Analizarán las armas de 10 policías bonaerenses para saber quién mató a un joven durante una confusa persecución en Martín Coronado

Diego Cagliero tenía 30 años y este martes en su agenda figuraba una cita con los médicos que atienden a su novia: esperaba para esta fecha conocer el sexo del bebé que la pareja iba a recibir para la primavera. Pero la futura mamá llegó sola al consultorio. El papá ya no está. Murió el último domingo, asesinado por una bala de la Policía Bonaerense en un episodio extraño que, todo hace sospechar, fue consecuencia de la violencia de un efectivo de la fuerza de seguridad y lejos estuvo de la versión que circuló oficialmente y que vinculaba a la víctima y a sus amigos con un robo y un tiroteo.

Por eso, este mismo martes en el que Cagliero iba a saber si en septiembre llegaría una nena o un varón, la fiscalía que investiga el episodio, a cargo de Gabriela Disnan, elevó una serie de medidas para profundizar sobre la actuación de la policía durante la tarde de ese domingo, en el que alrededor de 10 agentes en cinco patrulleros balearon la camioneta en la que iba la víctima con otros seis amigos.

Lo primero que quieren saber los investigadores es quién de todos los agentes disparó la bala que atravesó el pecho y mató a Cagliero, que estaba desarmado. Las pistolas de todos los policías -por ahora en libertad- fueron secuestradas y serán peritadas con las vainas servidas y los casquillos encontrados en la escena del crimen.

La camioneta de la empresa Aysa que manejaba uno de los amigos de Diego -empleado de esa compañía desde hace dos años- terminó con 11 impactos de bala. En ese vehículo apareció una pistola y las sospechas apuntan a que fue plantada por los policías cuando descubrieron que los jóvenes que estaban adentro, y tras los disparos fueron detenidos en efecto, no tenían ningún botín.

El grupo de amigos había estado 40 minutos antes en un supermercado, donde tuvieron un altercado con los empleados del comercio. Aparentemente algunos de ellos intentaron robar productos pero finalmente, según los testimonios de los implicados ante la fiscal, y los videos registrados en las cámaras de seguridad, los devolvieron.

En una de las imágenes se ve salir a uno de ellos con una botella bajo su ropa. Parece un acto demasiado leve como para motivar una persecución que terminó con 11 disparos contra una camioneta.

"No encontraron impactos de bala ni en la zona donde ocurrió el hecho ni en los patrulleros. No hubo enfrentamiento, no existió el tiroteo, nunca los policías pudieron haber visto armas porque la camioneta no tenía ventanillas", consideró Fernando Sicilia, abogado de la familia Cagliero.

Por eso, otra de las medidas de prueba importantes que pidió Disnan en el comienzo de esta semana fue peritar los llamados al 911 que hicieron los empleados del supermercado y también el contenido de lo que transmitió la operadora de ese número de emergencias a la Policía.

"Necesitamos la grabación, a ver con qué tenor llama. Hubo una discusión entre otras personas por el robo de una botella que no se concretó. Los empleados seguían pensando que se llevaron más cosas, tomaron la patente y llamaron al 911. También queremos saber cómo la operadora del Centro de Monitoreo se lo transmitió a los policías, porque se la siente exaltada en uno de los videos", comentó Sicilia, para quien "resulta raro que se le quita el sonido al video cuando llega la parte de los tiros y cuando la camioneta frena".

En las filmaciones se observa la camioneta esquivar los patrulleros que la rodean. Según declaró el amigo de Cagliero que manejaba la camioneta ante la fical del caso, él se asustó cuando vio que uno de los móviles se le venía de frente. "En ningún momento antes de que me intercepten sentí que me venían persiguiendo, yo iba a la velocidad permitida en la avenida", dejó asentado en su declaración, a la que tuvo acceso Infobae.

La fiscal le preguntó si esquivó el patrullero y el hombre respondió que sí "porque se venía de frente" pero que igual lo golpeó. Y luego contó que hizo unos "30 ó 40 metros" y que frenó porque "escuché los gritos de mis compañeros".

"A todo esto se escuchaban los ruidos de la balacera, cómo pegaban contra la camioneta. No frené porque me asusté, sinceramente, jamás me imaginé que venían hacia mí", declaró, y consideró que a los 30 metros bajaron todos con las manos arriba y que "los policías estaban muy alterados".

La fiscal lleva por el caso dos causas. Una que aún mantiene a los siete amigos como sospechosos de "robo agravado y tenencia ilegal de arma compartida". Y otra que investiga el accionar de la Policía Bonaerense de Tres de Febrero, cuyo operativo al principio había sido alabado por el intendente de ese municipio, Diego Valenzuela, al destacar que los agentes habían desactivado una "banda" de ladrones.

"Quiero aclarar que no somos un grupo de delincuentes o barrabravas. Somos un grupo de amigos que venía de despedir a un amigo que murió", declaró el mismo testigo.

Cagliero y sus amigos, efectivamente, ese domingo venían de un velatorio. Luego pasaron por la casa de otro amigo y 40 minutos más tarde fueron víctimas de la persecución y los tiros policiales.

Tras la detención, fuentes policiales comunicaron a este medio un relato de los hechos que ahora está puesto en duda: "Uno se quedó en el volante, otro en la vereda y un tercero dentro de la camioneta. Calculamos que lo hicieron así por si el operativo policial llegaba al supermercado, algo que no sucedió porque actuaron en pocos minutos. Se llevaron únicamente el efectivo que había en el negocio".

Incluso detallaron que fue un "robo pensado", ya que los supuestos asaltantes "tenían información sobre una recaudación que el supermercado iba a despachar durante las últimas horas". Incluso dijeron que fue un "robo de película".

Ahora, según confirmó el Ministerio de Seguridad, se abrió un expediente de Asuntos Internos para "colaborar" con la fiscal. Pero los agentes no fueron separados de sus cargos por el momento.

"Mi hermano muere con las manos en alto. La Justicia sabe que ningún tiro salió de la camioneta. Él no se robó nada. Salió sin un escarbadiente del supermercado", aseguró a Radio con Vos Yamila, hermana de Diego. La familia también reclamó que la Policía no preservó la escena del crimen, por lo que temen que las pruebas y los rastros que siempre deja un hecho de estas características hayan sido adulterados.

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