Ayer por la tarde, una mujer de nacionalidad argentina, pareja de un ciudadano dominicano, vecina de la zona zur, se presentó en la oficina de denuncias del Polo Judicial de Lanús con algo muy sensible y comprometedor para decir. María Soledad Garibaldi, titular de la UFI N°4 del distrito, la misma fiscal que investigó los presuntos abusos a menores en las inferiores de Independiente, se enteró de su relato y pidió verla personalmente.
La mujer embarazada se sentó frente a Garibaldi y repitió sus dichos. Señaló a dos posibles policías de la Bonaerense, habló de un encuentro, de un pago que debía hacerse, una segunda cuota.
Garibaldi, de inmediato, ordenó un operativo, pidió tareas a la división Antidrogas Urbanas de la PFA, parte de la Superintendencia de Drogas Peligrosas, una división habituada a patear las puertas de dealers y traficantes de la Villa 1-11-14 entre otros asentamientos. Los envió al encuentro que le detalló la mujer, que sería en la noche del viernes, a metros del Parque Avellaneda Shopping, en una estación de servicio Shell.
Al final de ese encuentro con la mujer, el comisario Hernán David Martín, de 42 años, jefe del gabinete de Drogas de la DDI de Avellaneda según afirmó Néstor Roncaglia, el jefe de la PFA, terminaría muerto sobre el asfalto de un tiro en la cabeza rodeado de federales encubiertos. Otro efectivo, el capitán Eduardo Francinevich, que se habría encargado de recolectar el dinero de la mujer extorsionada, quedó aprehendido.
Las balas fueron de ambos lados. Un cabo primero y un sargento de la PFA fueron trasladados al hospital Fiorito con diversas heridas. El cabo primero está particularmente grave. Recibió cuatro tiros en el cuerpo, uno en el cuello. Roncaglia, por otra parte, habló de otros dos bonaerenses detenidos, cuyas identidades se desconocen hasta el momento.
El relato que sigue, la denuncia que investiga Garibaldi y que terminó en un escandaloso baño de sangre entre dos fuerzas de seguridad, es uno de los posibles episodios de corrupción policial más groseros de la historia reciente.
Los policías de la Bonaerense, según dijeron fuentes de la investigación a Infobae, le habrían exigido 200 mil pesos a la mujer embarazada para "no armarle una causa por drogas", aseguró un investigador clave en el expediente.
El pago habría sido en cuotas. La mujer llegó a pagar al menos 30 mil pesos. Los policías se hicieron con un pequeño seguro: el documento de su marido dominicano. El resto del dinero -la mujer no llegó a juntar los 170 mil restantes- sería pagado en la estación de servicio. Según fuentes policiales, se trataría de una supuesta traficante. A Garibaldi, por ahora, no le consta de ninguna causa judicial que la denunciante esté acusada de vender drogas.
¿Quién tiró primero? ¿La Federal o la Bonaerense? La fiscal todavía no lo sabe. Convocará a una tercera fuerza, muy probablemente a Gendarmería, para que determine con pericias balísticas y cotejos de cámaras la secuencia de disparos. A la titular de la UFI N°4, por lo pronto, el apriete no le parece un hecho aislado. "Se citaron en un lugar público, una estación de servicio con cámaras, todo muy impune. Parece que se trata de una conducta", razonaron desde el expediente.
Miembros de la división Asuntos Internos de la Policía Bonaerense se dirigían hacia el lugar del tiroteo: deberán esperar algunas horas para obtener los legajos de David y Francinevich. En el Ministerio de Seguridad alguien decía poco antes de la medianoche: "Me parece que van a rodar cabezas".
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