Un hombre de 39 años fue condenado a la pena de 12 años de prisión por abusar sexualmente de una adolescente en una finca de la localidad de Aguas Blancas, en el norte de la Provincia de Salta, y luego amenazarla con un machete para que no contara lo sucedido.
Federico Sebastián Velarde, de 39 años, recibió la sentencia por parte del juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Orán, Edgardo Laurenci, quien lo consideró autor material y penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de armas.
El hecho fue denunciado por la madre de la menor de 17 años, y según su testimonio, Velarde interceptó a la víctima en una finca de la localidad de Aguas Blancas, que está a 320 kilómetros al norte de la capital salteña, en la frontera con Bolivia, y luego de abusar de la adolescente, la amenazó con un machete para que no contara lo sucedido.
Velarde, que continuará detenido en la Unidad Carcelaria 3, de Orán, fue declarado reincidente por segunda vez, ya que presentaba antecedentes condenatorios.
El juez aceptó el acuerdo al que llegaron las partes, mediante el cual el hombre reconoció los hechos denunciados en su contra, y dispuso que se practique al condenado un examen médico y la extracción de material genético para su incorporación al Banco de Datos Genéticos.
El tío abusador
En otro caso, la jueza Carolina Sanguedolce, vocal interina de la Sala II del Tribunal de Juicio de Salta, condenó a un hombre de 39 años, a la pena de 9 años de prisión, por abuso sexual gravemente ultrajante en un número indeterminado de hechos, agravado por la guarda y la convivencia, en perjuicio de dos niños.
El imputado es tío materno de las dos víctimas, y la denuncia fue radicada por el padre de las jóvenes damnificadas, que actualmente tienen 17 y 18 años.
Ante las actitudes de rebeldía, tristeza e inseguridad de sus hijas, el denunciante se propuso averiguar qué les sucedía e insistió en hablar con ellas, hasta que la mayor le contó que cuando eran niñas y tenían 4 y 5 años, su tío las sometía a ambas a tocamientos impúdicos.
El condenado las llevaba a su dormitorio con el pretexto de ver televisión, las recostaba en su cama y allí las sometía a los abusos.
La joven reveló que estos hechos se prolongaron hasta que ella cumplió 10 años, momento en que sus padres decidieron mudarse a otra casa.
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