Gabriela Aracy Moreira, la mujer del empresario rural Rolando Josué Nusbaum, asesinado el lunes de un tiro en la cara en su casa de un barrio cerrado de la localidad bonaerense de Open Door, fue detenida en las últimas horas sospechada de estar involucrada en el crimen tras supuestamente fabricar una historia -según fuentes policiales- de que un grupo de delincuentes había ingresado a robar a la vivienda y luego ejecutado a su marido en su cama.
El hombre de 68 años murió tras un disparo letal en su cara según la autopsia realizada por los médicos forenses de la Policía Científica de Chivilcoy. En detalle, el informe aseguró que el empresario presentaba un solo balazo que quedó alojado en uno de sus pómulos.
"Las pericias y las contradicciones en su relato determinaron que Moreyra sería la autora del crimen", le especificó a Infobae una fuente cercana a la investigación de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Nº 10 de Luján a cargo del fiscal Pablo Vieyro, quien lleva a cabo la investigación bajo la calificación de homicidio agravado por alevosía.
La principal evidencia en su contra, según esta fuente, fue un resultado positivo en el análisis de dermotest: a la mujer uruguaya, nacida hace 39 años en Montevideo, le encontraron restos de pólvora en las manos.
Desde la oficina del fiscal agregaron: "El resultado de una de las pericias, que se conoció el mediodía de este miércoles, fue clave para que el doctor Vieiro tomara la determinación, en la urgencia por la gravedad del hecho y ante la posibilidad de la existencia de peligros procesales".
La captura estuvo a cargo de efectivos de la Jefatura Distrital Luján de la Policía Bonaerense, con la colaboración de la DDI Mercedes, quienes la apresaron en la fiscalía misma del caso donde se había presentado con un abogado.
"El fiscal habló con ella y encontró una serie de contradicciones que constató con las pericias del vehículo y del dormitorio en donde se encontró el cuerpo de Nusbaum", agregó una fuente judicial.
La causa tiene a la mujer como única protagonista tras el relato que le brindó a la Policía en donde su marido, quien le llevaba casi 30 años, era masacrado por ladrones que ella misma tuvo que ayudar a huir con un viaje en auto.
Moreyra detalló que eran cuatro los delincuentes que ingresaron cerca de las 2 de la madrugada a su casa del club de campo "La Ranita" mientras todos los habitantes de la vivienda dormían. También narró que, tras despertarlos, los sacaron de la cama y los obligaron a recorrer distintos ambientes en búsqueda de dinero y elementos de valor.
La mujer contó que los delincuentes se llevaron 30.000 dólares, dos celulares, elementos de valor como cuchillería y varias armas de fuego, algunas de ellas largas, por la actividad de caza de su marido. También que mientras ella recorría la planta baja junto a dos delincuentes escuchó la detonación de un arma de fuego, pero no pudo ver qué sucedió.
Según fuentes cercanas al expediente, los hijos manifestaron que no llegaron a escuchar ni la llegada de los asaltantes, ni el disparo.
Finalmente, Moreira sostuvo que la obligaron a cargar lo robado en un Ford Focus y luego a sacar a dos de los delincuentes en en baúl del vehículo, mientras los otros dos asaltantes quedaron en la casa con el marido y los hijos. Lo que la mujer no pudo explicar es cómo hicieron los otros delincuentes para salir de la casa.
Moreira, monotributista categoría F, registrada como empresaria en los rubros de la AFIP, tenía su domicilio fiscal en La Ranita y, según el Boletín Oficial, era parte legal de los negocios de su marido. En junio de 2013, Nusbaum le cedió 20 mil cuotas de la empresa a su mujer y renunció al cargo de gerente: la sucesora en el cargo fue Moreira misma. La empresa, curiosamente, había sido creada menos dos meses antes según el Boletín. La socia original era una mujer hoy de 37 años, del mismo apellido que el empresario, una aparente familiar. Moreira no estaba en la composición.
SEGUÍ LEYENDO: