La Justicia de Rosario dictó la prisión preventiva por el término de 90 días e imputó por el delito de grooming (acoso a menores de forma virtual) al árbitro de fútbol Martín Bustos, quien fue detenido durante la noche del jueves pasado tras pactar un encuentro con un jugador de 14 años del club Newell's haciéndose pasar por masajista.
Así lo decidió el juez penal Ismael Manfrín al rechazar el pedido de prisión domiciliaria solicitado por la defensora pública de Bustos y dar lugar al requerimiento de la titular de la Unidad de Delitos Sexuales de Rosario, la fiscal Carla Cerliani, quien lleva adelante la investigación.
El caso comenzó el miércoles cuando uno de los chicos de las divisiones inferiores que habita la pensión del equipo rosarino le contó al psicólogo del club lo que le sucedía. Le dijo que una persona que decía ser masajista lo había contactado por WhatsApp y estaba intentando concretar una cita para tener sexo con él.
Las autoridades del club entonces activaron su protocolo de seguridad. Hubo reunión con todos los planteles de las divisiones menores y se descubrió que ese chico no era el único con el que Bustos intentó encontrarse. Surgieron otros dos casos de menores entre 15 y 17 años.
Tras la denuncia realizada por el club, Bustos fue arrestado por oficiales encubiertos de la policía de Rosario, quienes primero continuaron la conversación e intercambiaron mensajes haciéndose pasar por el menor para acordar un lugar de encuentro.
Ahora el árbitro está acusado de practicar grooming con el adolescente al que trató de engañar. "Vino especialmente para buscar menores; había reservado un departamento", dijo a TN al finalizar la audiencia Mariano Montoya, abogado de Newell's.
El árbitro había estado preso durante seis meses en la causa que investiga abusos a menores que vivían en la pensión del club Independiente, por la que se mudó al interior del país luego de ser liberado en septiembre del año pasado.
En ambos casos, la mecánica que empleó el imputado para intentar seducir a menores rosarinos fue exactamente la misma: utilizando distintas redes sociales con perfiles diversos para contactarse con los jugadores de las divisiones inferiores. Los halagaba, les prometía regalos y pactaba encuentros que después terminaban con actos sexuales en su departamento de la zona norte del Gran Buenos Aires.
La investigación de la causa que tiene como víctimas a los juveniles de Independiente está a cargo de la fiscal Soledad Garibaldi, de la UFI 4 de Avellaneda, que este sábado pidió que vuelva a ser detenido y se le revoque el fallo de la Sala I de Lomas de Zamora, que ordenó la excarcelación de Bustos.
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