Un jurado popular consideró "no culpable" este jueves por la tarde a Lino Villar Cataldo, el médico que mató de cuatro tiros al ladrón Ricardo "Nunu" Krabler que intentó robarle el auto en 2016 en su casa del barrio Libertador. "A pesar de que fui absuelto, la vida me ha cambiado para siempre", dijo Villar Cataldo.
"Este largo y agotador proceso seguramente me ha quitado muchos años de vida —explicó el médico—. Envejecí muchísimo. Yo tenía una sola cana y ahora estoy lleno de canas. Yo no tenía arritmia y ahora estoy medicado de por vida. Estoy anticoagulado por el peligro de sufrir una embolia cerebral".
En diálogo con Eduardo Feinmann en A24, el médico describió cómo vivió los momentos previos a la lectura de la sentencia en el Tribunal Oral Criminal Nº3 de San Martín. "Físicamente, produce un escalofrío de la cabeza a los pies, uno no sabe cuál va a ser el resultado, es una total incógnita, aunque tenía mucha fe en Dios. La gente me ayudó muchísimo desde el punto de vista espiritual, y mi abogado me decía 'tranquilizate, se tiene que hacer justicia'", relató.
Y agregó: "Yo sé que con ese 'no culpable' terminó un proceso injusto y ya me tengo que olvidar de ir a la cárcel, pero no terminó el proceso interno que tengo. A pesar de que fui absuelto, la vida me ha cambiado para siempre".
"Yo sé que hubo una persona fallecida. Por más que era un delincuente, era una persona, y yo me preparé para otra cosa, para ayudar el prójimo y mitigar el dolor ajeno", continuó Villar Cataldo.
El médico contó que por momentos imaginó qué habría sido de su vida si la Justicia lo hubiera condenado a prisión. "Yo sabía que ese era el final de mis días, por mi enfermedad y por estar alojado en un lugar donde seguramente se iban a enterar de quien era yo. Mi vida iba a correr mucho más peligro ahí adentro que afuera", dijo.
Además, destacó: "La gente tiene más criterio y sentido común que los jueces y fiscales. Si no hubiera sido por jurado, hoy estaría preso".
Tras ser absuelto, Villar Cataldo dijo que quiere continuar ejerciendo como médico. "Yo no me imagino nunca dejar de trabajar en lo que me gusta. No es un trabajo, es algo que hago con tanto gusto que no me lo tomo como un trabajo sino como algo natural que tengo que hacerlo".
"¿Va a volver a usar un arma si es necesario?", le preguntó Feinmann. El hombre respondió: "Dios quiera que no se presente nunca más la oportunidad, nunca más ese momento de tener que defender mi vida o la de mis hijos".
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