Anahí Esperanza Salcedo todavía no será indagada por el juez Julián Ercolini, que investiga la detonación de la bomba que ella misma habría plantado en la tumba del coronel Ramón Falcón en el Cementerio de la Recoleta: la joven anarquista de 32 años oriunda de Adolfo Sourdeaux y empleada en una estación de servicio de Martínez seguía internada hasta ayer en el hospital Fernández bajo un coma farmacológico luego de que la explosión le volara tres falanges de una mano y le desfigurara la cara. Hugo Rodríguez, su pareja, otro anarquista punk que convivía con ella en Sourdeaux, su presunto cómplice, quedó ileso y será indagado mañana, en un expediente en el que también interviene la Fiscalía Federal N° 1 de Jorge Di Lello.
También deberán responder preguntas los otros doce detenidos que la Policía Federal esposó en la casa tomada de la calle Pavón 2345, un histórico sitio okupa de punks que Rodríguez frecuentaría además del hombre de 26 años arrestado por supuestamente colocar una bomba en la casa del juez Claudio Bonadio en Belgrano. Todos los detenidos fueron trasladados esta tarde desde una dependencia de PFA a los tribunales de Comodoro Py de cara a sus indagatorias.
En Pavón, según fuentes policiales, se encontraron "caños, pólvora, una amoladora", elementos compatibles con la fabricación de explosivos. Por otra parte, vecinos de Salcedo en Sourdeaux hablan de una explosión en su casa hace seis meses. La PFA allanó la casa tras el incidente en el cementerio: no se encontró, según un investigador, "nada importante."
Hoy por la mañana, investigadores del caso en Comodoro Py recibieron información preliminar sobre por qué se detonó antes de tiempo el dispositivo que casi mata a Salcedo.
El aparato era de una crudeza llamativa. "Es todo muy pobre, acá no hay una gran mente maestra", aseguró una fuente vinculada al expediente.
El explosivo estaba conformado por cinco caños cargados con "lo que parece ser pólvora negra de fabricación casera", conectados con un circuito eléctrico a un temporizador de horno "de esos que te suenan cuando ya está lista la carne".
Lo que habría fallado, según fuentes, fue el temporizador mismo.
Otros en Comodoro Py, más veteranos, con experiencia en pesquisas sobre atentados con explosivos, especulan con que el calor del miércoles habría acelerado el proceso de detonación. Sin embargo, la falla en el temporizador es la teoría preponderante.
Los investigadores, por otra parte, creen que las bombas recibidas por Bonadio y la del cementerio están conectadas al haber sido construidas "con materiales similares". La bomba presuntamente para el juez tenía planeado un efecto incendiario ya que incluía aerosoles de gas butano.
Hoy, a 48 horas de la voladura, los investigadores aguardan los resultados de las indagatorias a los punks de la calle Pavón. Fuentes en los tribunales federales aseguraban en el día de ayer de que hay sospechas de que la bomba en el cementerio y la recibida por el juez Claudio Bonadio estarían conectadas entre sí: ambos atentados son investigados por Ercolini y Di Lello con tareas encomendadas a la Federal.
¿Hay un complot político detrás de las explosiones de cara a la visita de líderes globales del G20 a fines de este mes? Una fuente en el caso no está tan segura. "No encontramos ni panfletos anarquistas. Por ahí uno que decía 'fuera el FMI, abajo el G20', pero de ponerle un caño a Trump por el momento estamos muy lejos. Había clavos miguelitos en la casa de Pavón. ¿Qué vas a hacer con miguelitos?".
Lo cierto es que la explosión en el cementerio disparó redadas en los puntos clave de los movimientos anarquista y punk de la Capital Federal. Otros dos espacios fueron allanados además de la casa de Salcedo y la okupa de Pavón: el Ateneo Anarquista de Constitución en la calle Brasil, que solía ser la vieja Federación Libertaria Argentina, y La Cultura del Barrio, un club social y deportivo sobre la calle Murillo en Villa Crespo que funciona como centro cultural y gimnasio de box y artes marciales, un punto de punks y skinheads antifascistas con una reconocida actividad solidaria en su zona.
Ninguno de los dos lugares tiene lazos históricos con la casa de Pavón, sino todo lo contrario. Los punks de San Cristóbal están abiertamente en contra de cualquier forma de skinhead, incluso si está en contra del fascismo o el nazismo.
No se secuestró nada de interés inmediato en el Ateneo, sede de una de las mejores bibliotecas sobre anarquismo del país, consultada con frecuencia por estudiantes. "Todo muy ordenadito", dijo una alta fuente policial al salir.
Gabriela, presidenta de La Cultura del Barrio, aseveró: "No había nadie adentro cuando allanaron el lugar, nos enteramos por un compañero. Nos allanaron siete horas para nada, porque no encontraron nada. No nos informaron por qué nos allanaban, decían que buscaban explosivos. Este es un club de barrio con las puertas abiertas, entran todos los vecinos y vecinas. Hacemos deporte inclusivo, clases gratis, participa quien quiera. No tiene lógica esto, no nos cierra. Seguimos sin entender. Nos dejaron todo roto. Se llevaron una computadora, nada más. Este es un espacio de deporte y cultura, los vecinos se acercaron porque saben lo que hacemos".
Mientras la división Antiterrorismo de la Policía Federal registraba el lugar, los alumnos y alumnas de box del lugar decidieron hacer una clase abierta en la calle.
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