Al ver las imágenes de la camioneta del Servicio Penitenciario de Santa Fe desbarrancada en el camino, un hombre en el Gobierno que sigue de cerca el caldero a punto de explotar de las cárceles en Argentina encendió un cigarrillo y tomó el teléfono para conversar por WhatsApp. No estaba sorprendido, para nada.
"¿Qué, lo de los presos en Santa Fe? Amigo, es solo cuestión de animarse", dijo. Alguien se había animado, ciertamente.
Para ese entonces, nueve de 13 presos que ocupaban la camioneta corrían por los pastos altos para intentar esconderse entre las casas cercanas a Granadero Baigorria. De acuerdo a fuentes policiales, dos vehículos, entre ellos una camioneta Volkswagen Suran negra, interceptaron al móvil que trasladaba a los detenidos de vuelta al penal de Coronda donde todos cumplían distintas penas, luego de una serie de visitas familiares autorizadas por la Justicia.
Los hombres en los vehículos abordaron a los guardias penitenciarios, los encañonaron y amenazaron. Fuentes cercanas a la investigación hablan de un enfrentamiento entre los atacantes y los guardias, con un efectivo heridos. Así, los presos se fueron, a pie, frenéticos. Hasta ahora, dos de ellos ya fueron recapturados. Cuatro de los detenidos decidieron no bajarse, se quedaron en su asiento en la camioneta.
"Nadie de alto perfil", decía poco después del mediodía una voz en el Ministerio de Seguridad santafesino, a más de dos años de la emboscada en donde enemigos de Los Monos, marcados por la muerte del "Pájaro" Cantero, el ex jefe fuerte del clan, fueron baleados en un traslado. Nadie, por el momento, habla de vínculos con organizaciones criminales de peso, con altos jefes del submundo.
Sin embargo no es solo cuestión de animarse a cruzar una camioneta y liberar a nueve detenidos a punta de pistola, no es solo agallas: es cuestión de inteligencia y de pistolas.
Infobae accedió a la lista completa de detenidos que estaban dentro del móvil. Todos ellos son oriundos de Rosario, excepto uno. Sus antecedentes e imputaciones son de una peligrosidad evidente: robo a mano armada, homicidio criminis causa, matar para ocultar un delito.
-Nahuel Arce: de 26 años, nacido en enero de 1993, venía de Rosario. Había entrado en octubre de 2014 al sistema de cárceles de Santa Fe en una celda en el pabellón 2 del penal de Coronda, donde se encargaba de limpieza y mantenimiento del pabellón. No tenía un buen concepto, ni buena conducta. Tampoco era un reincidente. Podía optar para una libertad asistida recién en en marzo del año 2022. El delito por el fue condenado: homicidio. Arce, por su parte, fue el primer recapturado.
-Alejandro Candia: de 33 años, recibió una condena pesada: diez años y cuatro meses por robo a mano armada y evasión, una pena supervisada por el Juzgado de Ejecución Penal de Coronda. Estaba marcado dentro del Servicio Penitenciario como un preso conflictivo. Su pena, por el momento, vence en mayo del año próximo.
-Leandro Cabalie: 32 años, celda en el pabellón 6N del penal de Coronda, entró a la cárcel en mayo de 2017, acusado de homicidio. Buena conducta.
-Mariano Ezequiel Cardozo: con 29 años, la imputación en su contra le valió una condena equivalente a poco menos de la mitad de su vida hasta ahora, 14 años de cárcel por robo seguido de muerte, que había comenzado a purgar en mayo de 2008. Estaba bajo un régimen de salidas transitorias, tenía buenas calificaciones de conducta. También se encargaba de trapear su pabellón.
-Carlos Dángelo: 33 años, homicidio criminis causa, preso desde febrero de 2012 en una celda en el pabellón 8 de Coronda.
-Hugo Alberto Peralta: 37 años, dos cargos de robo, simple y a mano armada, amenazas, marcado como reincidente en el sistema y con una pena excepcionalmente dura de 20 años, supervisada por el Juzgado de Ejecución penal de Rosario.
-Patricio Alfredo Rojas: un reincidente del pabellón 8, nacido en Las Garcitas, Chaco, en el Departamento Sargento Cabral de la provincia. Preso en Santa Fe desde septiembre de 2010, es el que tenía la pena más dura de todas en la camioneta, 25 años por los delitos de homicidios y lesiones graves. Recién podría recibir la libertad asistida en el año 2034.
-Alberto Augusto Quiroz: del pabellón 8, condenado a 13 años y ocho meses por robo y homicidio, encargado de trapear galerías y pasilos, su pena vence en febrero de 2027.
-Diego Alberto Sosa: acusado de robo, pabellón 2 de Coronda, muy buena conducta, destinado al taller de herrería de la cárcel, beneficiado con salidas transitorias. Iba a salir libre por cumplimiento de pena el 28 de diciembre de este año, justo antes de Año Nuevo. Ya fue capturado también.
Las imputaciones son evidentes. No hay narcotraficantes aquí ni presos ligados a grandes mafiosos. De todas formas, ¿quién tiene un amigo en el otro lado lo suficientemente armado y decidido como para montar este golpe? Quizás esto sea lo más difícil de determinar. La patente de la Suran fue anotada antes de su fuga. Maximiliano Pullaro, ministro de Seguridad de la provincia, confirmó que la camioneta fue robada a un hombre de Granadero Baigorria poco antes del ataque. No fue lo único que robaron: se llevaron también cuatro pistolas de los guardias penitenciarios.
Por lo pronto, el fiscal de flagrancia Marcelo Maximino toma cartas en el asunto. Ya tiene bajo sospecha a los diez penitenciarios que iban dentro del móvil por supuestamente facilitar la fuga y deberán adeclarar en audiencia imputativa, mientras que un grupo de hombres fue demorado y se intenta constatar su identidad en una comisaría vecina para ratificar si son los presos que corrieron del traslado.
Por otra parte, otras fuentes en Santa Fe ponen en duda la hipótesis de la emboscada. "Nada que ver", dice una fuente cercana al gobierno. Hasta ahora, no hay un relato alternativo. Los pistoleros siguen siendo un misterio, con 120 policías a campo traviesa y entre las casas de Granadero Baigorria que buscan a los evadidos.
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