"Venían dispuestos a todo. A matar o morir", relató Héctor, el dueño de la financiera de Vicente López donde fue asesinado su amigo Marcelo Pablo Acuña, un teniente de la Policía Federal, después de querer evitar que tres delincuentes -dos de ellos ex efectivos de la Bonaerense- asaltaran el local.
Todo ocurrió ayer hacia las 15, en la intersección de Avenida Maipú y la calle San Martín, donde la banda robó una importante cantidad de dinero en pocos minutos. Al advertir lo que estaba pasando, Acuña -que estaba en el lugar como custodio particular- sacó su arma y empezó a tirotearse con los ladrones para reducirlos, pero fue en vano: recibió un disparo en el pecho que le ocasionó la muerte y cayó abatido al lado de su auto. Los delincuentes, por su parte, salieron a toda velocidad efectuando más de 50 disparos en todas las direcciones posibles y sin siquiera considerar a quién más podrían haber herido.
Se subieron en el auto del efectivo muerto y trataron de escapar, pero luego chocaron contra una camioneta de la Policía Bonaerense, que intentó impedirles el paso a pocas cuadras del lugar, y abandonaron el vehículo. Se subieron entonces a una camioneta Renault Duster color negra y la persecución continuó. Finalmente los detuvieron en la intersección de Arteria Sahores y Valle Grande y le incautaron una Bersa Thunder, calibre 9 mm, y dos pistolas Browning 9 mm. Además, secuestraron un chaleco antibalas y un bolso que contenía una gran suma de dinero en efectivo en moneda nacional y estadounidense.
Dos de los detenidos pertenecieron a la Federal y fueron desplazados en el 2009 y 2012 por un hecho en la seccional N° 5 de la Ciudad de Buenos Aires. Se trata de Ángel Fabián Martínez y Adrián Federico Romero, quienes fueron dados de baja con la jerarquía de agente de la Policía Federal.
Hasta acá se conocía la versión oficial. Sólo faltaba el relato de Héctor, un testigo de primera mano, que por muy poco salvó su vida y presenció cómo mataban a su amigo, además de recibir una violenta golpiza por parte de los delincuentes. "Uno estaba disfrazado de judío ortodoxo, con gorro, con chiva larga. Otro de enfermero. Venían dispuestos a todo. Vinieron, me amenazaron y me empezaron a pegar con la pistola en la cabeza. Me dieron tres culatazos", contó el dueño de la financiera.
"Se movían como profesionales. Yo supe desde el comienzo que eran policías, por cómo se movían. Para mí ya sabían todo", dijo Héctor, para dar cuenta de que probablemente hubo un entregador. Antes de perpetrar el robo, los delincuentes redujeron al hijo del propietario y después fueron hacia el hombre para que les diera el dinero. "Yo pensé que nos iban a matar a todos", agregó el hombre, quien después logró meterse en un baño junto a su hijo y una clienta mientras escuchaba los disparos en la calle.
"Fue un tiroteo infernal, sentí entre 40 y 50 tiros. Salieron tirando para todos lados. A mí una bala me rozó la pierna", señaló. Asimismo, dijo que el oficial Acuña los vio, se bajó de su auto donde cumplía tareas de custodio y fue en ese momento que lo asesinaron. "Se le trabó el arma y lo mataron", reveló. Lo que dice Héctor, de hecho, fue comprobado por las pericias. Según precisaron fuentes provinciales a Infobae, se pudo determinar que el policía disparó entre dos y siete veces. Pero ¿cómo lo descubrieron?
Hay dos disparos en el frente de la financiera que sólo los pudo haber efectuado el teniente y al cargador le faltan siete balas. Si se se parte del supuesto de que el cargador estaba lleno con los 13 proyectiles de capacidad máxima, disparó entonces dentro de ese rango porque adentro del arma había seis balas aún.
Lo que intuyen los peritos es una posible falla en el resorte que impulsa los proyectiles hacia arriba en el cargador. Lamentablemente a esa altura Acuña ya había sido herido de muerte. Además, según pudo saber este medio, el uniformado tenía los cursos de reentrenamiento hechos de 2017 y 2018, que incluyen prácticas de tiro y revisión del arma.
El violento caso es investigado por Alejandro Guevara, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) descentralizada en Vicente López Este, quien todavía busca a un cuarto integrante de la banda.