Ignacio Pardo Paso (52) sonríe cuando le recuerdan sus días en los Fabulosos Cadillacs, el grupo que integró entre 1986 y 1991 bajo el nombre escénico de "Naco Goldfinger", le gusta cuando le recuerdan que con su saxo definió un sonido y un movimiento en discos como Bares y Fondas, Yo Te Avisé!, El Satánico Dr. Cadillac. Lo alivia, quizás. Le hace sentir mejor.
Acaban de trasladarlo en un camión-jaula del Servicio Penitenciario Bonaerense desde el penal de San Martín hasta el de General Alvear, un periplo que según él duró 40 horas. "Llegué anoche a las cinco de la mañana, fui de La Plata a Sierra Chica, de ahí fui para Azul, y de Azul para acá, en General Alvear. Estoy lejos de mi familia, de mi mujer, de mis hijos. Esto me caga la vida", le dice Pardo Paso a Infobae desde el teléfono penitenciario el viernes por la tarde, lamentándose un poco: "Farré me cagó".
En 2017, Pardo fue condenado por el Tribunal Oral Criminal N°6 de San Isidro a 8 años de cárcel como co-autor del robo de 80 mil dólares a la contadora de la cadena de parrillas La Dorita, un caso investigado por el fiscal Patricio Ferrari. Terminó en la Unidad N°48 de San Martín, donde dice, se convirtió en un preso modelo con diez de concepto en conducta: estudió sociología en el programa penitenciario de la UNSAM y se convirtió en bibliotecario y secretario del centro de estudiantes, hizo juguetes de madera en el taller de carpintería para chicos de villas del municipio, no se trenzó a facazos con nadie.
Fernando Farré, el femicida del country Martindale que apuñaló 60 veces a su esposa, vivió un tiempo en su celda junto a otro detenido en el penal de San Martín. No se llevaron bien, dice "Naco".
El 28 de noviembre, dos semanas atrás, la celda de "Naco" fue allanada por efectivos de inteligencia del SPB: le encontraron un celular. La acusación en su contra era terrible, urdir un complot junto a Abel Díaz, otro detenido que había pasado por la cárcel y que fue liberado, para matar al fiscal Ferrari, secuestrarlo, bañarle los pies en cemento y arrojarlo al río cerca de donde Pardo tiene un astillero del que es socio, para que muera ahogado, un golpe mafioso digno de El Padrino.
El que lo delató, el que denunció toda esta trama, fue Farré, hoy trasladado al penal de Dolores luego de estar preso en Florencio Varela. Díaz fue allanado: le encontraron armas y uniformes policiales.
Pardo Paso toma el teléfono penitenciario y llama a Infobae el viernes por el mediodía, el primer reportaje que da en el marco de esta crisis de acusaciones. El femicida condenado a perpetua se jacta de que el fiscal está vivo gracias a él. Pero el ex Cadillacs dice que miente. Y que miente con maldad, con intención, en busca de un claro beneficio: irse a su casa con un arresto domiciliario.
-¿Qué pasó con Farré?
-Compartía celda en la 48 con él, cuando nos trasladaron. Se vino a vivir con nosotros unos siete meses, pero antes venía todo el tiempo a mi celda, porque se sentía cómodo, porque la celda estaba limpia…
-Existen versiones de que vos y Abel Díaz lo aterrorizaban para extorsionar a su familia.
-Mentira. Y esto está hecho con maldad, con intención. Para él es un tema de bronca. A Farré lo trasladan en julio de este año porque en el pabellón y en la unidad nadie lo quería por su actitud.
-¿Cómo era su actitud?
-Es un tipo que se baña cada cuatro semanas, es sucio. Se la pasa empastillado porque está sobremedicado. Después del juicio le fueron bajando la medicación. Le daban pastillas para bajar y pastillas para levantar. Al final, solo tomaba las pastillas para bajar, las pastas para planchar. Era un zombi. No compartía nada. Y acá se comparte todo. No entendió código básicos. Los que viven en tu celda son tu familia temporal. Hay que tirar agua en el inodoro de la celda para que no quede la mierda, ¿entendés? El tipo tenía un tema de soberbia, hacía gala de una bata de American Airlines y decía que él era "first class", no se bañaba porque decía que el baño de su casa era de mármol.
El abogado Juan Manuel Casolati encabezó y recuperó la Fundación Felices Los Niños del padre Grassi a pesar de ataques y una deuda millonaria. Denunció él mismo al cura por desviar donaciones que eran para niños carenciados al penal de Campana. Hoy, Casolati defiende a Pardo. Ayer por la tarde presentó una denuncia en la fiscalía de la doctora Asprella: aseguró tras la apertura de los celulares incautados en la DDI de San Isidro que la cadena de custodia de la prueba se rompió y que los sobres estaban rotos.
Casolati apunta: "Farré hasta involucra a la esposa y a la hermana de Pardo en el plan criminal que no existió. La fiscal que investiga la denuncia no lo tiene ni aprehendido ni con orden de detención, que debería ordenarla. No hay elementos para indagarlo. Lo único que tiene es la denuncia del femicida. Y Farré mismo explica en su denuncia por qué lo hace, porque la estaba pasando mal en Varela. Se quiso colocar en una situación de preso vulnerable en el Servicio."
De vuelta en el teléfono tumbero, "Naco Goldfinger" hasta reconoce su participación en el robo de la contadora. Dice que no tiene motivación para matar.
-¿Le guardás rencor al fiscal Ferrari?
-Si el fiscal Ferrari actuó de la forma que actuó conmigo con alguien de mi familia yo le doy la mano y lo felicito. No es Ferrari el que se equivocó, él cumple su función. Yo infringí la ley y él hizo su laburo, impecablemente, aunque fue muy duro con mi grado de participación. Si yo estuviera por encubrimiento, mi condena se reduciría a la mitad. La contadora de mi hermana es madrina de la hija del fiscal. A mi hermana le pregunté si podía interceder con el fiscal para ver si podía lograr un pedido de beneficio de salidas laborales para ir a trabajar al astillero donde soy socio, que es la lo que me dedico hace quince años, para darle de comer a mi familia. Farré escuchó esta charla. De ahí saca que mi hermana conocía al fiscal y que ella le pasaba datos para que yo atentara contra el fiscal. Con eso allanan a mi hermana. El beneficio de las salidas laborales, claramente, ya no lo puedo tener.
-Entonces, ¿en qué se beneficia Farré acusándote?
-Lo que quiere Farré es lograr un arresto domiciliario. Y la única manera de darle vuelo era crear una noticia de shock, decir que yo tenía un plan para matar al fiscal. Farré mismo me dijo que las fiscales que lo condenaron eran dos feministas hijas de puta y que las mataría. Tengo testigos, los otros detenidos, lo dijo en la celda. Un tipo que mató a su mujer de sesenta puñaladas y luego siguió con esa misma postura frente a otras mujeres dice que yo quiero matar a un fiscal.