Fernando Gustavo Farré (54) se jacta de que el fiscal de San Isidro Patricio Ferrari está vivo gracias a él. Desde el penal de Florencio Varela, este femicida condenado a perpetua por acuchillar 66 veces a su esposa también dice a Infobae que teme por su vida, porque aportó el dato con el que desbarataron el plan del ex Cadillacs Ignacio Pardo Paso (52), o Naco Goldfinger, para cometer el atentado al investigador criminal.
Días atrás, cuando la fiscal Carolina Asprella activó allanamientos en zona norte y en la Unidad Penal 48 de San Martín, lo hizo en base a información que obtuvo de lo que se presentó como un "testigo clave" y que, ahora admite el femicida, había sido una declaración suya. Desde prisión, el ex gerente corrió la capa de protección que habían intentado darle desde la Justicia al ocultar su identidad y contó: "Fui yo, y lo hice para salvarle la vida al fiscal Ferrari".
Aunque quizá lo hizo para protegerse aún más. Farré asegura que Pardo Paso lo va a matar tras su testimonio y su abogado pidió días atrás el beneficio de la prisión domiciliaria. Una jugada de doble filo, cuya respuesta corresponderá al Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro. "Naco tiene gente en todos lados, me amenazó, me amenaza y me va a hacer matar", profetiza y presiona Farré.
"Podría haber quedado esperando que lo maten y pedir la recompensa a cambio de decirles quién fue pero me presenté espontáneamente", insiste en una charla telefónica, mientras de fondo se escuchan las voces y las risas de otros presos.
"Nosotros cuando denunciamos no teníamos idea si nos iban a creer y menos si lo iban a agarrar a Pardo Paso. Podrían habernos boleteado a nosotros, hubiera sido más fácil esperar", explica su abogado Jorge Césare.
Farré conocía el plan de Pardo Paso porque durante un largo tiempo compartieron celda y universidad en el penal de San Martín (donde el femicida estudiaba Sociología y el ex saxofonista de Los Fabulosos Cadillacs era el bibliotecario) y se hicieron amigos. Hasta que la relación entre ellos se terminó y Naco empezó a hostigarlo.
El femicida asegura que Pardo Paso empezó a pedirle que, a través de las influencias de su madre y su hermano, Farré redujera los objetos que su banda robaba en casas de Punta del Este y de barrios cerrados de zona norte de Buenos Aires.
Según el relato de Farré, Naco Goldfinger le empezó a pedir dinero y que su hermano le vendiera joyas. "Vendeme un Rembrandt", le llegó a pedir, cuenta el abogado del femicida.
También hubo aprietes. "Me extorsionaron económicamente a mí y a mi familia, por importes que variaron entre las sumas de USD 200.000 y $ 2.500.000 para obtener la nulidad de mi condena en la instancia de Casación, utilizando su intermediación", denunció Farré ante la Justicia el pasado 23 de noviembre.
Farré, que en sus declaraciones y escritos judiciales se autoconsigna como "viudo", asegura que se negó y que ahí comenzó la guerra. El 24 de junio pasado el mediodía Pardo Paso y otro preso le tiraron agua hirviendo en el cuerpo.
Al otro día, el femicida asegura que Naco y su abogado lo apretaron para que frenara la denuncia al Servicio Penitenciario sobre las quemaduras. "Invocaron que iban a declarar que yo me había autoinfligido las lesiones y que de esa manera evitaría males mayores para mi familia y mi traslado a una unidad penitenciaria en el campo", declaró ante la Justicia.
En la breve charla con Infobae desde la prisión también contó que la situación le hizo muy mal a su salud porque Pardo y su banda le robaban la medicación para la presión.
Pero Farré los denunció y consiguió que lo pasaran a otro pabellón, el 3, donde conoció a Carlos Colosimo, el tío de Wanda y Zaira Nara, preso por abuso sexual a varias menores, y quien, menos de un mes después jugaría un rol clave en la vida del femicida, al menos desde el punto de vista de su relato.
"Pardo Paso planeó mi homicidio, que intentó concretar Matías Zanny Maldonado", detalla Farré. Aquella vez Maldonado, conocido como "Pelusa", le había advertido que iba a aprovechar el momento en que saliera del pabellón el fumigador para asesinarlo.
Sus tres compañeros de celda -uno de ellos Colosimo- aparentemente lo protegieron y lo salvaron. Cuando el fumigador salió del pabellón, los "amigos" lo empujaron y le dijeron "andate a tu celda que te va a matar en serio".
"Esta casualidad fue crucial para la vida de Ferrari", remarca el abogado del femicida. De allí, Farré fue trasladado a la prisión de General Alvear y luego a Florencio Varela.
"Yo escuchaba todo lo que hacía Naco, reclutaba a sus soldados, hablaba fuerte, delante de todo el mundo", cuenta Farré.
—¿Sabe más cosas de Pardo Paso?
—Sé de sus robos en San Isidro Labrador, en La Horqueta, en la torre de Tigre, en Santa Bárbara, sé que contrabandeaba a Uruguay, que tenía sus lanchas, sus embarcaciones, sus campos, departamentos a nombre de testaferros. Es un tipo muy pesado.
Pardo fue encontrado culpable en 2017 y condenado a prisión por liderar una banda delictiva que le robó más de $80 mil a la contadora de la cadena de parrillas La Dorita. El asalto ocurrió la noche del 24 de agosto de 2015, cuando la mujer pidió un remís para llevar la recaudación de varios días del local de San Isidro. "Ferrari lo embocó en la escucha más pelotuda, es como Al Capone, que cayó por no pagar impuestos", compara Farré desde la prisión.
Farré escuchó cómo Naco Goldfinger organizaba junto a su banda la venganza al fiscal Ferrari. Las reuniones se hacían en su celda. Era "el punto de encuentro de los chorros". Pardo Paso era el jefe.
Desde allí, ordenó a Abel Díaz Rodríguez (detenido días atrás en Vicente López, ex integrante de una banda de falsos policías) que hiciera inteligencia al fiscal Ferrari.
Ante Asprella, Farré contó que planeaban atacar a Ferrari en San Fernando o en Cariló y que iban a contratar a sicarios de nacionalidad peruana. "El otro día me dijeron que salió publicado que yo dije que iban a gastar 100 mil pesos para asesinar a Ferrari pero está mal, era mucho más".
"Farré aportó información precisa", admite una fuente que investiga el intento de atentado, entre la que figuran los nombres de las personas que trabajaban en los lugares donde pensaban cometer el crimen, direcciones exactas.
"El plan consistía en secuestrar a un fiscal de San Isidro, Patricio Ferrari, llevarlo a un astillero, atarlo a dos bloques de cemento y tirarlo al río, en una zona donde el cuerpo jamás saldría a flote", dijo entre muchas otras cosas, respecto de la venganza que quería concretar Pardo Paso.
—¿Pardo le contó a usted el plan que tenía para matar a Ferrari, usted integraba su banda?
—A mí no me quería reclutar, me habrá visto como fuente de financiamiento, a mí no me comentaba nada de forma personal, lo escuché, y es lo que dije ante varios fiscales en forma testimonial. Y ahora digo que me va a matar porque tiene gente en todos lados.
Es probable que la jugada de Farré sea menos moral (salvarle la vida al fiscal) que una oportunidad para conseguir una prisión domiciliaria. Técnicamente podría ocurrir que el Tribunal le otorgue la prisión domiciliaria. Hay reglas pautadas para eso: mujeres embarazadas, madres de niños pequeños, personas mayores de 70 años, enfermedades.
Pero también por otras razones e incluso para delitos como los que cometió Farré, quien el 21 de agosto de 2015 (nada más que tres días antes del robo que llevaría a prisión a su enemigo Naco Goldfinger) asesinó a puñaladas a su esposa Cristina Schaefer, delante de los abogados de ambos, porque se habían reunido para afinar detalles de su separación.
Para que eso ocurra, de todos modos, la fiscal y los jueces del TOC 2 deberían estar de acuerdo. Con una parte que se resista, el femicida seguirá cumpliendo su pena perpetua tras las rejas de alguna cárcel del territorio bonaerense. En los pasillos de los Tribunales de San Isidro ven poco probable que Farré vuelva a su casa.
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