Los robos a camiones blindados y transportadoras de caudales como los que protagonizó Luis "El Gordo" Valor en la década del 90 parecían una cosa del pasado: la piratería del asfalto se concentró en los últimos años en robos a blancos menores como camionetas que transportan alcohol y cigarrillos y teléfonos celulares, robos de baja infraestructura y ocasionalmente de alta violencia.
Esta mañana, en el Walmart de Sarandí, siete delincuentes desconocidos protagonizaron un cambio de época. Poco antes de las 8, tres custodios de un camión de transporte de caudales de la firma Brinks fueron reducidos por siete hombres vestidos con ropa camuflada y chalecos antibalas que portaban armas largas. El personal del camión había retirado dinero del Pago Fácil del supermercado, fueron interceptados justo antes de subir al blindado. Los ladrones los apuntaron con armas largas, uno de los custodios recibió un culatazo.
Así, se llevaron dos sacos con dinero. Al menos una fuente policial arriesga una posible suma: tres millones de pesos. Los asaltantes huyeron en tres camionetas, entre ellas una Volkswagen Amarok y una Fiat Ducato, que fue encontrada abandonada en el cruce de San Nicolás y Cáceres en Avellaneda.
La escena fue preservada por la DDI de la jurisdicción de la Policía Bonaerense, con una causa a cargo de la UFI Nº3 de Avellaneda con la fiscal Solange Cáceres. Los investigadores, por lo pronto, buscan las cámaras de seguridad de la zona y recaban testimonios. Los ladrones, que llevaban pasamontañas, les quitaron las armas a los custodios, tres pistolas Browning 9 milímetros. También les quitaron los handys: uno de los aparatos fue encontrado dentro de la Ducati.
Fuentes policiales no tienen dudas sobre la mecánica: hubo inteligencia previa antes del ataque. El abogado Víctor Varone coincide en este punto. Varone dirige junto a Gabriel Iezzi la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones, que nuclea a empresas de transporte de mercadería así como de caudales: en los últimos años, la Mesa se convirtió en el principal nodo de información sobre robos de este tipo y en un articulador clave entre el sector privado y el Estado para la articulación de políticas públicas.
"Grupos como este se dedican específicamente a blindados, lo que explica su estructura, su equipamiento y el descarte de vehículos. Se mueven en golpes programados. La piratería de camiones es un delito organizado, el robo de transporte de caudales es un nicho específico que requiere equipo y planificación especial", asegura Varone.
El robo ocurrió fuera del supermercado: los empleados estaban dentro, preparándose para abrir el lugar, que finalmente comenzó a atender al público después del mediodía. Fuentes cercanas a la empresa hablan de cámaras de seguridad que efectivamente muestran el robo, con los custodios apuntados con armas largas.
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