Entre los recuerdos infantiles de los hijos de los ladrones suele haber una anécdota casi calcada. Han visto a sus padres salir de sus casas bien vestidos, en algunos casos con traje, bolsos o valija, y volver días después sonrientes pero cansados, desprolijos, con la barba crecida. Casi sin decir palabra. Como si hubiesen vuelto de una travesía en altamar.
"Yo pensé que mi papá era viajante, hasta que un día apoyó la pistola en la mesa y no hizo falta que dijera nada más", dice el hijo de un pistolero.
En el mundo del hampa hay una especie de tradición no escrita: muchos de los hijos de los ladrones siguen los pasos de sus padres y se convierten en ladrones. Parecido a lo que ocurre con las familias de artistas: los padres les trasladan el oficio a hijos, sobrinos y nietos.
El último caso es el de Rubén Alberto de la Torre, de 57 años, uno de los miembros de la banda que el 13 de enero de 2006 robó al menos 15 millones de dólares del Banco Río de Acassuso, donde huyeron por un túnel después de tomar rehenes, burlar a más de 300 policías y dejar esta frase en la bóveda: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores".
El hijo de de la Torre, Gastón, de 42 años, fue detenido por su presunta vinculación en una causa de venta de drogas. La Policía secuestró casi dos kilos de cocaína y ocho kilos de marihuana, además de elementos de corte, armas, vehículos y dinero en efectivo. De la Torre además está imputado por "promoción y facilitación a la prostitución de menores".
Lo detuvieron en Ramos Mejía, está acusado de proveer estupefacientes de la banda narco.
"Las cosas del pasado se cargan toda la vida. Es mi hijo y voy a ayudarlo siempre. Pero es noticia porque es mi hijo. Por el Robo del Siglo, un pasado que siempre vamos a cargar como una pesada mochila. Nadie dice que no volví a robar, que trabajé en la serie Un gallo para Esculapio, que estoy escribiendo mi libro y alejado del delito", dice De la Torre a Infobae. Confía en que su hijo es inocente.
"Aunque seamos ladrones, no queremos que nuestros hijos lo sean", asegura de la Torre. De hecho tiene dos hijos más que no se dedicaron al delito. Es más, uno de ellos estuvo a punto de anotarse en la Escuela de Policía.
"Es muy estudioso, no salió al padre", bromea sobre su hijo de 22 años. Cuando tenía seis años se le cayó un diente y se durmió esperando al Ratón Pérez. Esa noche, su padre robó a punta de pistola la recaudación de un colectivo. A la mañana siguiente, debajo de la almohada del nene, escondió una bolsa con 500 pesos en monedas. El niño despertó eufórico, a los gritos: "¡Papá, soy rico!".
–Cuando jugaba con mis hijos -dice De la Torre-, era un nene más. Les contaba cuentos, escuchábamos canciones infantiles, salíamos a pasear. Cuando llegaba de algún laburito, y lograba volver sano y salvo, lo primero que hacía era verlos dormir. Los acariciaba, les daba un beso y me iba a acostar tranquilo. Nunca imaginé que a uno de ellos iba a tener que visitarlo en una cárcel. Es una pesadilla.
Pero el caso de Beto de la Torre y su hijo no es el único.
Los Valor, la industria del delito y otros herederos
Otro ejemplo es el de El Gordo Luis Valor, ex líder de la superbanda que asaltaba bancos y blindados, cuyos dos hijos y tres sobrinos también robaron.
"Hay ladrones que tienen hijos ladrones como hay policías que tienen hijos policías. No me enorgullece que mis hijos hayan seguido mi camino. No soy ejemplo de nada. Siempre traté de alejarlos, de decirles que no había que llevar una mala vida, que el delito te lleva a lo peor, a lastimarse uno mismo y a la familia, pero se ve que ellos quisieron emularme y le erraron mal", dice Valor a Infobae. Lleva 10 meses en libertad y pasó 33 años preso. "Llevo el récord en la calle", bromea el delincuente.
Uno de sus sobrinos fue pirata del asfalto. Sus hijos robaron mercados y negocios.
En muchos casos, los hijos sienten admiración por sus padres pistoleros y los emulan. Y casi siempre terminan mal.
El hijo de otro de los ladrones del Robo del Siglo, Julián Zalloechevarría, también cayó detenido. Juan Manuel fue detenido hace dos años por ser el presunto miembro de una banda narco que planeaba robar un banco en Mar del Plata.
"Mi viejo es mi ídolo y si cometí errores es porque quise ser como él y honrarlo", llegó a decir Juan Manuel.
Su padre Julián fue compañero de De la Torre y de los otros cuatro miembros de la banda. La Justicia desvinculó a su progenitor porque no tuvo nada que ver en los hechos. "Siempre le aconsejé ser un hombre honesto. Yo me arrepiento de parte de mi vida", dijo el ex miembro de la banda.
"Juan Manuel no era del palo, pero admiraba a su padre, uno de los autores del Robo del Siglo, y comenzó a imitarlo. El padre no quería que robara. No lo hizo por dinero, sino por emular al padre, hasta soñaba con robar con él porque lo tiene en un pedestal y una vez un ladrón le contó que el momento más feliz de su vida fue cuando robó con su padre", cuenta un allegado al joven de 36 años.
Juan Manuel Zalloechevarría aspiraba a producir películas policiales basadas en hechos reales. Soñaba con filmar robos a bancos, persecuciones, tiroteos y fugas.
Para la Policía, su plan era otro: traficar droga y robar un banco.
Según creen los investigadores, era parte de una banda dedicada a la venta de cocaína y marihuana.
La Policía allanó dos departamentos de un complejo ubicado sobre la avenida Hipólito Yrigoyen, en Temperley. Allí había celulares, precintos, pasamontañas, una figura de tiro tipo FBI con varios disparos, ropa de la empresa de seguridad privada Prosegur, mapa de cuadrículas de la zona de Mar del Plata, un plano dibujado a mano alzada de los interiores del banco ubicado en avenida Independencia, entre Rawson y Alberti. Y recortes sobre el robo al Banco Río.
El operativo fue realizado por efectivos de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado, Delegación Departamental La Plata.
"Esto fue armado, me hicieron una cama", dijo Juan Manuel Zalloecevarría a Infobae. Sigue detenido e irá a juicio. No abandona su proyecto de llevar al cine el Robo del Siglo.
"Esta organización vendía cocaína y marihuana en el interior provincial, en el sur del Gran Buenos Aires y tenía conexiones con el exterior", señaló uno de los jefes policiales a cargo de la detención.
El hijo de la Garza Sosa
Gastón Damián Sosa era un músico valorado en el circuito under: su género preferido era el heavy metal. Pero hace cuatro años su nombre apareció en la prensa por otra de sus presuntas especialidades: las salideras bancarias.
La noticia de su detención hubiese pasado inadvertida si no fuera por la mala fama de su padre: Hugo Sosa Aguirre, más conocido como La Garza Sosa, el mítico ladrón de camiones y compañero de El Gordo Valor en la superbanda.
La Garza Sosa está retirado. Ahora asesora a un sindicato. Aunque varias veces la policía quiso vincularlo con otros hechos policiales resonantes, en los últimos años.
El hijo de La Garza Sosa fue detenido en Mataderos, donde se presume que había intentado hacer una salidera, junto a otros dos hombres, una mujer y una travesti. Los arrestaron los efectivos de la División Fraudes Bancarios de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal.
Aparentemente fueron sorprendidos cuando intentaban cometer un robo en Juan Bautista Alberdi y Lisandro de la Torre, cerca de una sucursal del Banco Nación.
Un cliente del banco había retirado dinero y fue marcado por la mujer y la travesti. Se cree que Sosa manejaba una moto que interceptó al cliente a 25 cuadras del banco, en Directorio y Olivera, en Parque Avellaneda.
Cuando se enteró, La Garza Sosa tuvo una charla con su hijo, cara a cara, en la cárcel. "Por vos doy la vida y pongo las manos en el fuego. Pero yo soy el que se equivocó si vos caíste en el delito. Vos estás a tiempo de salir de toda esta basura. Yo volví del infierno pero no pacté con el diablo. Lo más justo es que yo esté en tu celda y vos afuera".
Se abrazaron y padre e hijo se juramentaron no volver a delinquir. Hasta hoy -25 de febrero de 2019- cumplieron con su palabra.
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