Una fuente que trabaja a diario en el polo de fiscalías de Boulogne sobre la avenida Rolón 1030 dijo a Infobae: "¿Por qué la plantaron? Amigo, eso es lo que todos queremos saber". Es al menos irónico. Luego de amenazas de bomba falsas que ocurren casi a diario en la Ciudad y que obligan a interrupciones de servicio de líneas de trenes y estaciones de subte, finalmente aparece una bomba real apuntada a la cara de un funcionario.
Este jueves a las 4 de la mañana, la Policía Bonaerense detectó un explosivo hecho a base de un caño de metal en la vereda frente al edificio en donde trabaja el fiscal en lo penal Facundo Osores Soler así como la unidad civil del distrito. La división Explosivos de la fuerza bonaerense dio intervención al juzgado federal de la jurisdicción en turno, a cargo de Lino Mirabelli, y luego detonó el aparato con dos explosiones.
Sus contenidos eran inquietantes. Se descubrió que tenía clavos, alambres, varillas, un aparato diseñado para herir y matar. El extremo perforado del caño que contenía los clavos y alambres apuntaba directo al edificio, más precisamente, a la ventana del despacho donde trabajan Osores Soler y su secretario.
¿Se trata de la jugada de un desequilibrado solitario que lo hizo porque sí? ¿Fue un ajuste de cuentas? La fiscalía de Osores Soler interviene, por ejemplo, sobre los hechos de violencia en los monoblocks del barrio Santa Rita, con una notable presencia narco, pero la fiscalía de drogas de la jurisdicción a cargo de Matías López Vidal está ubicada en la sede judicial del partido en San Isidro, lejos de Boulogne.
¿Hay algún crimen reciente, algún expediente en marcha que complique a una persona pesada, alguna vieja cuenta pendiente? Más allá de las bravuconadas de rigor de los detenidos, no se recuerda una tensión puntual. Tampoco hubo mensajes bajo la puerta en los últimos días, aprietes telefónicos, nada que pueda vincular al caño de clavos con un hecho puntual.
Lo cierto es que el mensaje es claro y disciplinante. Hay yuyos alrededor del edificio, que está cerca de una sala sanitaria, estaciones de servicio, paradas de colectivo, gomerías. El edificio de las fiscalías es el único lugar a la redonda que tiene sentido amenazar. Una fuente arriesgó: "El que lo puso, lo puso para nosotros".
Atreverse a intimidar con la muerte a un fiscal es una rareza en la vida criminal argentina. Les ocurrió a los fiscales Carlos Amad y Federico Carniel, que llevaron a juicio la causa Carbón Blanco, también a Diego Benedetto, del distrito de Lomas de Zamora, que hace años enfrenta a la piratería de camiones. En julio de 2017, el padre del fiscal despertó a la madrugada para ver la leyenda "NISMAN BENEDETTO" pintada en su comercio de Rafael Castillo. El fiscal lo atribuyó a una banda de piratas del asfalto que había desarticulado.
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