A Emanuel Vélez Cheratto no le gusta que le digan "hacker". Prefiere "activista". Es un buen día para él. Por primera vez en más de dos años no tiene nada entre la vista y el horizonte.
Vélez Cheratto, alias "Líbero", acaba de salir esta tarde del penal de Las Flores del Servicio Penitenciario santafesino, donde estuvo detenido desde abril de 2017 con una conducta ejemplar y ninguna riña en su ficha, tras firmar un juicio abreviado por los delitos de estafa y asociación ilícita en el caso de fraude de tarjetas de crédito que lo mantenía preso. No es un entorno fácil, el personaje no le encaja para una cárcel santafesina de endurecidos, un chico hoy de 23 años, de una familia pobre de Córdoba capital, que nunca había tenido un antecedente penal en su vida.
"La verdad que fue una lucha constante con el sistema penitenciario, pero logré adaptarme, estuve en un entorno bueno, me llevaba bien con los demás, dentro de todo. Firmé el abreviado para acelerar los tiempos. Me negaron una excarcelación cuando tenía un comportamiento impecable. Hay mucha mafia", dice. "Todo para mantenerlo preso antes de las elecciones", asegura su abogado, Federico Baridón, que planea llevar el caso a la Corte provincial.
Emanuel no queda libre, no del todo. En algún punto de este año deberá responder por otra de sus cuentas pendientes. El Tribunal Oral Federal Nº7 lo enjuiciará en un proceso sin fecha de inicio definida por ser parte del hackeo en el verano de 2017 al Twitter de Patricia Bullrich para llenarlo de frases desagradables, luego de que le robaran su password con un mail de una falsa embajada boliviana, el acto de piratería online original contra el Gobierno macrista, investigado por el juez federal Sebastián Ramos con la división Delitos Tecnológicos de la Federal.
Vélez Cheratto había compartido capturas de pantalla de esos mails en su cuenta de Twitter en donde se engañaba a Bullrich. La división Delitos Tecnológicos de la Policía Federal siguió el rastro hasta encontrarlo.
Vélez Cheratto dice que no escribió esos mails tramposos, que fue alguien más.
"Estoy muy interesado en ir a juicio por esa causa, porque fui acusado sin fundamentos. Yo no lo hice", asegura. "Agarré esas capturas y las compartí en mi Twitter. Lo expliqué en mi indagatoria en Comodoro Py: yo tenía un contacto".
Ese contacto, tenía, o tiene, un seudónimo en la cultura hacker, "[S] ". En abril de 2018, "S" fue quien firmó el hackeo al sitio web de la Policía de la Ciudad para pedir por la libertad de Vélez Cheratto, un "defacing" o desfiguración de la cara de una web: también filtró cuatro gigabytes de la base de datos de la fuerza porteña y lo anunció en el sitio mismo, con una serie de links.
Hoy, el nombre de "[S]"suena alrededor del nuevo hack que golpea al Gobierno, "La Gorra Leaks", 700 gigas de información altamente sensible tomada de la nube de la Policía Federal y subida a la Deep Web, con archivos como las fichas personales de más de 70 policías de la Superintendencia de Drogas Peligrosas. También, "[S]" fue quien se atribuyó distribuir una foto privada de Bullrich en el grupo de Telegram de "La Gorra Leaks", según Clarín. También escribió una proclama que circuló por varios sitios, donde anunciaba su vuelta con un meme de Bullrich con una botella, un gato con un arcoiris en la cola y un tono desafiante.
"Las pericias a mi computadora dieron negativo. Nunca hubo un fundamento para detenerme, al mes de mi prisión preventiva el juez Ramos ordenó mi libertad. Seguí detenido por las otras causas que tengo", asegura, entre ellas una por ingresar a los servidores del diario El Litoral.
A "[S]", dice Emanuel, "nunca lo conocí en persona, los que estamos en la comunidad no nos conocemos físicamente. Él se acercó a mí, me mandó las capturas para mostrarme el método y la vulnerabilidad del sistema, lo hizo por Telegram".
"[S]", según Emanuel, se acercó a él luego de que se enteró de un hecho insólito en la historia del hackeo argentino: "Entré al sitio de la radio oficial de las Islas Malvinas y puse el Himno Nacional Argentino", asegura. Ocurrió. Fue en abril de 2015. "Hacked by Libero!" decía la web: "#LasMalvinasSonArgentinas".
Vélez Cheratto tiene un compañero de causa, otro presunto hacker, Ricardo Mirco Milski, de 30 años, que se adjudicó el ingreso al Twitter de Bullrich en enero de 2017.
"Milski nunca hackeó nada", dice Vélez Cheratto, desacreditándolo, "es un novato, no tiene conocimientos, está procesado injustamente. Como te dije, el verdadero hombre detrás de los ataques es otro". Fue un reportaje que dio Milski, alias "Niño Orsino", lo que llevó a conectar su nombre a los ataques al Twitter. Pasó un mes preso en Marcos Paz y fue procesado sin prisión preventiva. Sigue libre.
"Hay tele con cable en el penal, algo vi de una filtración nueva, pero no sé cuán grandes es", afirma.
-Hay información sobre familiares de policías, por ejemplo.
-¡Uuuuuy!
La reacción es visceral. Sin embargo, prefiere no analizar "La Gorra Leaks", su significado y su sentido de la oportunidad, crear anarquía y mostrar al Estado en calzoncillos, mostrar vulnerabilidad y generar una crisis de confianza al atacar la seguridad informática de una de las principales fuerzas de seguridad de la Argentina.
Mientras tanto, el colectivo "La Gorra Leaks" amenaza desde su cuenta de Telegram con "el impacto más grande de la historia argentina a nivel seguridad informática". Poco después de las 16 de hoy, publicaron una foto de Mauricio Macri con el policía Luis Chocobar.
"Mamita, la que se va a armar", comentaron.
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