Celia tiene 85 años. Vive en el barrio San Carlos de La Plata hace casi 50, siempre en la misma casa, sola en el lugar hace ya varios años. El sábado pasado a la madrugada, Celia escuchó un ruido que la despertó. Segundos después, vio a un hombre encapuchado que se abalanzó sobre ella. No le dio tiempo a hacer nada, prácticamente no la dejó moverse. La atacó, la penetró por la fuerza.
El hombre estuvo dos horas en su casa. Cuando se fue, se llevó un televisor y algo de dinero en efectivo. Celia tardó varias horas en contarle a su familia que además de haber sido robada, fue violada.
"A mi abuela ya le habían entrado a robar hace algunos meses y ahora le pasa esto, que es mucho peor. Esta persona conocía los movimientos de la casa. Entró directamente a atacarla. El objetivo no era el robo, sino hacerle lo que le hizo. Mi abuela primero dijo que le habían robado y nada más. No quería hacer la denuncia. Después, cuando se quedó sola con mi mama, le contó lo de la violación", asegura Candela, nieta de la víctima.
Hay un dato que llamó la atención de los investigadores, con un expediente a cargo del fiscal Hugo Tesón: no había ninguna abertura rota o forzada en la casa. Además, cuando la policía llegó al lugar se encontró con la puerta principal cerrada. El delincuente que ingresó tenía una llave.
Según contaron familiares a los efectivos, hay dos personas que cuidan a Celia y que tienen acceso a una llave extra. Sin embargo, no descartan que alguien que haya ingresado para trabajar ocasionalmente en los últimos días haya robado la llave por un breve lapso de tiempo para hacer una copia.
"Mi abuela no le hace mal a nadie. No tiene ningún enemigo, nadie que podamos inferir que quería hacerle daño. Es una mujer muy tranquila, solidaria y buena. Tampoco tenía mucho dinero, es una jubilada. Nosotros tenemos sospechas de quién pudo haber entregado las llaves pero no podemos hablar porque estamos en plena investigación", señala Candela.
Celia, a pesar del daño aberrante que sufrió, pudo declarar: dio datos sobre su atacante que en este momento se vuelven de gran utilidad para los investigadores. "Lo que mi abuela recuerda es que era una persona de tez trigueña, joven y que tenia una nariz pequeña. Más de eso no se acuerda porque dice que tenía puesta una mascara", apunta Paulo, otro de los nietos.
La Justicia platense revisa distintas cámaras de seguridad de la zona, con una filmación difundida por el diario El Día, que muestra al presunto atacante al salir de la casa de Celia con el televisor bajo el brazo. Sin embargo, la calidad de la imagen no permite reconocer su cara.
Al irse de la casa, apuntaron sus nietos, el atacante amenazó a Celia con matarla si hablaba. Usó un preservativo para violar a la anciana; un infectólogo la revisó ayer para intentar descartar cualquier contagio de una enfermedad de transmisión sexual.
Mientras tanto, una alta fuente de la investigación asegura: "Evidentemente fue un ataque preparado. Es claro que acá hay un entregador, alguien que no solo cedió las llaves al delincuente sino que además le contó los movimientos. La persona que ingresó sabía que la señora estaba sola, sabía que a esa hora no había nadie cuidándola. Inclusive desactivó una alarma que solo te da cinco segundos una vez que entras".
Mientras tanto la familia está abocada al cuidado de Celia, hoy de vuelta en su casa tras pasar por el hospital Gutiérrez, consciente, todavía con lesiones por el ataque sexual que sufrió. "Por ahora no la dejamos sola ni un minuto. No queremos que se ponga a pensar", dicen en la familia.
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