En plena crisis, la marca de pistolas Bersa aumenta sus ganancias: la policía es su mayor cliente

Bersa, la fabricante de la 9 milímetros más conocida de la Argentina, proyecta una facturación de 345 millones. Contratación directa, incautaciones y el nicho chico de la sociedad civil

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Parece un contrasentido: ¿qué empresa nacional gana más en la crisis? Bersa Sociedad Anónima, la creadora de la 9 milímetros más reconocible en el país, había vendido 97 mil pistolas en todo el mundo durante 2016 según sus propios números, con una facturación de 302 millones de pesos. 2017 fue un desplome, poco más de 65 mil unidades vendidas, 273 millones de pesos.

La proyección para finalizar 2018, sin embargo, es mucho más alentadora: 89 mil armas vendidas, 345 millones en la caja. 

Bersa destina entre el 50 y el 60% de su producción al mercado civil estadounidense, al que accedió hace un cuarto de siglo, con otros 35 países en sus listas de exportación reguladas por el ANMAC y el Ministerio de Relaciones Exteriores, además de distribuidores en 40 países. Sin embargo, directivos de la empresa reconocen en una histórica visita de la prensa a la planta de la marca Ramos Mejía que con la llegada de Donald Trump sus ventas en dólares bajaron "un 12%"

Operario de la planta testea un arma antes de enviarla a prueba de tiro
Operario de la planta testea un arma antes de enviarla a prueba de tiro

¿Qué ocurrió? ¿Por qué 2018 se ve mejor? ¿Los argentinos se están armando con pistolas que compradas legalmente valen no menos de diez mil pesos? "Lo que se vende en el mercado civil local es mínimo", reconoce un alto directivo, un número con un tope de seis mil armas anuales para las armerías argentinas, lo mismo para lo que compran las agencias de seguridad, con la portación de pistolas reducida a las transportadoras de caudales. Otros rubros vinculados a la seguridad tampoco suben. El negocio de las cercas electrificadas, visibles en barrios como Belgrano R o La Horqueta en Boulogne, también viene en baja de acuerdo a un sondeo de Infobae con proveedores del rubro.

Entonces, ¿quién compra las armas? La respuesta, dada por ejecutivos de Bersa, es simple: las policías nacionales y provinciales.

El Boletín Oficial cuenta una historia en este sentido, con contrataciones directas en un mercado con escasa competencia nacional. El 31 de agosto de 2017, el Boletín tucumano anunció la compra a Bersa de 500 piezas calibre 9 milímetros, 5,4 millones de pesos por contratación directa de cara a "nuevas incorporaciones de personal en las filas policiales." 27 de febrero de este año, Policía Federal Argentina, otras tres mil pistolas para la división Armamento y Munición, 8,8 millones de pesos. 

Benso Bonadimani, creador de Bersa (Fotos Adrián Escandar)
Benso Bonadimani, creador de Bersa (Fotos Adrián Escandar)

Benso Bonadimani, inmigrante italiano, es uno de los creadores de Bersa: su nombre es la primera sílaba en la marca junto a los de sus otros dos socios. Inventó la marca como una suerte de changa, creando repuestos en una tornería de Ramos Mejía junto a otros dos italianos para las viejas pistolas Ballester-Molina. Terminaría vendiendo dos millones de unidades en sesenta años de negocio.

Benso, hoy de 78 años, es franco al hablar: "¿Cuándo vendimos más armas? En el '74, cuando estaban los Montoneros. Ahora, si ellos las compraban, no lo sé", dice. Hoy, las Bersa de 9 milímetros superan a otras marcas del mismo calibre en los registros de incautaciones de la Federal, 145 entre 2016 y lo que va de este año contra 121 armas marca Browning. Sin embargo, son un porcentaje no tan significativo en el panorama general, con casi 1.700 armas incautadas por la PFA en los últimos tres años.

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