Cuevas, máquinas de contar plata y aprietes en remise: los millonarios negocios de la mafia china más poderosa del país

La tríada Pi Xiu, que golpeó con fuerza a comercios de la ciudad de Buenos Aires en 2016 y fue investigada por trata de personas, está acusada de extorsionar a 45 comercios en zonas como Moreno e Ituzaingó

Guardar
Las seis máquinas de contar
Las seis máquinas de contar dinero incautadas a Pi Xiu

A Pi Xiu, la mafia china más poderosa del país, presuntamente encabezada por Yong Ye (alias "A Di", o "El Grosso", preso en el penal de Ezeiza y acusado de atacar a golpes a otros detenidos durante su encierro), básicamente no le faltaba nada por hacer.

Hasta que la división Antifraudes de la Federal la golpeó por primera vez en junio de 2016 por orden de la jueza María Gabriela Lanz, Pi Xiu (llamada así por su principal símbolo, un animal mítico mitad perro mitad dragón), había extorsionado cuotas de protección en dólares bajo la máscara de una falsa cámara de comerciantes (sus víctimas eran supermercadistas asiáticos de toda la Capital Federal), y ordenado ataques a tiros a quienes se negaban a pagar con sicarios argentinos y peruanos contratados a través de bolseros y managers que negociaban precios en pocos pesos por un intento de homicidio. Además, escuchas telefónicas revelaron que sus capos habrían estado detrás del envío de ocho víctimas de trata laboral desde China hasta Campana con la supuesta connivencia de un funcionario de Migraciones, y Lanz incluso analizó un misterioso cuaderno incautado en un aguantadero que hablaba de envíos de casi ocho millones de dólares a Oriente.

Así, Pi Xiu fue procesada dos veces por 54 ataques con calificaciones como asociación ilícita y lesiones graves, y luego fue elevada a un juicio oral que llevará adelante un tribunal oral criminal porteño con los jefes encarcelados y vigilados. Sin embargo, la mafia china más poderosa de todas, a pesar de todo esto, siguió con una simple mudanza de territorio. Solo había que mirar al oeste.

Armas de la mafia: pistola
Armas de la mafia: pistola y escopeta

En diciembre del año pasado, la fiscal Adriana Suárez Corripio, titular de la UFI Nº 8 de Morón -que investigó al cura Julio César Grassi por desviar donaciones de su fundación solidaria al penal de Campana- comenzó a recibir denuncias de diversos juzgados. Supermercadistas de Moreno, Morón e Ituzaingó, 45 en total, todos decían: "Me extorsionó la mafia". Los supermercadistas no eran muy puntillosos en sus declaraciones: no decían quién, no daban nombres, muchos no ratificaban sus acusaciones. El mecanismo para amenazar era el clásico de Pi Xiu, la banda dejaba en la persiana del comercio una hoja A4 escrita en el dialecto de la provincia de Fujian, de donde viene el mayor porcentaje de los ciudadanos chinos que viven en el país, con una cifra y un número de contacto. Si el supermercadista no se sometía, aparecía un mediador con amenazas un poco más enfáticas.

Así, Suárez Corripio consultó entre fuentes oficiales quién sería la fuerza indicada para abordar el problema. La fiscal llegó a la división Antifraudes, con más de dos años de seguimiento a Pi Xiu. En los últimos días, una serie de 20 allanamientos entre Capital Federal y el conurbano bonaerense terminó con 12 detenidos, entre ellos una ciudadana china que tenía una orden previa de expulsión del país. Dos karaoke porteños en las calles Lavalle y Alsina también fueron investigados. Encontraron armas: pistolas, escopetas y gran cantidad de municiones.

Los once detenidos del caso,
Los once detenidos del caso, entre ellos un argentino acusado de ser el remisero de las entregas de las extorsiones.

También había dinero en los puntos allanados: USD 2.000, $1.000.000 y seis máquinas de contar billetes. Fuentes alrededor del caso aseguran que Pi Xiu había mantenido sus tarifas históricas, que no aumentó del apriete el valor numérico frente a una inflación sostenida. La mafia pedía en 2017 lo mismo que pedía en 2016 a los comerciantes que extorsionaba por primera vez, una cuota de ingreso de USD 50 mil más un pago mensual.

Sin embargo, Pi Xiu estaba más flexible que en otros tiempos, daban la chance a sus víctimas de negociar un poco el monto. Con 45 supermercados supuestamente atacados, no es difícil de calcular un posible monto máximo: más de USD 2 millones.

El rastro de la plata llevó hasta dos cuevas financieras en Belgrano y Once que la mafia habría usado para depositar la recaudación y acreditarla ante una autoridad superior en el submundo. Aparecieron otros $2 millones más en los allanamientos porteños, pero el juzgado a cargo no habría emitido orden de secuestrarlos.

Ahora, con el capo preso en Ezeiza, ¿quién manda en el Oeste? Un dato de calle llevó a un nombre: S.B.L., también ciudadano chino, que controlaba un bazar sobre la calle Trujuy en Moreno, un supuesto viejo soldado de las líneas de Pi Xiu. S.B.L. habría sido el encargado de entregar las hojas con aprietes a supermercados de la zona.

Para moverse, S.B.L. usó una camioneta Citröen Air Cross blanca. No la manejó él mismo, sino un argentino que terminó detenido en la redada, un vecino de Moreno. "Remiseaba solo para los chinos", deslizó un investigador. La Air Cross no solo apareció captada por cámaras de seguridad. La fiscal Suárez Corripio pidió información de los movimientos de la camioneta a la empresa de seguridad satelital que había contratado: el recorrido coincidía con los supermercados que recibieron las hojas de los aprietes.

Seguí leyendo:

La violenta vida de "Nico", el proveedor de sicarios de la mafia china más poderosa del país

Guardar