Pueblo Límite estaba al borde del exceso capacidad (algunos dicen que del otro lado de lo permitido). Las localidades del boliche más grande de la Costa habían volado porque esa madrugada, la del viernes, tocaba Duki, el Rey Absoluto del trap local. Romina (el nombre es ficticio para proteger su identidad), turista cordobesa de 20 años, había comprado junto a sus amigos una mesa en el VIP de la disco gesellina. Apenas empezó el show la chica fue al baño. Y detrás suyo entró un hombre de remera negra con quien habían estado charlando: la encerró, le tapó la boca, la golpeó y abusó sexualmente de ella. Luego huyó. Nadie supo más nada de él.
La violación ocurró cerca de las 4 de la madrugada del viernes dentro de un locker del baño del VIP de Pueblo Límite. Producto de la angustia y el estado de shock, Romina recuerda algunos detalles vagamente. Pero no olvida cómo sucedió todo. Fuentes con acceso al expediente confirmaron lo que habían adelantado ayer a Infobae desde el hospital de Villa Gesell: la chica presentaba lesiones producto del acceso carnal y también hematomas en los brazos, como consecuencia de las sujeciones del abusador.
Romina había conocido minutos antes al violador. Según las primeras investigaciones, se determinó que el hombre no había comprado una de las mesas del VIP (cuestan $ 15 mil cada noche) pero había accedido porque tenía una pulsera. Habían estado charlando. En una primera declaración la víctima dijo que conversaron unos 40 minutos, pero al repasar los videos de seguridad del boliche junto a los investigadores se dio cuenta de que fue mucho menos tiempo.
No obstante, al baño entró sola. Probablemente porque ya estaba cantando Duki, no había nadie más que Romina en el lugar. Cuando ella ya había ingresado a uno de los lockers apareció el hombre. Vestía una remera negra y pantalón azul. No tenía tatuajes ni piercings.
El hombre la sujetó con violencia, le tapó la boca y le empezó a dar trompadas. Romina se defendió con patadas. No consiguió evitar que el hombre la penetrara. Cuando terminó, él salió y ella quedó en shock. Minutos después se repuso y fue a contarle a sus amigas, que estaban en la mesa que habían comprado. "Fue una agresión sexual, el hecho fue violento y dejó secuelas", le contó a Infobae uno de los investigadores del caso.
Al rato, la chica fue a denunciar el hecho a personal de vigilancia de Pueblo Límite, quienes inmediatamente avisaron a la Policía local. La situación llegó al fiscal de Pinamar Juan Pablo Calderón, que estaba de turno (luego pasó a su colega Verónica Zamboni), a las 6 de la madrugada.
A esa hora, la Policía ya había hecho un operativo cerrojo en los accesos de Villa Gesell para dar con el abusador. No tuvieron éxito. Desde el viernes especialistas de la Bonaerense y de la Fiscalía analizan al detalles todos los registros de las cámaras de seguridad de Pueblo Límite. A Romina se la detecta en todos los momentos que describió. A él no lo encuentran.
Su vestimenta era común, y no tenía identificaciones de marcas de ropa. Saben que es porteño o bonaerense -"por la tonada", dijo Romina-, que tiene tez morena. Pero carece de señas particulares: ni tatuajes ni piercings.
Romina también vio los videos pero eso no ayudó por ahora. La fiscal Zamboni tomó declaración a todos los amigos de la chica. "La víctima dio datos que coinciden con dos chicos. Está difícil porque el hecho la dejó en una situación de profunda angustia", admitieron fuentes del caso.
Personal de Policía Científica revisó la escena del crimen. Allí encontraron "muchos rastros", según contó una fuente a este medio. Hallaron manchas de sangre y otros elementos. Sin embargo, los investigadores están preocupados porque no hay testigos: el baño estaba vacío cuando el hombre atacó a Romina, quien ya se volvió a Córdoba con su familia.
Desde la cuenta de Instagram de Pueblo Límite se emitió un comunicado. Allí reconocieron los hechos y explicaron que están "a disposición de la víctima, de su familia y de los investigadores".
La noche de Duki lejos estuvo de ser la mejor del mítico boliche geselino. Varios jóvenes denunciaron en las redes sociales "avalanchas" y sobreventa de localidades. Algunos se refirieron como "otro Cromañón".
En el comunicado publicado y luego borrado incluso reconocieron que hubo heridos y que "advirtiendo que se ponía en riesgo la integridad física de los concurrentes" finalmente cortaron el sonido y cancelaron el show.
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