
La madre, tras la condena, asegura: “Me siento tranquila pero no estoy conforme, hubiese pedido que le den 20 años. No es fácil como madre de la víctima sentir ataques todos los días de estas dos familias. Si tan inocente es, que dejen que la Justicia demuestre en vez de defender lo indefendible. Que no dejen a nuestras niñas como unas mentirosas. Mi nena tiene siete años y no sabe lo que tuve que pasar por defenderla a ella. No sabe lo que ha hecho todo el entorno de Jonathan para dejarlo libre. Fabbro tenía mil mujeres a sus pies, pero prefirió hacerles daño a nuestras niñas“.
Por Riquelme, dice: “No siento pena. Ella, a sabiendas, seguía con él”.
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