El 27 de marzo pasado, Maximiliano Jonathan Segovia, conocido como "Maxx Segovia", DJ y animador en el circuito internacional de cruceros, salió de una casa en el barrio porteño de Constitución y se acercó a una camioneta negra. En el cruce de Juan de Garay y Solís, él y uno de los ocupantes del vehículo hicieron el típico movimiento de un pasamano.
Personal de la Comisaría 1 C de la Policía de la Ciudad que recorría la zona advirtió la maniobra y se les acercó para realizar un control de rutina. Pero al notar su presencia, la camioneta escapó a toda velocidad. Segovia también intentó eludir a las autoridades, aunque en su caso sin éxito.
Segovia fue capturado pero antes, en su desesperación, había arrojado pastillas y dinero a un contenedor de basura. Efectivos de la División Precursores Químicos realizaron los test de reactivos para evaluar la composición de estas sustancias. Los resultados confirmaron la sospecha y dieron positivo: se trataba de éxtasis, MDMA, 86 pastillas, una cantidad valuada en unos 25.000 pesos a precio para el dealer, un número que podría ascender a casi el doble.
Segovia tenía un domicilio de acuerdo a registros oficiales, una casa en Paso del Rey. La Policía de la Ciudad allanó la casa poco después.
En el operativo, ordenado la Fiscalía Penal y Contravencional de Faltas N° 21, a cargo del fiscal Andrés Gómez, los efectivos encontraron otra cantidad similar, 82 pastillas de éxtasis con diferentes formas. Entre ellas unas que resultan llamativas para los conocedores del mercado de drogas sintéticas porteño: tenían en su superficie el logotipo de Burger King, con un color naranja.
Las Burger King, una familia de comprimidos de éxtasis que incluye colores como el gris y el verde, se encuentran en el país al menos desde noviembre de 2017. Sitios de testeo internacionales como EctasyData indican su alto poder: una muestra que data de julio de 2016 recolectada en Viena reveló un dosaje de MDMA de 249 miligramos, parte de una nueva ola de pastillas de particular fuerza proveniente de sitios como Holanda que golpea al mercado europeo, muy por arriba del promedio usual de 150 miligramos. Su peligrosidad, de cara a este dato, es evidente.
La versión roja de las Burger King, que todavía no fue encontrada en Argentina por policías o consumidores, supera los 340 miligramos.
Los policías también incautaron una balanza de precisión, un teléfono celular y su pasaporte internacional. El pasaporte contenía una visa de ingreso a los Estados Unidos, a simple vista revocada.
La investigación también llegó hasta la madre de Segovia, quien contó a los efectivos que su hijo trabajaba como DJ. Dijo que se dedicaba a pasar música en fiestas realizadas en cruceros internacionales, con lo que salía a recorrer el mundo varias veces al año. Los investigadores creen que el detenido podría comercializar éxtasis en los barcos.
La madre mencionó además que Segovia tiene una prohibición de acercamiento a ella, impuesta por agresiones físicas.
Por lo pronto, Segovia está alojado en la Comisaría 1 C de la Policía de la Ciudad y enfrenta una causa por tenencia y tráfico de estupefacientes.
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