Por fin. Tras haber estado prófugo en México con una circular roja de Interpol sobre su cabeza, tras caer detenido en un hotel de Cholula acompañado de su pareja Larissa Riquelme y ser extraditado al país con esposas en las manos y un policía de la Federal en mayo del año pasado, tras pasar diez meses en una celda de Marcos Paz, el futbolista Jonathan Fabbro -ex River, ex Boca, ex mediocampo de la selección de Paraguay, país donde se naturalizó ciudadano- irá a juicio acusado de abusar sexualmente de su propia ahijada desde que tenía cinco años, de supuestos ataques, penetraciones orales, eyaculaciones y tocamientos. Se trata de al menos cinco hechos.
El debate oral, según fuentes judiciales, comenzará el 12 de agosto en el Tribunal Oral Criminal Nº12. Las partes fueron notificadas de esta novedad a mediados de la semana: Fabbro llegará al proceso luego de varios cambios en su defensa, con Gastón Marano como abogado querellante en representación de la familia de su ahijada.
La ficha penitenciaria, en cierta forma, no beneficia al ex acusado. Los resultados de una requisa hecha el 14 de febrero último en la celda del futbolista por personal del Servicio Penitenciario Federal en febrero de este año llegaron al expediente en el Tribunal.
Infobae accedió al acta hecha tras la búsqueda, firmada por un jefe penitenciario de turno, el documento detalla "un elemento punzante de metal de fabricación casera cuya medida es de 14 centímetros", una faca, "dos elementos contundentes de metal" de más de 60 centímetros de largo cada uno y "un recipiente de plástico" que contenía nafta.
Sin embargo, parece haber una discrepancia en otros registros del Estado, donde consta únicamente la nafta, detectada en una botella. Lo cierto es que, al fin y al cabo, se le encontró un elemento de contrabando comprometedor al futbolista en el mismo sector de ofensores sexuales que comparte con detenidos como Rodrigo Eguillor.
La botella de nafta, en cierta forma, es lo de menos. "Está hasta las manos, ¿no?", pregunta un viejo conocedor del mundo del fútbol. Quizás sea un eufemismo: en los cálculos de la querella del abogado Marano, las pruebas del expediente parecen abrumadoras, con un procesamiento confirmado por la Sala VII de la Cámara Criminal en junio de 2018. Francisco Oneto, entonces abogado de Fabbro, pidió la nulidad de toda la causa al asegurar que no había lugares y fechas exactas para los presuntos ataques, un argumento que no funcionó.
Los jueces de la Sala VII consideraron que no solo existe información para ubicar a los supuestos abusos en tiempo y lugar sino que la reiteración de los hechos puede afectar el desarrollo sexual normal de la menor, tras valorar la declaración en cámara Gesell de la ahijada del futbolista y los testimonios de su hermano, su madre, su padre, además de informes psicológicos y psiquiátricos.
La hermana de Fabbro y su madre fueron contra la menor en sus apariciones públicas, aseguraron que la niña mentía: un examen psicológico reveló que no presentaba "indicadores de un aumento patológico de la imaginación" ni una "propensión a la sobrecarga imaginaria" en sus procesos mentales.
La menor hasta pidió un bozal legal en contra de las familiares de Fabbro y de Larissa Riquelme para que no revelaran información sobre ella. Otro examen psiquiátrico reveló una particular angustia de la menor al hablar del futbolista: su miedo era cómo le explicaría lo presuntamente ocurrido a su futuro novio, a sus hijos. Estos exámenes, razonaron los jueces de la Cámara, otorgaban más credibilidad todavía a los dichos de la ahijada del futbolista.
Y después están las capturas de pantalla, imágenes aportadas por la familia de la menor de una conversación de WhatsApp en donde Fabbro, insólitamente, le pedía fotos a la niña. "A mi novio tampoco le mando fotos así", aclaró la menor. La madre y la hermana del futbolista aseguraron en su momento que las capturas podrían ser una fabricación: una pericia de la división Cibercrimen de la Policía de la Ciuda ya la había ratificado como veraces.
La indagatoria de Fabbro solo agregó sal a la herida procesal. En el juzgado de la causa, el futbolista se sorprendió sobre cómo su propia ahijada no había notado el tamaño de su pene en otro intento de desacreditarla "porque es algo que llama la atención el tamaño de mi miembro" que "no es normal, un poco más grande que lo normal", aseguró. Dijo, sin sonrojarse, que su pareja "lo sufría".
El querellante Marano asegura: "Estamos sumamente satisfechos con que finalmente se hayan fijado las fechas de debate. Para la familia de esta niña han sido más de dos años de lucha con muchísimas dificultades ocasionadas por el imputado. No tenemos ninguna duda de que en el debate se terminará de corroborar sus responsabilidad por los hechos aberrantes que se le imputan. Por su defensa pasaron ya tres equipos legales. Aún así, todas las pruebas apuntan a su culpabilidad".
Las audiencias contra Fabbro en el TOC Nº12 continuarán los días 15 y 27 de agosto. Luego, vendrán los alegatos y el veredicto. Fabbro -que además de abuso agravado por el vínculo está acusado además del delito de corrupción de menores- podrá recibir hasta 20 años de cárcel si es declarado culpable.
Larissa Riquelme, por su parte, se mantuvo junto a Fabbro a lo largo del tiempo, continuó con sus visitas a los penales de Ezeiza y Marcos Paz donde estuvo detenido. En Paraguay, mientras tanto, continúa abierta otra causa contra Fabbro por el delito de tentativa de abuso. La víctima es una niña del entorno de Larissa.
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