A un paso del sobreseimiento: ya nadie acusa a la mujer que pasó cocaína desde Bolivia para pagar la quimio de su hijo

El fiscal federal de Jujuy Federico Zulueta retiró los cargos. Consideró que ya no quedan argumentos para imputarle el delito de transporte de drogas

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Claudia, junto a su hijo
Claudia, junto a su hijo Fernando, que murió el 17 de octubre pasado, a los 14 años

Claudia S.E. ya no tiene quien la acuse. La mujer que estuvo un año presa por pasar cocaína de Bolivia a Argentina para tener dinero con qué pagar la quimioterapia de su hijo (quien finalmente murió hace un mes) quedó al borde del sobreseimiento.

Es que el fiscal federal de Jujuy Federico Zulueta levantó los cargos que había elaborado contra la mujer y, tal como ya lo había hecho la defensa pública de la imputada, pidió al juez federal de esa provincia Ernesto Hansen, a través de un dictamen, que confirme el cierre de la causa.

Hansen ya había resuelto la excarcelación de Claudia el 30 de octubre pasado. La mujer, que antes de ese fallo había conseguido un permiso excepcional de parte del mismo magistrado para acompañar a su hijo durante sus últimos días en su casa de la ciudad de Montero, Bolivia, pudo quedarse en su país.

El sobreseimiento significaría que Claudia (33) queda libre de culpa y cargo. Y técnicamente, desde el momento en que Zulueta desistió de la acusación, no habría razones para que el juez continúe con la investigación. En caso de que eso ocurriera, el propio fiscal confirmó a Infobae que apelará.

Claudia junto a Fernando y
Claudia junto a Fernando y la familia, horas antes de la muerte del chiquito

Zulueta elevó el dictamen con el respaldo de otros tres fiscales federales: su par de Salta Eduardo Villalba, la titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), Mariela Labozzetta, y el procurador de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Diego Iglesias.

En el dictamen los funcionarios judiciales consideran que, con las últimas pruebas presentadas por la defensa de Claudia S.E., no hay razones para mantener la acusación.

"El fallecimiento de su hijo fue fundamental. Quedó muy en claro la falta total de asistencia que ella tenía por parte del Estado boliviano, que luego hizo presentaciones ante mí para solucionar el caso de Claudia", explicó a Infobae Zulueta, y agregó: "Ella siempre dijo que no tenía asistencia, que no tenía familiares que puedan ayudarla a enfrentar la situación de su hijo, y ahora quedó claro que no tenía medios, por eso fallece el chiquito, y porque el Estado tampoco la ayudó".

"La situación de Claudia S.E. era apremiante en extremo, encontrándose amenazada de forma actual y concreta la salud y la vida de su hijo (obviamente al momento del hecho), y va de suyo que ante un conflicto de intereses de cualquier índole, para una madre siempre primará la vida de aquél", dice el dictamen de Zurueta.

Claudia fue detenida la noche del 24 de octubre de 2017 cerca del departamento de Ledesma, en Jujuy, cuando Gendarmería revisó el remís que ella había tomado en la ciudad salteña de Orán con destino a General Güemes, en la misma provincia.

Los agentes identificaron que un pariente de la mujer había sido apresado unos instantes previos porque le habían encontrado cocaína y revisaron sus maletas. Claudia estaba embarazada de cuatro meses. Un perro marcó sus dos valijas, que en un doble fondo contenían poco más de un kilo de esa droga divididos en 40 paquetes.

Fernando murió el 17 de
Fernando murió el 17 de octubre

La mujer quedó detenida en el penal de mujeres de General Güemes, Salta, conocido como "la cárcel de las mulas", acusada del delito de transporte de sustancias ilícitas y allí dio a luz cinco meses después a Sheila Jazmín.

Claudia, que trabajaba como empleada de limpieza en casas, intentó explicar que un grupo narco le ofreció pasar la droga a cambio de 500 dólares. Su misión era entregar las valijas en el barrio porteño de Liniers, donde le darían el dinero que le serviría a ella para solventar el tratamiento de quimioterapia de su hijo Fernando, quien en septiembre del año pasado había sido diagnosticado con un tumor avanzado en su pierna derecha.

Pero en la Justicia federal de Jujuy no le creyeron. Consideraron que era un argumento como el la mayoría de las "mulas". La detención de su mamá hizo que Fernando abandonara el tratamiento presa de la angustia y la culpa. Y esa decisión permitió que la enfermedad se expandiera. Sin recursos económicos, el adolescente sufrió el 21 de marzo de este año la amputación de su pierna derecha, pero el cáncer no se detuvo.

Desde el principio de la causa ella sostuvo que no sabía lo que transportaba y que fue la única opción que encontró ya que el tratamiento era muy caro y no se encontraba cubierto por el sistema de salud pública de Bolivia.

Aunque su defensor Andrés Reynoso explicó y presentó pruebas para sostener la versión de la mujer, la Sala II de la Cámara Federal de Salta confirmó el 10 de octubre pasado el procesamiento de Claudia porque creía que no había demostraciones suficientes.

"El mal que supuestamente quería evitar la encartada con el ilícito endilgado (y que la habría llevado a transportar la droga que se le secuestró), sólo se apoya en sus propios dichos y en los certificados médicos que en copia simple aportó la defensa, los que por sí solos no constituyen elementos probatorios suficientes", expresaron los camaristas.

El juez Eduardo Hansen, del
El juez Eduardo Hansen, del Tribunal Federal 2 de Jujuy (Captura de video YouTube)

El 11 de octubre Infobae reveló la historia de Claudia y el mismo día, el juez Hansen, concedió un permiso de corte humanitario para que pudiera viajar a Bolivia y quedarse un mes con su hijo. Pero el 17 de ese mes, apenas cuatro días después de la llegada de su mamá, Fernando murió. Había estado esperándola.

El día de la muerte del adolescente, conocido en su barrio como "Chumpita", y a raíz del caso, el presidente boliviano Evo Morales anunció que todos los pacientes con cáncer de Bolivia tendrían acceso gratuito al tratamiento. "Duele escuchar. Ha sido una gran lección escuchar este problema", admitió el Primer Mandatario.

La historia real de Claudia, que llegó a los despachos judiciales una vez que ella volvió a su país, modificó su situación procesal. "Todo lo que realmente se acreditó en la causa fue durante los últimos 20 días. Lo otro eran dichos", explicó Zulueta y amplió: "Casos como el de Claudia tenemos dos o tres por semana. Y todos dicen que no les quedaba opción. Son casos muy comunes". No obstante, el pedido de sobreseimiento de Reynoso sumó en esos días el apoyo institucional de la Procuraduría Penitenciaria de la Nación, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP).

En su dictamen, el fiscal federal considera que la mujer "actuó bajo la influencia de un estado de necesidad justificante y frente a la ausencia de alternativas".

"El caso dio todas las aristas de lo excepcional y hasta el final del proceso viene marcando estas características. Al juez le toca resolver una cuestión más institucional, porque es el único caso donde la defensa se organizó de tal manera que intervino toda la comisión de género y el Ministerio Público Fiscal se alineó para sobreseer. Son opiniones coincidentes y con el respaldo de sus estructuras. Hansen debe reconocer que si hay una misma línea él debe sobreseer. Vamos hacia ese lugar", opinó Andrés Reynoso, defensor oficial de Claudia.

"Ella no tenía más opción que aceptar cualquier cuestión para ayudar a su chiquito. El camino no fue el correcto, pero no tenía posibilidades de elegir. Entiendo que el juez no tiene opción. Al no haber acusación fiscal el juez no podría continuar con la causa porque se transformaría él en acusador", remarcó Zulueta.

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