La noche que Horacio Conzi salió de su casa para pasear a sus dos cabras Franco y Sara no habría sido la única vez que supuestamente violó su arresto domiciliario.
La Justicia investiga si salió otras cinco veces sin autorización. Y habría una sexta: un taxista y el pasajero que trasladaba aseguran haberlo visto mientras el asesino de Marcos Schenone andaba en moto por las calles de Boulogne, partido de San Isidro, a 26 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
"Creemos que su arresto domiciliario pende de un hilo", dijo a Infobae una fuente judicial. "Se analizan cinco salidas de su casa, algunas habrían durado diez minutos", dijo la fuente. Pero ahora se suma una posible sexta violación de las condiciones de detención.
Conzi volvió a vivir en su casa desde el 14 de abril, sobre una pacífica calle de tierra en una zona de casas residenciales, donde pasa sus días con una tobillera electrónica. Vive en un caserón con tejas de ladrillo rodeado de árboles, con un jardín en el frente y portones y rejas.
Conzi es monitoreado por el Servicio Penitenciario Bonaerense. Sólo puede salir a hacerse controles médicos siempre y cuando avise y consiga el permiso judicial. Se supone que cada dos semanas es visitado de sorpresa por el Patronato de los Liberados.
Estaba alojado en la Unidad Penal N° 48 de San Martín. El polémico beneficio le fue concedido por la jueza de Ejecución Penal de San Isidro, Victoria García Maañón, por considerar que el condenado tiene una afección cardíaca que no puede tratarse en el penal.
Pero desde que su hermano Hugo (¿o él) posteó un video en el que se lo ve a Horacio jugando con sus cabras, la fiscal María del Carmen Gigante pidió a Maañón que el arresto domiciliario sea revocado.
Además advirtió que el condenado no puede publicar en redes sociales ninguna cosa que pueda herir la susceptibilidad de la familia de la víctima.
"Qué lindo estar en casa, vida nueva, empresa nueva, saludable 1000%, estoy intacto a pesar de todo gracias a mi filosofía de vida no me he contaminado, todo lo contrario y además salvé muchas vidas más de 20 diabéticos y 11 cancerígenos", escribió poco después de volver a su casa Horacio Conzi en su cuenta de Facebook, que luego cerró.
La madre de Schenone murió por esa enfermedad.
Ahora es su hermano Hugo el que pareciera haber tomado la posta en las redes sociales. Llama asesinos a los carnívoros, critica a los que toman vino y hace un culto al veganismo. Sin embargo, se sospecha que es Horacio el que escribe desde esa cuenta porque tiene una estética y estilo similar a la que tenía la suya.
Cuando Infobae intentó tener una charla con él, no fue posible. "Desconfío de los carnívoros, son todos traidores", dijo Conzi. "¿Podemos hablar?, ¿usted es Horacio o Hugo?", le preguntó este medio. "Soy Hugo", respondió.
En uno de los videos que fue posteado el 6 de junio en Facebook, se ve a un hombre parecido a Conzi jugando al golf. "El beneficio que recibió nos causó mucho dolor, y que encima salga a pasear, es una falta de respeto a mi hermano, a su familia y a la Justicia", dijo a Infobae María Eugenia Schenone, la hermana de Marcos.
El hombre que considera "asesinos" a los que comen carne, fue condenado por matar de tres balazos por la espalda a Marcos Schenone. Ocurrió el 16 de enero de 2003, cuando Conzi persiguió durante más de 30 cuadras a Schenone en su camioneta y disparó con su pistola 9 milímetros 14 veces contra el remís donde viajaban la víctima, un amigo, dos chicas y el chofer.
"Debería estar preso hasta que se muera", expresó María Eugenia Schenone. En 2005, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4 de San Isidro había condenado a Conzi a 24 años y 9 meses por "homicidio en concurso ideal con homicidio en grado de tentativa con cuatro víctimas". La condena vencía en 2027.
¿Salió a andar en moto?
En las últimas horas salió a la luz la versión de un taxista que dice haber visto a Horacio andando en moto por el barrio.
-Lo vi el 15 de mayo a la tarde en el cruce de Capitán Juan de San Martín y Nuestras Malvinas, a pocas cuadras de su casa -dijo a Infobae el chofer, que pidió reservar su identidad.
-¿Cómo sabía que era él?
-En realidad el pasajero, vecino de la zona, dijo: "Ese es Conzi". Yo había visto las noticias. Pero de entrada no me di cuenta de que era él. Sólo me llamó la atención ver a un hombre en una moto llamativa, moderna, con casco, vestido de negro, en una calle silenciosa, tranquila, donde había unos obreros trabajando… llamaba la atención.
-¿Pero cómo lo reconoció con el casco puesto?
-El pasajero me dijo que lo siguiéramos. Y de repente lo perdimos. Pasamos por la calle Santa Rita, porque el pasajero sabía que vivía ahí, y me fijo por el espejo retrovisor y lo veo que viene atrás. Le veo los ojos y parte de la cara. Me hace señas para que lo deje pasar. El pasajero sacó el celular, pero no se animó a sacarle una foto. Ojalá haya cámaras de seguridad que lo hayan registrado.
-¿Y qué hizo el supuesto Conzi?
-Paró en la casa, se sacó el casco, nos miró y entró. Ahí me no tuve dudas. En un momento pensé que podía ser el hermano. El pasajero se bajó del auto y este hombre le dijo: "Salí de acá, no te conozco". Y nos fuimos. El muchacho googleó y me convenció con esas fotos de que era Horacio. Esto fue en mayo.
-¿En algún momento pensó en denunciarlo?
-Es que primero dudé si era él aunque el pasajero estaba convencido. Además, no teníamos pruebas. Pero cuando vi el video de las cabras no me quedaron dudas. Hasta estaba vestido igual.
-¿Estaría dispuesto a prestar su testimonio?
-Si. Siempre y cuando sea necesario. Lo que no sé es si dar mi identidad. Y por otro lado no quiero sentirme un botón. Pero si pienso en el pobre muchacho al que mató, estaría dispuesto a hacer mi aporte. El pasajero me dijo que quizá también podría declarar.
-¿Puede asegurar 100 por ciento que era Horacio Conzi?
-Ahora sí. Imagínese que sino no haría nada. Esta persona, por más que haya sido un asesino, podría volver a la cárcel por mi declaración. Y mentir me llevaría a mí preso. Y no quiero prensa ni nada. Sólo que sea justo.
Enterado de este nuevo testimonio, Hugo Conzi negó rotundamente que fuera su hermano el que estaba en esa moto: "Era yo. Además mi hermano no sabe andar en moto y lo de las cabras no fue una violación de las reglas".
Cabras, veganismo y ataques a carnívoros
Conzi considera -al igual que el siniestro secuestrador Arquímedes Puccio, fallecido en 2013- que puede llegar a vivir hasta los 110 años."Someto a mi cuerpo a un experimento científico para superar los límites de la longevidad, estoy saludable un 1000%", había escrito en Facebook. Además posteaba fotos de cabritas, ovejitas y caballos.
Justamente Puccio una vez violó su prisión domiciliaria cuando fue descubierto comprando golosinas en un kiosco.
Conzi, ex dueño del complejo gastronómico "Las Olas Boulevard" (ex "Dallas") de Martínez estaba preso desde el 17 de marzo de 2003. Cumplió parte de la condena en la Unidad Número 21 de Campana y en la 48 de San Martín. Allí hizo cursos de todo tipo: apicultura, enfermería, albañilería, jardinería, plomería, electricidad, panadería, primeros auxilios, bombero y carpintería. Además estudiaba sociología. Por eso sus abogados siempre pidieron reducción de la condena: estudiar o capacitarse es un motivo para solicitarlo.
Horacio insiste en que antes del crimen comenzó a escribir un libro sobre Jesús. Allí se compara con Galileo Gallei, con Darwin, y tiene una teoría que para él es un hallazgo mundial: "Cristo no resucitó, se fue reencarnando en ciertas personas. Descubrí que una de sus reencarnaciones era una jubilada de Carapachay, a quien hallé un día, pero no pude hacer contacto con ella porque me buscaba Interpol". Conzi llegó a decir que se enteró que iba a ser "involucrado" en un asesinato porque se lo había avisado Dios y que es un mensajero y elegido que vino "a salvar al mundo de una Tercera Guerra Mundial".
"Es un psicótico delirante que vive fuera de la realidad", consideró en las pericias de parte el psiquiatra forense Mariano Castex. Pero los peritos oficiales determinaron que Conzi mató a sangre fría y comprendió la criminalidad de sus actos.
Durante el juicio se analizó como posible móvil del brutal homicidio los celos de Conzi, que decidió atacar a Schenone cuando lo vio besar a Paula Alonso, una chica a la que él había intentado seducir ofreciéndole trabajo como asistente para su proyecto de libro sobre Cristo.
"Lo vi dos veces. Nunca me pareció que intentara seducirme. Parecía torpe y hacía monólogos sobre Dios. La segunda vez le dijo a alguien que yo era su novia. Y apenas lo había visto", declaró Alonso.
El día del asesinato, el empresario no sólo hizo echar del restaurante a Schenone y a sus tres amigos, sino que los persiguió con su camioneta por la avenida Del Libertador y, a la altura de Beccar, baleó el remís.
Mientras Conzi permanecía prófugo (se entregó 57 días después del crimen, usaba identidad falsa, peluca y andaba por Mar del Plata), su hermano Hugo vivió un raid mediático. "Mi hermano es un dulce de leche, más bueno que Lassie atado", repitió en varias entrevistas.
"Mi hermano es otra persona y quiere colaborar y ser útil a la sociedad, la cárcel es pasado", asegura hoy Hugo. Aunque de comprobarse que violó el arresto, Horacio Conzi deberá volver a prisión. Su peor pesadilla.
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