Las imágenes de las "viudas negras" que pueden ser claves para resolver el crimen del peluquero de Córdoba

Las imágenes de video de las dos sospechosas del crimen, en la puerta del boliche donde conocieron a la víctima

El domingo 3 de marzo, Paulo César Micolini, de 41 años, dedicó toda la tarde a pintar su peluquería, abierta hace más de 20 años en pleno corazón del barrio Observatorio, de Córdoba, el mismo escenario en el que unas horas después lo encontraron sin vida, su cadáver desnudo, con un golpe en la cabeza y con el cable de un velador del local alrededor de su cuello.

Durante la noche de ese domingo, poco antes de cenar, Micolini le envió un audio a su mejor amigo, Marcos Mondino, carnicero de oficio. Quería consultarle si estaba disponible para que juntos salieran a un boliche de la zona. El lunes 4 era feriado por carnaval, por lo cual, el peluquero podía salir hasta tarde.

"Todo tranqui, Marquitos. Che, escuchame, ¿vos estás con tu nena hoy, este fin de semana?", fue la consulta que le hizo Micolini a Mondino. La idea era acudir juntos al pub Loca Ella en la avenida Figueroa Alcorta de la capital cordobesa.

"Ese fin de semana, justo a mí me tocó estar con mi hija. Por eso no pude acompañarlo", afirmó Mondino, en un diálogo telefónico con Infobae. "Paulo fue solo. Nosotros solíamos ir bastante a ese lugar. De hecho, tengo buena relación con los chicos de ese boliche, generalmente nos cruzábamos mensajes", aseguró el amigo de la víctima.

Mondino afirmó que, según lo que le dijeron sus contactos de la discoteca, durante toda la noche del domingo, dos mujeres entre las cuales había una clara diferencia de edad estuvieron en la puerta del lugar hablándoles a diferentes chicos. "Parecía como si intentaran seducirlos, pero nadie les daba bola. Ellas seguían ahí, sin entrar al boliche", relató Mondino.

El peluquero se quedó en el boliche hasta última hora. Cerca de las 4:30 de la mañana, salió a la puerta para fumar un cigarrillo y terminar un vaso de cerveza. "Apurate que cerramos en cualquier momento", le advirtieron a Micolini desde el boliche.

Según los testigos, fue en ese momento en el que Micolini entró en contacto con las dos mujeres. Después de charlar entre los tres durante unos minutos, el peluquero devolvió su vaso de cerveza y se marchó acompañado por esas chicas. Los tres salieron del lugar y subieron al auto Mazda azul del peluquero, que había pertenecido al hermano mayor de Micolini, fallecido hace un año y medio a causa de un ataque cardíaco.

El último audio enviado por Micolini a su amigo Mondino, en la misma noche del crimen

El coiffeur vivía con su padre. Quizás por eso decidió llevar a las dos mujeres a su peluquería para continuar con la diversión de la noche. Lo que sucedió en esas pocas horas siguientes, todavía forma parte de un misterio. Lo cierto es que el desenlace resultó ser la muerte de Micolini, en circunstancias muy extrañas y en su propio lugar de trabajo.

Una fuente muy cercana al círculo íntimo familiar de la víctima, que prefirió mantener en reserva su identidad, reveló cómo fueron las primeras horas del lunes siguiente.

"Cerca de las 6, una de las primas de Paulo pasó por la puerta de la peluquería. Vio que su auto estaba mal estacionado. Tenía las balizas puestas y tenía una de las ventanillas abiertas. Él era muy cuidadoso con el auto, era de su hermano que había muerto. Por eso, era raro que lo tuviera así. La prima llamó a Eduardo, el padre de Paulo, para ver si estaba durmiendo en la casa. Cuando el papá vio que no había regresado, se fue rápido para la peluquería", describió.

Eduardo Micolini llegó a la peluquería. Vio que la puerta estaba semi abierta. Al ingresar, descubrió el cadáver de su hijo. Además, el local había sido "vaciado", faltaba la mayor parte de los artículos de peluquería. La familia llamó así a la policía y se inició la investigación.

De acuerdo a entrevistas y al testimonio de un testigo reservado que habría pasado por la peluquería al momento de la llegada de Micolini con las dos mujeres, se pudo identificar que sus acompañantes eran Andrea Ferreyra, de 51 años, y una joven de 17 años, cuya identidad no fue revelada dada su edad.

Precisamente, los dueños del boliche "Loca Ella" brindaron a la fiscal Jorgelina Gutiez y a la policía los archivos de video en los que se ve merodeando a las dos mujeres en la puerta del local durante gran parte de la noche.

"Fue una conmoción para todos. Primero, para su papá. que hacía un año había perdido a otro hijo, y después, para su hijita de 14 años que ahora se quedó sin padre. Estaban todo el día juntos", reflexionó con angustia Mondino.

"'Pablito', yo siempre le decía 'Pablito', era un ser especial. Era de los pocos que te mandaba mensajes todos los días para saber cómo estabas. Y con su hija estaba todo el tiempo. Pese a haberse separado de la mamá de ella, hace ya varios años, se veía con la nena todos los días. La llevaba y la traía del colegio. Incluso, muchas veces se quedaba con la nena en la peluquería. A ella la conocían todos los clientes", advirtió Mondino.

Micolini era una de las personas más queridas del barrio. Precisamente, su relación con Mondino comenzó cuando el peluquero acudía habitualmente a su carnicería, a poco más de dos cuadras de la peluquería.

Con su ex esposa mantenía una muy buena relación: "La semana anterior, se habían ido con ella, la nena y otros familiares a un campo en Potrero de Garay, en el Valle de Calamuchita. Era un tipo tranquilo y muy dedicado a su trabajo. Estaba desde hace más de 20 años. Atendió a familias enteras", dice el carnicero.

Las dos sospechosas fueron detenidas a las pocas semanas del crimen. Al momento de ser detenida, Ferreyra admitió ante la Policía provincial: "Fui yo", en referencia al crimen de Micolini. Sin embargo, una vez que se realizaron las declaraciones indagatorias ante la fiscal y con presencia de abogados, ambas negaron tener relación con el asesinato.

Ambas mujeres, que no cuentan con antecedentes delictivos, fueron imputadas por el delito de homicidio simple, por orden de la fiscal Gutiez.

Al momento de encontrar el cuerpo, Micolini presentaba una herida en su cabeza compatible con un golpe, que se supone que fue producto de una caída. Desde la Justicia no se revelaron datos sobre el estado del cuerpo de la víctima, pero se intentaba descifrar si en la autopsia aparecían restos de alguna sustancia somnífera.

"Claramente querían robarle. Esas dos se llevaron todo el material de Paulo: los secadores de pelo, las máquinas de afeitar, también se llevaron unas tijeras que había traído de Alemania y eran carísimas y casi todas las cremas. También se llevaron su celular, y las llaves del auto, de la peluquería y de la casa de Paulo", afirmó la fuente cercana a la familia.

Se cree que las dos sospechosas quisieron escaparse en el propio auto Mazda de la víctima, pero el cortacorriente impidió que el vehículo se pudiera poner en marcha.

Hasta el momento, Ferreyra se encuentra detenida en la cárcel de Bouwer y la menor, que en diciembre cumplirá los 18 años, en un centro penitenciario para menores. Ambas esperan que se determine la fecha del juicio.

Mientras tanto, el frente de la peluquería se llena con decenas de carteles de amor y de apoyo, confeccionados por familiares, vecinos y clientes del local. El amor del barrio Observatorio para con Micolini fue absoluto.

"Hoy estamos tratando de apoyar a la hija de Pablito, que está con asistencia de una psicóloga. Yo espero que la Justicia haga lo que tiene que hacer, pero igual para mí ya está. A mi mejor amigo no me lo devuelve nadie. Y pienso cada día más que somos un número. Si fuéramos hijos de un juez o de un político, podríamos tener otra vida. Pero Pablito es un número más en la inseguridad que vivimos. Eso no lo podemos cambiar", afirma Mondino.

"Yo entiendo que le quieran robar, pero no puedo entender por qué estas lacras tuvieron que matarlo. No tenían por qué hacer eso. Arruinaron a una familia entera", agregó.

El carnicero de 43 años dice que cada dos días se pone a escuchar ese último audio que le mandó su amigo. También hace lo mismo con otros audios que intercambiaron.

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