La lista de precios en dólares de las ametralladoras para narcos del mayor caso de tráfico de armas de la historia argentina

La incautación de 2500 fusiles en junio pasado suma un nuevo capítulo. Ayer por la mañana, dos hombres fueron detenidos en Asunción acusados de importar armas de alto poder ensambladas ilegalmente en Argentina por un misterioso armero. Los compradores de las armas: bandas temibles como el PCC y el Comando Vermelho

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Eduardo Alberto Ramírez Cantero, alias “Matungo”.
Eduardo Alberto Ramírez Cantero, alias “Matungo”.

A fines de junio, Gendarmería Nacional, bajo las órdenes de juez Pablo Yadarola, allanó a la organización detrás del mayor esquema de tráfico de armas de la historia argentina reciente. Le encontraron su lote de metal pesado: 2500 fusiles y otros artículos de guerra en más de 50 procedimientos en puntos de Río Negro, Santiago del Estero, una armería china en Castelar, Bahía Blanca, un country en Escobar. El lote era fabuloso, nivel Rambo, había hasta cuatro contenedores de TNT con relojes digitales y tres cajas de trotyl, ojivas de bombas aéreas, 16 cajas con trenes de fuego para bombas de aviación. Hubo más de 20 detenidos.

Todo era parte de una red internacional: la causa había comenzado en Estados Unidos con una alerta del Departamento de Seguridad Nacional luego de que una encomienda enviada desde un domicilio inexistente con un código postal del conurbano bonaerense hacia Miami encendiera las primeras alarmas en junio de 2018; hubo otras nueve cajas sospechosas enviadas desde Campana o Retiro en ese período. Y había vínculos locales, al menos según la investigación de Yadarola; entre ellos, el más importante de todos: el cerebro argentino. 

Ricardo Deisernia, "El Tuerto Richard", era un viejo veterano, miembro del Tiro Federal desde noviembre de 1984, que había llevado un conflicto legal por una de sus ametralladoras hasta la Corte Suprema con un fallo firmado por el máximo tribunal del país en 2017. "¿En qué se metió 'El Tuerto' esta vez?", decía un viejo conocido que lo definía como "un aficionado a las armas", riéndose un poco.

Ricardo Deisernia, “El Tuerto Richard”
Ricardo Deisernia, “El Tuerto Richard”

Al "Tuerto" lo detuvo Gendarmería en su casa-bunker de Martínez, sobre la calle Pringles: le encontraron un cuarto secreto lleno de ametralladoras en un sótano de puertas blindadas. Fue sorprendido y hallado mientras corría a esconderse: había descartado algunas cosas lanzándolas al patio del vecino. Deisernia tenía antecedentes, estuvo preso en Devoto entre 2004 y 2006 por contrabando. Las autoridades judiciales de los estados de Ohio y Florida de EEUU habían solicitado la detención de Deisernia con el fin de extraditarlo por la comisión de varios delitos, entre ellos el contrabando de armas. Tuvo cuentas pendientes con la Justicia estadounidense hasta hace no mucho tiempo. En agosto de 2018, el juez John Adams de la ciudad de Akron le denegó a Deisernia un pedido para eliminar una causa por venta ilegal de partes de armas que llevaba más de diez años en trámite.

Para los investigadores, Deisernia era el más capaz de todos, con años en el rubro y contactos para articular el núcleo del negocio de la banda: reunir partes de fusiles y ametralladoras importadas desde España y Alemania para ensamblar armas híbridas que serían exportados a Paraguay para alimentar el mercado asesino de bandas brasileñas que operan en el territorio como el Primeiro Comando da Capital y el Comando Vermelho, conformadas con ex presos paulistas y lugartenientes guaraníes, los dueños de la marihuana de Pedro Juan Caballero y, debajo de la línea de las FARC, lo más temibles del continente. Las armas, luego, llegarían a Brasil. 

La plata era importante. Un investigador en el círculo interno del expediente lo detalla: el Colt M4 montado en Buenos Aires con un costo de USD 2.000 rondaba los USD 10 mil en Pedro Juan Caballero y USD 18 mil en territorio brasileño. Una ametralladora MAG se iba por otros USD 10 mil, un simple FAL argentino por USD 6.000. Alguien tenía que controlar esos envíos. Eran dos personas, que cayeron ayer en Asunción, otros dos viejos lobos, viejos conocidos, tipos con antecedentes. 

León y Cantero tras su detención a cargo de Interpol en Asunción
León y Cantero tras su detención a cargo de Interpol en Asunción

Ayer por la tarde, Interpol Paraguay informó a la Dirección General de Investigación Criminal del Ministerio de Seguridad que había arrestado a Eduardo Alberto Ramírez Cantero, "El Matungo" y a Carlos Federico León Ocampos, con un exhorto enviado por el juzgado en lo penal económico de Yadarola. Ambos tenían causas previas en su país por violar la ley de armas de acuerdo al memo de Interpol enviado a las autoridades en la cartera de la calle Gelly y Obes. "Estamos satisfechos con este trabajo en Paraguay, una continuación de los allanamientos en Argentina. Era importante seguir con la investigación. Se van cerrando los círculos", aseguró el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco.

Les habían pinchado los teléfonos. Paranoicos, solían hablar en código, se espantaban cuando se daban cuenta de que usaban la línea en vez de la función de teléfono de WhatsApp. Enviaban su material no por bagayeros, no por baúles de autos, sino por un método mucho más sencillo: un expreso de micros con cajas que recalaban en Clorinda, Formosa, enviadas desde Santa Fe.

No es la primera vez que aparece esta ruta. En mayo de 2013, 25 mil balas marca Sellier & Bellot salieron desde una armería en Montserrat en los fondos de micros de Retiro para terminar supuestamente en las AK-47 de asesinos del monte marihuanero del Paraguay, unas 1250 cajas investigadas por la Justicia federal formoseña.

"Matungo" y Carlos cayeron, precisamente, por una caja. 

Heavy: algunas armas encontradas por Gendarmería.
Heavy: algunas armas encontradas por Gendarmería.

Había salido hacia Clorinda, tenía partes para construir un FAL y fue remitida desde Santa Fe, dirigida a Carlos León con un remitente en Rosario. Que le manden una caja a León era lo de menos: tenía 104 salidas migratorias registradas de Paraguay. El timbre en el departamento del remitente tenía un apellido escrito: "RAGUSA".

Román Ragusa, santafesino, de 55 años y "Matungo" Cantero habían conversado por WhatsApp desde 2015 hasta 2018 en una gran cantidad de ocasiones de acuerdo a un informe reservado. En la causa de Yadarola, Ragusa es el centro de la telaraña, el presunto nexo entre hombres como "El Tuerto Richard" y "Matungo" Cantero. Una alta fuente ligada al caso lo define como un armero experto, el hombre con el conocimiento para ensamblar los fusiles con partes que venían de todo el mundo y enviarlo a Paraguay. 

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