Gustavo Figueroa, quien prestaba servicios desde hacía nueve años como médico legista de la Policía de Tucumán, fue separado del cargo y sometido a una causa penal tras descubrirse que utilizaba la matrícula de un profesional fallecido.
La irregularidad fue descubierta en el Ministerio de Salud provincial, cuya titular, Rossana Chahla, puso en alerta al responsable del área que controla a la policía, quien comprobó la veracidad de la denuncia realizada por personas cercanas al acusado.
En la Dirección de Fiscalización del Sistema Provincial de Salud se comprobó que Figueroa fraguó toda la documentación con la que logró ingresar a la fuerza policial utilizando la matrícula de un médico fallecido.
En tanto, el ministro de Seguridad tucumano, Claudio Maley, informó que una consulta a la Universidad Nacional de Tucumán sirvió para comprobar que no se registran certificados analíticos emitidos a nombre del acusado Gustavo Figueroa y que el rector de esa casa de estudios, Mateo Martínez puso a disposición de la causa toda la documentación necesaria donde constan las irregularidades.
El decano a su vez afirmó que "la última actividad académica de este señor es de 2009 y que no tiene título de esta facultad".
Asimismo sostuvo que "luego de formular la denuncia en el Ministerio Público Fiscal se lo pasó a disponibilidad y ahora está bajo situación procesal de la Justicia".
Sin embargo, por el momento, el acusado sigue en libertad mientras avanza el proceso al que es sometido.
Figueroa prestaba servicios desde el año 2010 en la Unidad Regional Sur de la Policía local, ya que se trata de una persona radicada en Concepción, ciudad ubicada a unos 80 kilómetros al sur de la capital provincial.
Con esta actitud, el acusado habría estafado no sólo a los ministerios de Seguridad y Salud tucumanos sino también a una veintena de pacientes que atendía en una clínica privada en el sur de la provincia.
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