En la cárcel de mujeres de Paraná, una mujer atiende la llamada de Infobae y dice con tono serio:
-Servicio Sacerdotal de Urgencia.
-Hola, quería hablar con Nahir Galarza.
La mujer corta. En la segunda llamada, la misma voz dice:
-Banco de espermas.
-¿Me puede pasar con Nahir?
-Huy, perdone, no había escuchado bien. Estaba haciéndole una broma a una amiga. Nahir no puede hablar porque nos turnamos por horarios. Este es un teléfono fijo para las detenidas ¿Usted es el de Infobae, no? Sabemos todo lo que pone de Nahir y de mí.
-¿A qué se refiere?
-Escribió que ella era acosada por una compañera. Y me nombra a mí. Y yo no vi ningún abuso. Es más, la chica a la que ella acusa le hacía masajes, le acariciaba la oreja y Nahir no decía nada. Otra cosa: ¿sabe que ella nos amenazó de muerte? Nos dijo que no íbamos a dormir tranquilas. Que no íbamos a despertar. Pero usted pone lo que ella le dice.
-Cuénteme su versión. ¿Su nombre?
-No importa. Yo soy policía y estoy detenida injustamente. Y entiendo al padre de Nahir, que es de la fuerza, y por eso siempre la cuidamos. Hasta que nos tomó bronca. No sé por qué. Nadie la acosó o molestó. Pero dejémoslo ahí. Ella dice que nos colgamos de su fama. Y no es así.
La mujer cortó.
El 14 de marzo, Nahir denunció a una compañera por abuso. "Una de las chicas me contó que cuando me bañaba, una compañera se subía a una silla para espiarme y verme desnuda, porque el baño no tenía techo. Y que a veces me miraba por una mirilla. Una vez me manoseó". También dijo que le desapareció ropa interior.
La ronda de testimonios incluyó la declaración de otras compañeras de Nahir: no todas apoyan su denuncia.
La acusada es Ludmila Soto, quien hasta el año pasado era una de las mejores amigas de Nahir en prisión. De hecho cuando Infobae la visitó a Nahir para entrevistarla en exclusiva, solían hablar y convidarse facturas. Pero la relación cambió. Por un tiempo llegó a pesar sobre Soto una restricción para acercarse a Nahir. Luego, la cambiaron de pabellón.
Soto era policía y está acusada por privación ilegítima de la libertad con abuso funcional, vejaciones en acto de servicio y apremios ilegales. Se sospecha que junto a otros ocho policías detuvieron ilegalmente a nueve jóvenes en 2012 y les practicaron un simulacro de fusilamiento en un descampado, frente a un pelotón.
Pero Nahir esta semana estuvo con la cabeza en otro tema. Cuando el miércoles 14 su madre Yamina le contó que la Cámara de Casación Penal de Concordia había confirmado la condena a prisión perpetua en su contra, por matar de dos balazos a Fernando Pastorizzo el 29 de diciembre de 2017 en Guaeguaychú, Nahir se mostró dolida, pero no se sorprendió por la noticia.
"Estoy condenada desde antes del comienzo del jucio", dijo. Su madre la abrazo y le pidió que no perdiera las esperanzas.
Los jueces Silvina Gallo, Darío Perraud y Adolfo Lafourcade rechazaron el recurso de apelación presentado por el abogado defensor de Nahir, José Ostolaza, que había solicitado que el crimen fuera considerado un "homicidio culposo", que tiene una pena máxima de cinco años de prisión, y que no se tuvo en cuenta lo ella declaró en el juicio: que sufría violencia de género y que fue un accidente, no un asesinato.
La pelea con sus compañeras
Cuando fue denunciada por Nahir, Soto contraatacó: mandó una carta a las autoridades de la cárcel. "Es mentira. No abusé de ella. Lo dice para callarme porque yo sé que ella tenía un plan con su padre para fugarse porque no piensa estar 35 años acá y además dijo que si la seguía molestando iba a ahorcar con una toalla a Griselda Bordeira, una de mis compañeras".
Soto dijo hace cuatro meses que se turnaban para dormir por temor a ser asesinadas por Nahir. Y que la joven "tenía estudiadas distintas maneras de matar" y se les aparecía "de noche, como si fuese un fantasma, al pie de la cama".
El fiscal Pablo Zoff tomó declaraciones y hay testimonios contrapuestos. Algunas dicen que Nahir miente. Y otras que dice la verdad: que la acusada le tocó la cola.
Según Nahir, se defendió de Soto con una advertencia. "Le dije que no se confundiera, que dejara de hacerlo, que no se confundiera porque éramos amigas, además me gustan los chicos y ella tiene novia".
"Nahir miente", declaró la ex policía Griselda Bordeira, que estuvo presa por narcotráfico y fue liberada. "Dice eso porque siempre me odió y hasta habló mal de mí con periodistas sólo por prensa y fama", dijo Nahir.
"Se le tiró encima varias veces, la arrinconó y le propuso tener algo, y Nahir la aclaró que le gustan los chicos. Vivió un momento muy feo", dijo a Infobae un allegado a la joven.
Soto dijo además que por las noches, Nahir deambulaba en forma extraña. "Se para en la oscuridad y nos mira fijo. A veces se sube a un mueble y no deja de observarnos".
"Todo es falso. ¿Ahora resulta que soy un fantasma maldito? Falta que llamen al exorcista. Pero me aconsejaron que no les siga el juego de provocación, porque mientras yo estudio, leo o escribo ellas no hacen nada y me molestan", comentó Nahir.
El origen de la enemistad con Bordeira surgió en noviembre de 2018, cuando Nahir tuvo un entredicho con su compañera. Según trascendió, Nahir escuchaba música en sus auriculares cuando escuchó que Bordeira la criticaba. Discutieron y la relación quedó tensa. Bordeira comenzó a llamar a los medios para decir que Nahir la había amenazado. La joven siempre lo desmintió y acusó a su compañera de mentirosa y de buscar fama.
"Estoy cansada de tanto chusmerío", se queja Nahir. También le molesta que le preguntan si tiene novio. "No soy actriz ni modelo", dice. Aclara que sólo quiere pensar en los poemas que escribe (algunos basados en sus sueños o pesadillas), en los libros que lee (desde Rayuela de Julio Cortázar a El hombre y sus símbolos de Carl Jung) y en las materias que debe rendir en Psicología. Pero la relación con dos de sus compañeras y los fallos judiciales parecieran no darle la tranquilidad que ella pese a estar presa.
SEGUÍ LEYENDO: