Como la "Casa de Papel", pero en Pilar: la historia de "Pupi" y "El Caribeño", presos por imprimir billetes falsos en un departamento

Héctor Parralejo y César Foti Suárez tenían en su poder impresoras láser y más de 600 mil pesos apócrifos cuando la Federal los detuvo por orden del juez Casanello. La investigación ordenada por la AFI y el billete trucho en un shopping que los delató

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Las planchas de los billetes
Las planchas de los billetes falsos

Hugo Héctor "Pupi" Parralejo, argentino, y César Alberto "Caribeño" Foti Suárez, nacido en Colombia pero radicado en el país desde su infancia, fueron detenidos por efectivos de la división Delitos de Falsificación de la Policía Federal luego de una investigación ordenada por el juez Sebastián Casanello y el secretario Ariel Saban en la que se pudo comprobar que ambos formaban una banda dedicada a la falsificación de billetes de 200, 500 y 1000 pesos, que eran distribuidos en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal.

Tenían impresoras, planchas, filmadoras, todo en un pequeño departamento en un complejo de la zona de Manuel Alberti en Pilar. Parralejo, el principal imputado, de 46 años, informático de profesión, oriundo de Tandil, estaba en plena tarea de impresión cuando lo allanaron: tenía 600 mil pesos entre plata falsa y lista y planchas para cortar. Nada de dólares. La banda solo producía moneda argentina. 

Una de las impresoras en
Una de las impresoras en el departamento.

Foti Suárez, por su parte, fue detenido en el barrio porteño de Constitución, en la calle Virrey Cevallos. Con 58 años, dedicado en los papeles a la venta de autos y un domicilio declarado en Lanús, su rol era el de financista. Según indicaron fuentes de la investigación a Infobae, el hombre aportaba los fondos para la producción de los billetes. De hecho, se pudo establecer que Foti Suárez pagaba los servicios de luz y gas del departamento de Alberti donde funcionaba el taller clandestino. Las pinchaduras telefónicas revelaron que había pagado otros insumos.

"Unos lúmpenes, tipos del hampa", los definieron los investigadores. Parralejo, que tiene conocimientos de diseño gráfico, ya había estado preso en un penal federal en 2013.

Parte de lo incautado
Parte de lo incautado

Como parte de la organización también detuvieron al  "Gordo Dani", colaborador en el negocio de los billetes truchos; a "Popper", distribuidor en la ciudad de Tandil de donde Parralejo es oriundo y "La Marchela", que se encargaba de la distribución en otros puntos de la provincia de Buenos Aires.

Los cientos de billetes falsos
Los cientos de billetes falsos en el taller.

Un perfume y una advertencia de la AFI: el origen de la investigación

Para entender cómo llegaron a la detención hay que remontarse a 2018, cuando a Parralejo le iniciaron una causa en el Juzgado Federal Nº7 de Casanello por haber intentado comprar perfumes con billetes falsos en el shopping Paseo Alcorta, en el barrio de Palermo. En ese momento una vendedora lo denunció, lo retuvo personal de seguridad y luego de que la Policía de la Ciudad lo requisara, descubrieron el billete falso y se lo llevaron detenido. Por ese hecho fue procesado y elevado a juicio. 

Por aquel episodio, en apariencia no tan grave, se lo acusó por el mismo delito que se lo acusa ahora: circular un billete falso es tan grave para el Código Penal como imprimirlo. 

Así, lo condenaron a tres años de prisión en suspenso. El delito de falsificar moneda tiene penas de entre 3 y 15 años. Si bien a Parralejo lo condenaron, en cierta medida la sacó barata.

En paralelo, la AFI enviaba una "precausa" al Juzgado Federal Nº9 de Luis Rodríguez, una prerrogativa que tiene la agencia de inteligencia para iniciar una investigación. Esta vez, las sospechas eran por narcotráfico.

En el marco de esa "precausa", pincharon varios teléfonos, entre los que estaba Parralejo en charlas con Foti Suárez. Ese expediente por tráfico de estupefacientes fue cerrado por falta de resultados pero se obtuvo un detalle clave que cambió todo y que fue aprovechado por el juez Casanello y su equipo.

En una de las grabaciones descubrieron una conversación de Parralejo y Foti  Suárez en la que se indica la existencia de los billetes. Es decir, a pesar de haber sido sentenciado, siguió delinquiendo con lo que sí sabía hacer según las imputaciones en su contra: producir moneda falsa.

La División de Investigación de Delitos de Falsificación de la Policía Federal comenzó a seguir los pasos de "Pupi". Lo encontraron en Tandil, donde le pincharon otros teléfonos que tenía a su nombre. "Después vemos que Parralejo se asienta en Pilar y vemos que empieza a tener conversaciones con Foti para comprar repuestos de impresoras. Seis meses de investigación y ya era evidente. De vuelta falsificando", reveló una fuente del caso a este medio. Después lo capturaron.

Bastante reales: así se ven
Bastante reales: así se ven los billetes falsos

En una conferencia de prensa en la que estuvo presente la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y la Subjefe de la Policía Federal Argentina, Mabel Franco, se dieron detalles de lo incautado.

Se secuestraron laptops de última generación, impresoras multifunción profesional e impresoras de mesa, todas ellas de alta velocidad. Cartuchos de toner, rollos de papel foil de diversos colores para copiar la banda de seguridad, marcos de tela para serigrafía y productos gráficos químicos para imitar originalidad del soporte papel.

Algunas de las impresoras
Algunas de las impresoras

Asimismo, hubo máquinas laminadoras que actúan por calor, que junto al papel foil imitan por calor la banda de seguridad, cortadoras, maquinaria para detectar luz UV y una lámpara de luz blanca y luz UV para observar medidas de seguridad en billetes.

Los allanamientos fueron realizados por
Los allanamientos fueron realizados por Policía Federal.

Encontraron documentación de vehículos en blanco y una pistola calibre .22.

Los investigadores federales recuerdan otro truco de Parralejo, de los días en que se dedicaba a circular moneda falsa norteamericana: solía colocar sus billetes truchos entre billetes reales. La cuestión pasaba por el olfato: intentaba que se le pegue el olor característico del dólar real.

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