Como todos los domingos, Ernesto Cavazza llegó temprano para abrir la parroquia Santa Mónica, en la localidad bonaerense de Villa Sarmiento. Poco más tarde comenzaría la habitual misa. Eran las 9.30 y se disponía a bajar de su auto, cuando tres delincuentes lo interceptaron con otro auto y lo ejecutaron de un balazo en el pecho.
"Parece que le quisieron robar el coche. Eran tres personas que lo bajaron y él se resistió un poco. Ahí le pegan el tiro", contó a Infobae Juan Rámon Bravo, el cura a cargo de la parroquia.
Cavazza tenía 80 años y era un feligrés comprometido con las actividades de la parroquia. Formaba parte del consejo económico de la iglesia, una suerte de tesorería de la institución.
Esta mañana, Ernesto estacionó su Peugeot 206 en la calle Manuel Rico 840, donde está ubicado el templo junto a la colectora de Autopista de Oeste. La tensión escaló cuando quiso bajar del auto y fue interceptado por tres ladrones en un Volkswagen Gol Trend.
De acuerdo a las imágenes de las cámaras de seguridad de la parroquia, el tesorero forcejeó con los delincuentes y uno de ellos le disparó, hiriéndolo de muerte.
Cavazza no murió al instante. Fue trasladado al Hospital Carrillo, pero no pudo sobrevivir en el quirófano.
A las horas, logró ser detenido uno de los delincuentes que participaron de la escena del crimen. Para dar con el imputado, tuvieron un rol clave las huellas que estaban en el auto y que fue encontrado en la tarde del domingo de parte de las autoridades.
En las últimas horas, tras dos allanamientos en Ciudadela detuvieron a una mujer de 41 años, imputada como partícipe del hecho, la cual fue encontrada bajo los efectos de alcohol y drogas. Además se incautaron pertenencias del dueño del Gol Trend negro y una pistola calibre 380. Continúan las tareas investigativas para dar con el tercero de los involucrados en la muerte de Cavazza.
La escena del crimen tuvo como testigo privilegiado a un hombre que estaba esperando al tesorero para que abriera la parroquia. Sus dichos serán claves para la causa. Además, a pocos metros, estaba abierto un puesto de revistas y diarios, por lo que no descarta que otro tipo de aportes testimoniales.
En Santa Mónica creen que fue un asalto al voleo y advirtieron que ya hubo hechos policiales similares en el partido de Morón, precisamente en otra de las parroquias de la zona, donde se produjo una entradera.
"Ernesto era un feligrés de muchos años, era una persona muy buena, un vecino del barrio. Era muy servicial y amable, un hombre de bien muy saludable y activo", contó Juan Bravo.
Tras el homicidio, las actividades religiosas no pudieron seguir con el esquema preestablecido. Por estas horas, la conmoción continuaba y el cura Bravo, y los hijos de Cavazza intentaban contener a su madre y a sus allegados.
"Se nos va a ser muy difícil. Este lugar está en el límite, es muy desolado, pero uno tiene que seguir. Estoy totalmente quebrado", sostuvo el sacerdote, visiblemente conmovido.
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