La Policía de la Ciudad desbarató una banda dedicada a la confección de títulos secundarios, terciarios y universitarios de diferentes Casas de Estudio, públicas y privadas, y a través de 12 allanamientos en Lomas de Zamora, Avellaneda y Morón detuvo a ocho de sus miembros.
En esos procedimientos, el personal policial secuestró sellos de organismos nacionales, de la Ciudad, de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba y de Mendoza y una serie de títulos recién confeccionados que no llegaron a entregarse.
Además se desmanteló una imprenta que operaba de manera ilegal donde se incautaron dos impresoras láser de última generación, dinero en efectivo y elementos tecnológicos utilizados para concretar los trabajos.
La desbaratada Banda del "Jinete Negro" se dedicaba a la confección de documentación pública apócrifa, donde resultaban afectados el Estado Nacional y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A través de páginas web, diarios y folletos entregados en la vía pública la organización ofrecía títulos secundarios, terciarios y universitarios y fue por esto que el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 11 a cargo del Dr. Bonadio, dio intervención a la División Defraudaciones y Estafas de la Policía de la Ciudad, con el objetivo de individualizar a los integrantes y encontrar las locaciones donde desarrollaban la actividad.
Tras las primeras investigaciones se estableció que esta banda captaba a sus potenciales clientes por medio de los anuncios, donde se facilitaban números de teléfono de contacto.
Tras la primera comunicación, vía WhatsApp se terminaba de cumplir con los requisitos necesarios para la confección del título apócrifo.
La banda estaba liderada por una persona conocida como "Jinete Negro", quien se encargaba de llevar adelante toda la operación, supervisándola desde el inicio hasta el fin.
Además su socio, alias "El Gordo", era quien se contactaba con los clientes y entregaba los títulos ya confeccionados.
Otro integrante, "El Peque", obtenía todos los datos necesarios para la confección de los títulos, como firmas, promedios y establecimientos educativos.
En tanto, "El Turco" era el imprentero, y conseguía la materia prima para confeccionar los títulos y los sellos.
Por su parte, "Bamban" era el contador de la banda; manejaba la cuenta bancaria para que los clientes depositaran los pagos y "El Bicho" era el encargado de recolectar el dinero.
La única mujer de la banda era conocida como "La Princesa", quien junto a su padre se encargaba de las relaciones públicas y la atención de los interesados en comprar los títulos truchos.
Finalmente, "Nacho" era quien se dedicaba a ocultar las huellas y los elementos constitutivos de ilícito.
El secretario de Justicia y Seguridad, Marcelo D´Alessandro explicó que "estos estafadores pedían a sus clientes fotos 4×4, fotos del DNI y los datos básicos para que en menos de 48 horas tuvieran un título trucho en mano".
Asimismo, señaló que los ocho detenidos conformaban una banda que venía trabajando hace tiempo con un importante grado de profesionalismo y "hay que destacar el trabajo de los investigadores de la Policía de la Ciudad en conjunto con la Justicia Nacional", afirmó.
En el caso de un título terciario o universitario, el comprador podía elegir la carrera y la Casa de Estudios otorgante. Los valores iban desde los $4 mil para los analistas secundarios, hasta los $20 mil para los universitarios.
En todos los casos, la persona que ofrecía los servicios aseguraba que estaban inscriptos en todas las dependencias pertinentes, por lo que eran "legales".
Todos los detenidos quedaron a disposición de la Justicia y el caso quedó caratulado como "Falsificación de documentos públicos".
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