En Villa Celina, partido bonaerense de La Matanza, un hombre de 80 años fue asesinado de dos balazos. Por el crimen detuvieron a su hijastro de 53, quien confesó haber cometido el homicidio. Dijo que el anciano había abusado sexualmente de él cuando era más joven. También reveló que se burlaba de su homosexualidad.
El hecho ocurrió este último sábado en una vivienda situada en la calle Lobería al 400, de la localidad de Villa Celina, en la zona sudoeste del Gran Buenos Aires. Allí residían Aristóbulo Antonio Piceda, de 80 años, su mujer, de 95, y el hijo de ella, identificado como Carlos Miguel Navarro Ponce, de 53.
Alrededor de las 6, Navarro Ponce llamó a la Policía para denunciar que acababan de balear a su padrastro, por lo que efectivos de la comisaría noreste 6ta. de La Matanza se trasladaron hasta el domicilio.
Al arribar, los policías constataron que Piceda se encontraba en su habitación sin signos vitales, por lo que convocaron una ambulancia, cuyo personal médico constató luego que el anciano había muerto y presentaba dos heridas de arma de fuego.
En la escena del crimen se entrevistaron con Navarro Ponce, quien contó que los autores del hecho habían sido dos hombres que lo sorprendieron a él cuando fumaba en la vereda y lo introdujeron en el comedor de la vivienda, mientras su madre -con aparentes problemas de salud mental- se encontraba en el baño.
Según la versión que dio el hijastro ante los policías y el fiscal de la causa, Claudio Fornaro, de la Unidad Funcional de Instrucción de Homicidios de La Matanza, los desconocidos le preguntaron "¿Dónde está el viejo violín?".
De acuerdo con su relato, los delincuentes se dirigieron al dormitorio del anciano, a quien le dispararon. Y de inmediato abandonaron el lugar. Pero los investigadores no detectaron que faltara nada de valor.
La versión del hijastro fue contradicha luego por vecinos de la familia que se encontraban a pocos metros de la escena del crimen al momento del hecho y que declararon no haber visto entrar ni salir a ninguna persona.
A su vez, en la casa de la víctima se secuestraron dos armas de fuego, un revólver calibre 38 Special y un .22.
Ante esta situación, el fiscal Fornaro dispuso dar por concluida la declaración del hijastro en carácter de testigo y que se le practique un dermotest para determinar si existían rastros de deflagración de pólvora en sus manos.
Cuando los peritos se disponían a practicarle esta prueba, el hijastro se quebró y, en llanto, reconoció haber sido él el autor del crimen. "Dijo que el anciano se burlaba de él por ser homosexual y que también lo había abusado cuando era más joven", detallaron fuentes de la investigación.
A raíz de la confesión, Navarro Ponce quedó detenido y, a pedido de su defensa oficial, este lunes será indagado por el fiscal Fornaro.
Los primeros estudios médicos confirmaron que al momento de su confesión, el acusado estaba orientado en tiempo y espacio. Los testimonios revelaron que es una persona retraída, que vivió toda su vida en la casa donde ocurrió el crimen y que, al parecer, se mantenía con changas.
En tanto, los pesquisas aguardaban los resultados de la autopsia al cuerpo del anciano asesinado y, para dentro de unos días, los resultados del cotejo balístico entre los dos revólveres secuestrados y un plomo deformado recuperado por los peritos para determinar cuál de las dos fue el arma homicida.
Con información de Télam
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