A través de la subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, la Dirección General de Seguridad Privada dio de baja de los registros públicos la habilitación de Gabriel de la Rosa, el custodio acusado del homicidio de un hombre de 68 años que había robado un aceite de oliva, un queso y dos chocolatines de un supermercado en el barrio porteño de San Telmo.
Asimismo, se envió un pedido de informe urgente al director de la Cooperativa de Trabajo de Seguridad y Vigilancia Dogo Argentino LTDA donde el vigilador estaba inscripto, para que en un plazo de 24 horas, una vez recibida la solicitud, brinde detalles sobre todo lo ocurrido el 16 de agosto pasado en el Coto de San Telmo, ubicado en Brasil al 500.
En tanto, de acuerdo al texto firmado por el director general de Seguridad Privada, Ignacio Cocca, no responder a este pedido puede provocar la suspensión de la licencia habilitante de dicha empresa.
Por el hecho, De la Rosa sigue detenido e imputado del "homicidio simple" de Vicente Luis Ferrer de 68 años junto al empleado del supermercado Ramón Serafín Chávez.
Según Alejandro Broitman, abogado defensor del vigilador detenido, éste declaró en su indagatoria ante el juez en lo Criminal y Correccional 33, Darío Bonanno, que retuvo a Ferrer cuando descubrió el robo pero negó haberle aplicado golpes: "Lo llamó para que frene, el hombre hizo caso omiso y siguió caminando. Mi cliente lo siguió hasta la vereda y ahí lo retuvo de un brazo para que devuelva la mercadería".
Y agregó que "el hombre forcejeaba y entonces se sumó Chávez, el jefe de De la Rosa, quien le ordenó que fuera a buscar a los policías que estaban en un patrullero a 50 metros", contó el letrado.
Según la versión del vigilador, cuando regresó con personal policial, Ferrer ya estaba inmovilizado en el suelo con Chávez encima y en ese momento se produjo la indisposición de la víctima.
Por su parte, la fiscal de la causa, Marcela Sánchez, informó a través del sitio fiscales.gob.ar que en el expediente declaró un testigo que vio cuando los imputados "zamarreaban" a Ferrer, pero no que le hubieran pegado.
Voceros judiciales indicaron que se trata de la empleada de una panadería que vio como Ferrer arrojó la botella de vidrio de aceite cuando fue increpado.
La autopsia determinó que Ferrer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico y una hemorragia cerebral.
El jueves pasado, cerca de 200 vecinos del lugar del hecho reclamaron Justicia por el crimen de Ferrer y pidieron un minuto de silencio en su memoria.
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