No fueron cuatro las balas que impactaron en el cuerpo del comisario David Hernán Martín, jefe del gabinete de Drogas de la DDI de Lanús-Avellaneda como rápidamente trascendió tras su muerte a tiros en una estación de servicio cercana al Parque Avellaneda mientras se preparaba para, supuestamente, cobrar una coima. En total, siete proyectiles le causaron la muerte.
Infobae accedió a los resultados finales de su autopsia. Los disparos ingresaron en su cuerpo "izquierda a derecha, de atrás hacia adelante y de arriba hacia abajo".
Mientras tanto, su viuda tiene algo para decir.
"A mi marido lo ejecutaron. Le tendieron una trampa", opina Sandra Ojeda, la viuda y madre de las tres hijas del oficial. "A Martín lo fusilaron. Él estaba armado pero no llegó a disparar como quieren instalar las autoridades a cargo de la seguridad provincial y nacional"."
"No fue un tiroteo, fue una masacre", asegura Edgardo García, el abogado de la familia, y agrega un dato que, si es cierto, puede ser estremecedor: "El agente de la Federal que está en gravísimo estado en el hospital Churruca fue herido por el fuego cruzado de sus propio compañeros".
Por lo pronto, nadie se arriesga a tanto desde la investigación del caso, a cargo de la UFI Nº4 de Avellaneda con la fiscal Soledad Garibaldi. "Sabremos si Martín disparó o no cuando Gendarmería termine de realizar las pericias sobre las armas usadas, ese informe aún no fue incorporado a la causa", informan desde la Procuración de la provincia de Buenos Aires.
Un investigador clave asegura:"No hay que perder de vista tampoco que hay otro efectivo policial con 5 disparos y que continúa en estado crítico. Haciendo esas aclaraciones me parece que sería prematuro y muy irresponsable dar una opinión aislada sin tener en cuenta la totalidad de las pericias que restan efectuar".
Los ejecutores de Martín, por lo pronto, habrían sido otros uniformados –que estaban de civil- pertenecientes a la División Antidrogas Urbanas de la Policía Federal Argentina (PFA). Fue durante un operativo al mando de Garibaldi. Su tarea era detener a una banda de presuntos policías corruptos de la provincia de Buenos Aires que iban a cobrar 170 mil pesos producto de una extorsión a un peluquero dominicano, al que habrían amenazado con fabricarle una causa por drogas: la mujer del peluquero y una amiga se disponían a pagarlo con la Federal detrás.
Sin embargo, algo salió muy mal y el presunto "jefe" de la organización terminó acribillado al costado del auto en el que viajaban los policías, un Toyota Etios blanco que era propiedad de la Bonaerense.
El inicio de la balacera que mató al comisario Martín –ascendido dos meses antes- quedó registrada por las cámaras de seguridad de la zona. Entre ellas las de la estación de servicio Shell ubicada entre la calle Madariaga y Acceso Sudeste, en la localidad de Avellaneda. En ese lugar se concretaría la transacción ilegal. Quien bajó de un auto para recibir la supuesta coima es el capitán Eduardo Francinelli, quien aún sigue detenido.
En el último vídeo que publicó Infobae y que podría llegar a ser clave para la investigación, se observa cómo el auto Etios blanco, que después se supo conducía Martín, huye a velocidad de la estación de servicio quizás al observar como dos personas se acercan al oficial Francinelli, también vestido de civil, y uno de ellos lo encañona a la altura del abdomen.
Los dos federales, al ver que el auto –presuntamente conducido por "el jefe que debían apresar"- deja la escena, se olvidan del capitán por un instante y disparan sobre el vehículo.
Hasta ahora los especialistas tanto de la fiscalía a cargo de Garibaldi, ni los de Asuntos Internos de la policía bonaerense, pudieron ver en las imágenes, que saliese algún "fogonazo" desde el interior del Etios. Sin embargo los colaboradores de la doctora Garibaldi fueron cautos y recomendaron "esperar a que se realicen las pericias sobre el vehículo para conocer de donde provenían los impactos de bala que a simple vista se observan".
La autopsia
"David Hernán Martín presentó siete impactos de proyectil de arma de fuego" describe de manera inapelable el primer párrafo de las "consideraciones médico legales" de la autopsia realizada sobre el cuerpo del policía, que sostuvo que su muerte "fue producida por mecanismo violento siendo la causa final un paro cardio-respiratorio traumático, a consecuencia de un shock hipovolémico, cuyo origen fue el pasaje de proyectil".
El reporte de autopsia, con el dibujo de los impactos de bala, está firmado por la doctora Patricia Elizabeth Ares, perito instructor médico del Ministerio Público Fiscal, del Departamento Judicial de Lomas de Zamora y su par Lorena Cintia Madrid.
La documentación, a la que Infobae tuvo acceso exclusivo, describe el ingreso de cada uno de los siete plomos y puede llevar a plantear a los abogados de la familia de Martín que el comisario fue "ejecutado" ya que las municiones impactaron sobre su cuerpo "de atrás hacia adelante y de arriba hacia abajo".
En base a estas pericias, el abogado García se figura que una bala impactó sobre Martín cuando este conducía el auto para escapar del lugar al creer que su compañero estaba siendo "asaltado por delincuentes ya que todos estaban de civil, los autos no estaban identificados y nadie llevaba puesta aunque sea una campera rompe vientos o un chaleco antibalas con las siglas PFA como debe suceder una vez que, según especula la fiscalía, ya se había pagado la presunta extorsión con dinero marcado y todo debería estar registrado con cámaras ocultas".
Es por esos presuntos disparos que realizaron sobre Martín y que dieron de lleno en su cuerpo que el letrado interpreta que el comisario, ya herido, estaciona el auto casi a 45 grados a pocos metros de la estación de servicio.
En esa segunda escena, es decir posterior a la de la registrada por las cámaras de la Shell, se observa como al menos dos integrantes de la PFA convocados por la fiscal Garibaldi, apuntan sus armas reglamentarias a la altura de la ventanilla del conductor y disparan. La cámara de seguridad de la autopista marca el horario exacto: "21:01:18, del 29-3-29 rotonda Wal-Mart (bajada del acceso)".
En esa filmación, los únicos fogonazos que iluminan la noche surgen de los cañones de las armas de los integrantes de la Federal. En cambio no se observan disparos que provengan de la posición de Martín.
Sin embargo, y como es lógico, los funcionarios judiciales que colaboran con la fiscal Garibaldi, esperan los resultados de los peritos de Gendarmería Nacional, otra fuerza de seguridad federal.
La escena, ya confusa, continúa con un policía de civil, abriendo la puerta del Etios y la silueta de Martín, presuntamente ya muy mal herido o agonizando –según la interpretación de la autopsia- con las manos en alto, y segundos después su cuerpo se desploma a los pies de los federales.
Dos balas también habían desfigurado su rostro. Una de ellas, identificada como el proyectil número 2 "con orificio de entrada (OE3) localizada en región malar izquierda del rostro quedando alojado en partes blandas de región malar izquierda".
La segunda cámara de seguridad de la Shell permite completar la secuencia. Mientras el comisario es definitivamente ultimado a metros de la estación de servicio, los dos primeros policías que habían interceptado al capitán Eduardo Francinelli, supuestamente después de recibir parte de la coima de 170 mil pesos –en poder del capitán se habrían encontrad tan solo 2.000 pesos según reveló el abogado García- y que fueron los primeros en disparar sobre Martín; regresan sobre sus pasos para detener al presunto "recaudador".
Francinelli, de remera y chaleco oscuro, no ofrece resistencia. Al contrario, levanta sus manos y se arrodilla y pone boca abajo.
Lo efectivos de la Federal, de chombas clara y oscura, lo sujetan contra el piso, pero antes, y de manera innecesaria, lo patean en la espalda y en ambos lados de las costillas. Delante de la cámara se cruzan otros efectivos que corren al lugar de dónde provienen los nuevos disparos.
Cuando llegan, Martín ya está muerto.
¿Comisario millonario?
Según consta en la Auditoría General de Asuntos Internos de la policía de la Provincia de Buenos Aires, a cargo del abogado Guillermo Berra, el comisario Martín tiene abierto un sumario desde octubre de 2018 por no haber presentado en tiempo y forma su declaración jurada.
La tomografía realizada hasta esa fatídica noche sobre sus bienes, habían arrojado que el oficial –que a pesar de esto fue ascendido a comisario- trasferido hacía tan solo dos meses a la división drogas de la DDI Avellaneda-Lanús, tendría un patrimonio que no se correspondía con sus ingresos.
Según el último recibo de sueldo al que accedió Infobae, el comisario cobraba un sueldo neto de 53.676,34 pesos mensuales.
El grupo familiar era propietario de dos autos, una Toyota Hilux 2005 y un Peugeot 206 modelo 1999–secuestrado por la fiscalía-; una casa cuya valuación fiscal no supera el millón y medio de pesos y que está ubicada en Ezpeleta, partido de Quilmes; un local que despacha pollos, huevos y milanesas, y que está a cargo de Sandra Ojeda, ahora viuda de Martín y que funciona dentro de la misma propiedad.
En los mejores tiempos, el comercio dejaba una renta de unos 50.000 pesos mensuales; en la actualidad, crisis económica mediante, araña los 15.000.
Según los peritos de Asuntos Internos, que aún no habían judicializado el presunto enriquecimiento ilícito del oficial porque no estaban concluidas las averiguaciones, los bienes de la familia Martín ascenderían a unos seis millones de pesos.
Sandra insiste ante Infobae que "esa es una cifra muy abultada, muy inflada, es irreal, inexistente y falsa".
Al parecer. Martín habría asentado en la anterior declaración jurada que la pollería familiar dejaba dividendos por unos 50.000 pesos mensuales. Poco menos que su sueldo de subcomisario.
Sandra lo desconoce pero su marido había declarado que ambos formaban parte de la modesta pollería de barrio, que funciona hace cuatro años.
Según pudo acreditar Infobae, el pequeño comercio, valorado en el barrio por la calidad de los alimentos que allí se venden, aún no fue declarado ante la AFIP.
"Ahora el despacho de milanesas es mi única entrada porque como él está acusado de un hecho de corrupción, que yo niego que sea cierto, a mí y a mis hijas el ministerio de Seguridad de la provincia nos quitó hasta el beneficio de la obra social", se lamenta la viuda entre lágrimas.
Ahora será la Justicia quien deberá establecer si los bienes de Martín se comparan con los ingresos que tenía el grupo familiar.
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