El 30 de junio de 2018, un hombre en Córdoba, un tal Ezequiel, ingresó a Mercado Libre y llegó al número de teléfono de Sergio Alfredo Jarsún, de 48 años, oriundo de Temperley, hincha de Banfield. Ezequiel llamó. Jarsún, apodado "El Jinete", atendió.
"Te llamo por el anuncio de Mercado Libre", dijo Ezequiel: "A mí me hace falta un analítico, yo soy de Córdoba". "¿Para qué querés? ¿Secundario o terciario?", respondió Jarsún: "Los bachilleres valen tres mil pesos, analítico y título. Los técnicos cuatro mil pesos, analítico y título. El trámite es rápido, sencillo, vos me pasás datos, nombre completo, DNI, lugar y fecha de nacimiento. Yo con esos datos en 24 horas te los gestiono. Cuando lo tenga listo, obviamente ya está legalizado por el Ministerio, por el Gobierno de la Ciudad, avalado por el Ministerio del Interior. Ahí te llamo y te digo 'Ezequiel, arreglamos el envío y el pago'".
Las instrucciones eran simples: Ezequiel solo tenía que aguardar el próximo contacto para hacer el pago. El título analítico saldría a su provincia por Correo Argentino en 24 horas, una educación secundaria que jamás existió en un sobre certificado.
El celular de Jarsún, mientras tanto, era intervenido por una orden de la Justicia federal. Precisamente fue una publicidad en Mercado Libre lo que lo había entregado, una oferta descarada de un título ilegal. La investigación en su contra continuó durante casi un año, otras llamadas quedaron registradas en las grabadoras judiciales con el mismo esquema, las mismas ofertas.
El 26 de junio de 2019, la Federal allanó su casa en Temperley bajo las órdenes del juez federal Claudio Bonadio: le encontraron una docena de presuntos títulos analíticos secundarios terciarios de instituciones educativas como el bachillerato del Colegio Nacional Buenos Aires, del San Pablo Apóstol, de la especialización en radiología de la Cruz Roja, de licenciado en artes visuales de la UNA, del Instituto Nacional de Profesorado Técnico de la UTN, de dos carreras de técnico de fútbol. Tenía también sellos de homologación del Ministerio del Interior, del Gobierno porteño. Los títulos analíticos parecían reales: sus nombres combinaban con los números de DNI en los documentos.
Jarsún tenía un cómplice principal, un hombre de Burzaco, al que también allanaron: le encontraron el tarifario: "Bachiller, $3500, Técnico, $4500, Terciario, $6000".
El 18 de julio último, el juez Bonadio procesó con prisión preventiva a Jarsún, a su cómplice de Burzaco y a otros siete involucrados por los delitos de falsificación de documentos públicos con 26 hechos bajo una asociación ilícita, con Jarsún como jefe: el organigrama llegaba hasta cadetes, impresores y la hija del principal cómplice de "El Jinete".
Las escuchas no solo fueron claves para lograr la acusación en una causa en la que también intervino la Policía de la Ciudad: las pruebas en los allanamientos que incluyeron un ciber en Lomas de Zamora además eran voluminosas. Otro domicilio tenía 68 certificados y diplomas, entre ellos supuestos títulos de derecho y contaduría de la UBA y de la Universidad Maimónides, de la UCES. Otro miembro de la organización, "El Turco", tenía hasta una copia de una autorización de una especialización a cargo del Colegio de Médicos Bonaerense.
Jarsún y sus principales cómplices se negaron a declarar. Otro en la banda, un hombre de Llavallol de 35 años, aseguró ser un simple cadete. "El Turco" aseguró que todo el material que le encontraron en su local eran "fotocopias mal sacadas que la gente deja", un argumento poco convincente.
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