Su novia lo quería dejar, la asesinó y luego se suicidó: es el sexto caso en el año

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Daiana Devuono y Sebastián Bedoya:
Daiana Devuono y Sebastián Bedoya: víctima y victimario del femicidio y suicidio número 6 en lo que va del año

Un nuevo caso de femicidio seguido del suicidio del homicida se sumó a los numerosos casos de femicidios y travesticidios que se registran en el país.

Ocurrió en Santa Fe con Pablo Trionfini, el sospechoso de atacar y enterrar todavía con vida a Agustina Imvinkelried: se ahorcó en su casa de la ciudad de Esperanza mientras la Policía provincial golpeaba su puerta para buscarlo. Patricia Gabriela Giménez fue asesinada por su marido Alberto Bolomo en su cumpleaños número 53. Bolomo la mató y luego se disparó en la cabeza en su casa del barrio La France de la ciudad de Córdoba. En Nueva Atlantis, Partido de la Costa, Ariel Acosta, teniente de la Policía Bonaerense, mató a a su ex pareja, Mariana del Arco, también miembro de la fuerza y luego se mató. En Corrientes, en el barrio Las Lomitas de San Miguel, Manuel Salgado apuñaló a su ex pareja y se cortó las venas de las muñecas y el cuello con el mismo cuchillo.

Otros no lo hacen al instante. Jesús Sánchez se ahorcó con una venda en la zona de duchas de la comisaría donde estaba detenido en Entre Ríos tres días después de asesinar a su novia embarazada de un golpe en la cabeza. Otros, aparentemente, fracasan en el intento: Mariano Cordi fue encontrado en calzoncillos en un cerro en las afueras de Bariloche tras el femicidio de Valeria Coppa, su ex pareja. Tenía una herida de bala, también en la cabeza.

Todos estos casos ocurrieron en los dos primeros meses de este año.

Ayer, se sumó uno más en la localidad bonaerense de Glew, partido de Almirante Brown: un hombre de 34 años asesinó de un disparo en la cara a su novia de 27 y luego se suicidó de un tiro en la boca.

El violento episodio ocurrió alrededor de las 22 del domingo en una casa de la calle Montevideo y Kellertas en el barrio Villa París, una zona de casas bajas y caminos de tierra en el conurbano bonaerense.

La víctima del femicidio, Daiana Elizabeth Devuono, estaba en pareja hacía algunos años con su agresor, Sebastián Andrés Vedoya, de 35 años de edad. Daiana tenía una hija de 11 años de una relación anterior. Vedoya, por su parte, era padre de dos hijos de diez y ocho años respectivamente, una niña y un varón.

El domingo por la noche se produjo una fuerte discusión entre ambos en torno a un tema que ya había originado problemas: Daiana quería separarse.

Tras escuchar gritos y el ruido de un disparo, Alejandro, tío y vecino de Vedoya, salió a la calle a ver qué pasaba. Allí encontró a su sobrino saliendo de su casa con un arma en la mano, gritando que se iba a matar, antes de meterse el caño de la pistola en la boca y disparar.

Alertados a través de un llamado al 911, efectivos de la comisaría N° 7 de Glew encontraron a los dos en grave estado y fueron trasladados con signos vitales al Hospital Lucio Meléndez de Adrogué, donde falleció primero Daiana y horas después Sebastián, por la pérdida de masa encefálica que les provocaron los disparos. En el lugar encontraron una pistola 9 milímetros con la numeración borrada tirada junto a un árbol.

Si bien se constató en la comisaría de la Familia y la Mujer de Almirante Brown que no había denuncias previas por violencia de género, familiares de la víctima indicaron a la policía que ella había manifestado que quería terminar la relación y que él la había amenazado con que si lo dejaba, él la mataba y se mataba. La casa donde ocurrió todo era la de él pero hacía un tiempo que ya no vivían juntos.

La causa, caratulada como "femicidio y suicidio", quedó a cargo de la fiscal Marcela Juan, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 16 Especializada en Violencia de Género del Departamento Judicial de Lomas de Zamora.

 

Daiana se convirtió en la víctima de femicidio número 30 en lo que va de 2019; su caso fue el sexto en donde el femicida se quita la vida tras matar. 

El número resuena con la estadística para la última década. Según un promedio realizado por la Casa del Encuentro sobre más de 400 casos desde 2008 hasta 2017, un quinto de los femicidas se quita la vida tras matar.

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