Los bagres del Paraná no saltan tan alto.
En apenas dos años, Herme Oscar Orlando Juárez llevó su fortuna al borde de la estratósfera sindical. Lo dice su propia declaración jurada del impuesto a las ganancias para el año 2016. En 2014, el hombre fuerte del Puerto San Martín en Gran Rosario, la cabeza y secretario general del sindicato SUPA, tenía en sus activos declarados 15,7 millones de pesos. Al año siguiente los aumentó en 20,7 millones. En 2016, declaró 85,2 millones de pesos.
Un salto del 385%. Juárez hasta canceló pasivos en ese período por más de dos millones, su única deuda, que fue con la AFIP. El rédito fue, supuestamente, gracias a su negocio unipersonal, operado con su propio CUIT. Con el IVA descontado, sus ganancias durante el 2016, solo con ese CUIT, ascendían a 50 millones.
El dato proviene de la página número 64 del procesamiento en su contra firmado este martes por el juez federal Adrián González Charvay, que lo encarceló la semana pasada en el penal de Ezeiza en una causa junto a su hijo Oscar, su hermano Iván y una red de más de diez supuestos cómplices, acusado de ser el jefe de una asociación ilícita dedicada a la coacción agravada y al lavado de activos.
Infobae accedió al documento firmado por el magistrado de Campana. La lista de bienes es, por lo menos, interesante.
Herme Juárez compró, por ejemplo, cinco embarcaciones, dos en un año, "Greta I" y "Greta II", 800 mil pesos cada una, participó en dos empresas dedicadas a la invernada de ganado. Declaró efectivo por 1,2 millones, cajas de ahorro y plazos fijos por 12 millones, letras del Banco Central por 66,3 millones.
No solo eso: también le facturaba a la Cooperativa San Martín, que lo tenía como empleado, así como a varios imputados en la causa, procesados junto a él: 17,6 millones solo en 2018. Los hijos de Herme Juárez eran empleados también. El procesamiento afirma que sus hijos cobraban de la Cooperativa "suntuosos salarios" sin "contraprestación alguna".
Había autos, además de la mansión donde lo detuvieron. Juárez se encontraba autorizado a conducir una camioneta marca BMW, modelo X6 35i, y un Toyota Camry V6 3.5 a nombre de la Cooperativa, los dos comprados en 2017.
La Cooperativa también tiene su patrimonio, calificado como "extraordinario"; el procesamiento habla de "aeronaves" "valuadas en $15.000.000 que habrían sido utilizadas por el investigado Juárez y su familia para viajar a la República Oriental del Uruguay" para hospedarse en el departamento con cochera atribuido al sindicalista en Punta del Este en las Imperiale Luxury Condominiums, torres de lujo en La Brava, valuado a fines de 2016 en tres millones, moneda argentina: sus hijas habrían actuado como prestanombres para la compra.
De todos esos aviones que volaban a Uruguay para los viajes de placer de los Juárez había uno en particular, que el sindicalista controlaba desde 2006, un Cessna 310R, matriculado a nombre de Juárez en 2009 con su mujer como co-titular, transferido a otra firma diez años después. Ese Cessna fue incautado la semana pasada en la redada de la Policía Federal en la que cayó Herme Juárez y en la que colaboró la AFI.
La causa, según el procesamiento, comenzó en febrero de 2018 con un correo a la PROCUNAR, el ala anti-narcotráfico de la Procuración a cargo del fiscal Diego Iglesias. Era un anónimo. No hablaba de lavado de dinero, sino de "una organización delictiva que estaría liderada por un sujeto llamado Herme Juárez que se dedicaría al tráfico transnacional de estupefacientes desde el puerto de Zárate, provincia de Buenos Aires, hacia el puerto de Veracruz, México".
A pesar de repetidas investigaciones encargadas a Prefectura por la PROCUNAR, la pista narco no pudo ser probada. Quedó todo lo demás. La casa de Iván, hermano de Herme, fue allanada: le encontraron dólares y otras monedas además de joyas en una serie de cajas fuertes. Recibió la falta de mérito. Tras allanar y procesar, el juez González Charvay se declaró incompetente por cuestiones de jurisdicción.
Herme Juárez continúa preso en la cárcel de Ezeiza.
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