Para los investigadores, el ataque al diputado Héctor Olivares y el crimen del asesor Miguel Yadón comenzó a las 22 horas del miércoles pasado. A esa hora, Juan Jesús Fernández salió de su casa y se subió a su Volkswagen Vento gris, de donde ocho horas después saldrían los disparos mortales. ¿En ese momento tenía planificado lo que iba a hacer? No hay elementos por el momento que así lo indiquen. ¿Lo ocurrido puede haber sido el desenlace violento de una noche de alcohol? Así lo declararon dos de las seis personas detenidas, una de ellas el propio Fernández.
A 48 horas del crimen de Yadón y del ataque a Olivares -diputado de la UCR por La Rioja e internado con riesgo de vida-, Infobae reconstruyó las pruebas y declaraciones que hasta ahora hay en la causa judicial a cargo del juez de instrucción Mariano Iturralde y de la fiscal Estela Andrades. Los investigadores tienen dos certezas: que todos los involucrados en el hecho están detenidos, tanto los que participaron del crimen como quienes pudieron ayudarlos en su huida. También que el ataque no tuvo ninguna connotación política. Pero todavía no se develó el móvil. La hipótesis del crimen pasional o un ataque por motivos personales no tiene pruebas en la causa, por lo menos hasta ahora. Inclusive dos acusados la negaron.
El miércoles a la noche "El Gitano" Fernández se subió a su auto y partió a encontrarse con amigos para salir de copas. Uno de ellos era Luis Cano, detenido en la causa. Cano declaró en la Justicia que con Fernández fueron a su casa a buscar plata. Fernández llegó a las 5 de la mañana con su Vento hasta Montevideo y Rivadavia. Eso quedó registrado en cámaras de seguridad que obtuvo la Policía Federal. También que un auto blanco estacionó detrás. Cano fue a buscar el dinero y cuando regresó encontró al Gitano con Juan José Navarro Cádiz, primo de Fernández y a quien acusó de ser el autor de los disparos. Cano dijo que discutió con Fernández porque le dijo que no iba a salir con Navarro Cádiz porque él no se juntaba con gente joven.
Fernández y Navarro Cádiz se fueron solos en el Vento. No hubo rastros de ellos hasta las 6:22 cuando estacionaron el auto en la plaza Congreso. Luego ocurrió lo que se conoce: Olivares y Yadón pasaron caminando y desde el auto le dispararon. Yadón murió y Olivares quedó gravemente herido. Fernández y Navarro Cádiz bajaron del auto. El segundo cruzó la calle y fue a tirar los casquillos que recogió del auto. Fernández arrancó el auto y se fue.
Poco después lo dejó en un garaje de la calle Bartolomé Mitre al 1400. De las cámaras de seguridad se ve que sale del lugar con otro hombre canoso. Para los investigadores podría ser Miguel Navarro Fernández, padre de Navarro Díaz, y primo de Fernández, con quien fue detenido ayer en Entre Ríos. Las preguntas que todavía no tienen respuesta son por lo menos dos: ¿cuándo se subió esa persona al Vento? y ¿era un tercer hombre que estaba en el auto al momento del ataque?
Luego de dejar el auto, Fernández se fue a su casa en la avenida Belgrano al 1700. Hasta allí fue su hija, Estefanía Fernández Cano. La mujer fue detenida acusada de ayudar a su padre en la huida. Relató que su padre estaba mal, tal vez bajo los efectos del alcohol, y que le dio algo para que se recuperara. También que le contó lo ocurrido: que Navarro Cádiz, de la nada y sin motivos comenzó a disparar desde el auto.
La mujer también declaró que no conoce ni tuvo relación con Yadón y Olivares. La justicia le secuestró el celular. En un primer análisis no se encontraron ni conversaciones ni contactos con las víctimas. Pero se hará una pericia más profunda. "Pudo haber hecho algún borrado", no descartó uno de los investigadores.
Estefanía también dijo que luego su papá se fue de la casa. El encargado del edificio declaró que los vio salir juntos.
El primer detenido del caso, Rafael Cano Carmona y cuñado de Fernández, declaró en la causa. Dijo que tiene una cédula azul del Vento porque así se lo pidió su hermana a Fernández y que cuando ocurrió el ataque estaba durmiendo en su casa.
Ayer se produjeron las últimas detenciones del caso. Fernández y Navarro Fernández fueron apresados en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y Navarro Cadiz, en Uruguay. La Policía Federal sospechó que este último salió del país porque siguieron los movimientos de su madre que quedó registrado en Migraciones que se había ido a Uruguay.
Fernández y Navarro Fernández fueron traslados a la ciudad de Buenos Aires. El Gitano declaró lo mismo que su hija: que Navarro Cadiz disparó sin motivos y de la nada y que no tenía vínculos ni conocía las víctimas. Para que Navarro Cadiz sea trasladado desde Uruguay a Argentina se requiere un exhorto judicial sobre el que el juez Iturralde comenzará a trabajar la semana que viene.
Para los investigadores todos los involucrados en el caso están detenidos. Tras las indagatorias restará asignarles una responsabilidad en el ataque, en el caso que todos lo hayan tenido. Para eso se espera el resultado de varias medidas de prueba, principalmente pericias.
En el Vento se encontraron proyectiles, vainas, ADN y huellas que serán analizadas. También peritarán celulares y esperan la reconstrucción completa de las cámaras de seguridad. Lo mismo con los resultados de dermotest, la prueba para saber si una persona tiene restos de pólvora en la mano, aunque es difícil obtener resultados si no se hace dentro de las 12 horas de ocurrido el hecho.
Respecto a los teléfonos, la justicia tiene el celular de Yadón. Se trata de un Iphone, un móvil al que no es fácil acceder. Pero de allí puede surgir datos importantes sobre si tenía vínculo o no con los detenidos.
Otro elemento central será el peritaje al arma encontrada ayer en el allanamiento a la casa de Navarro Cádiz. Se trata de una pistola calibre.40, la que se usó en el ataque a Yadón y Olivares. Se buscará determinar si es la misma. Navarro Cádiz dijo en Uruguay que estuvo en el hecho pero que no efectuó los disparos.
¿Cuál fue el móvil del ataque? Lo que está descartado es que se haya tratado de un tema político. Y por el momento en la causa no hay elementos que confirmen un motivo pasional o alguna otra trama de índole personal. A la falta de indicios se suma que dos de los acusados lo negaron. Pero los investigadores señalan que las pruebas en marcha serán relevantes para definirlo.
¿Pudo ser un hecho violento producto de una noche de alcohol?, preguntó este medio. "Hasta ahora es lo que surge de dos declaraciones. Pero los acusados pueden mentir", fue la respuesta. Hay un elemento que puede avalar esa teoría: la nula profesionalidad con la que actuaron si fue un hecho planificado. Lo hicieron con un auto registrado a su nombre, en una zona muy transitada como Congreso y se quedaron en el lugar después de cometido el ataque.
Pero todo está bajo investigación.
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