Un policía perteneciente al Comando Radioeléctrico de Rosario fue imputado por homicidio después de que las cámaras de seguridad de una esquina de la ciudad lo retratara cuando ejecutó de al menos dos balazos a un presunto delincuente que estaba tirado sobre una vereda.
El hecho ocurrió durante la noche del último martes en la esquina de Buenos Aires y 27 de Febrero, en la ciudad santafesina, cuando un patrullero se cruzó con una pareja a bordo de una moto, quienes supuestamente habían cometido unos minutos antes un robo a una conductora de un vehículo.
A bordo del rodado iban Maximiliano Rosasco (35 años) y Jimena Daiana Gramasco (25), mientras que los dos oficiales que intervinieron en el suceso fueron el suboficial Luciano Mariano Nocelli y Hugo Daniel Leone. Todos los videos que terminaron comprometiendo a uno de los uniformados fueron registrados mediante un domo instalado en la esquina en cuestión.
La secuencia fatal comienza cerca de las 22.15 del martes y dura apenas unos 15 segundos. En el video se puede percibir cómo la mujer, Gramasco, aguardaba a su acompañante a altura de la senda peatonal de la calle Buenos Aires. En un instante, apareció Rosasco y al mismo tiempo entró en escena un patrullero en contramano. Rápidamente, Nocelli y Leone salieron del vehículo para intentar detener a los presuntos delincuentes, pero según lo que se percibe en el material audiovisual, fueron repelidos con disparos.
Después de unos segundos de incertidumbre y balazos, Gramasco quedó tirada junto a su moto y a unos metros, Rosasco permanecía malherido y tendido sobre la vereda. Fue entonces cuando justo sobre el margen izquierdo del video se percibe la aparición de Nocelli, quien se detiene de pie justo al lado de Rosasco y lo ejecuta con dos disparos a quemarropa.
Sobre el final del video, Leone, que se había caído al pavimento durante el enfrentamiento a tiros, se puso de pie y pareció tener bajo control la situación junto a su compañero.
Los dos presuntos motochorros fueron derivados con heridas gravísimas al hospital Clemente Alvarez, donde ambos terminarían muriendo horas después. De acuerdo a algunos rumores sugeridos por los medios locales, el joven recibió en el cuerpo más de diez balazos.
En la escena del hecho fueron secuestrados una moto 110 cc, un revólver calibre .38 que empuñaba Rosasco y al menos unas 17 vainas. No fue informado si las mismas pertenecían a las armas reglamentarias de los policías.
Una vez que se consiguieron las imágenes del hecho de violencia, el material fue enviado a la oficina del fiscal Miguel Moreno, quien no tardó en actuar de manera contundente contra los dos uniformados.
Luego de interpelado el documento audiovisual, el fiscal resolvió imputar a Nocelli por el delito de "homicidio calificado por el uso de arma de fuego agravado por su condición de funcionario público", el cual prevé una posible pena de cadena perpetua de prisión.
En tanto, a Leone se lo imputó por "falsedad ideológica en calidad de coautor, incumplimiento en los deberes de funcionario público y encubrimiento", a raíz de numerosas falencias en el relato sobre los hechos ofrecido.
De hecho, la fiscalía confirmó que el accionar de Leone durante el enfrentamiento a disparos con los delincuentes fue "conforme a derecho".
La fiscalía considera que Nocelli fue responsable directo de las dos muertes y que, por lo pronto, deberá permanecer con prisión preventiva. También lo acusa de haberle disparado "entre una y cuatro veces" al cuerpo de Gramajo, quien nunca ofreció un accionar de resistencia.
El relato oficial de ambos policías radicó en que ambos vieron a un presunto ladrón (Rosasco) intentando robarle a una mujer en plena calle, justo unos segundos antes de que aparecieran en escena. Sin embargo, después de cinco días de lo sucedido, la supuesta víctima de ese intento de robo todavía no se presentó ante la fiscalía para prestar su testimonio.
La causa es llevada a cabo por la jueza María Melania Carrara.
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